Where's My Mind…


Con los grandes estudios decepcionándonos cada año con sus AAA que toman pocos riesgos, no innovan y de paso sacan juegos apresurados, le toca a los estudios pequeños –AA e indie– para rellenar el vacío que tenemos por jugar nuevas experiencias interesantes. Títulos diferentes, sofisticados y sin temor a experimentar, como INDIKA y The Thaumaturge entre los más recientes, nos ofrecen experiencias fuera de la norma que dictan las tendencias del mercado, la de los normies y casuales, acostumbrados por los focus groups y grandes estudios que insisten con traernos "mas de lo mismo".
La excepción en el mundo de los AAA la tenemos con Death Stranding, de Kojima, juegos que no tienen clasificación por mas que le acerquemos uno, que dejan una impresión única porque su concepto es diferente. Experiencias que limpian el paladar, cansado de tantos juegos que se parecen uno al otro. Todos quieren hacer un clon de Dark Souls, Call of Duty, Fortnite y de mundo abierto en tercera persona que los anuncios de cada año se vuelven monótonos. De un emergente estudio chino, Pollard Studio, nos llega KARMA: The Dark World de serias aspiraciones con su arriesgada propuesta de un 'supra walking simulator' de corte psicológico, lleno de gameplay dinámico e interactivo, con mucha variedad entre sus mecánicas dentro de una narrativa profunda como inmersiva.


KARMA: The Dark World es un juego de terror psicológico cinematográfico, en primera persona ambientado en 1984, que te desafía a investigar los secretos más profundos de las mentes de los sospechosos en un mundo de espionaje y traición. Con un gameplay guionizado bajo una narrativa que salta entre períodos de tiempo y personajes, KARMA busca adentrarse en lo más profundo de la psique humana, el subconsciente y episodios oníricos, con atisbos de horror y surrealismo Sci-Fi que rememora obras como 1984 de George Orwell, Soylent Green de Richard Fleischer, Twin Peaks de David Lynch y más reciente, Severance de Dan Erickson. Es una historia que te mantendrá interesado como confundido hasta el descabellado final.
Es hasta injusto categorizar a KARMA: The Dark World de "walking simulator" ya que hay tanta interactividad entre sus mecánicas diversas de gameplay, que parece un juego más apto para VR, de hecho me extraña que no hayan apuntado a ese mercado como plataforma opcional. Lo que comienza como otro caso para el agente Daniel McGovern, lo ve envuelto un mundo de engaño y traición, donde todo lo que sabes comienza a ser cuestionado, incluida su propia identidad. Donde termina descubriendo un mundo siniestro bajo el control autoritario de Leviathan Corp., donde los empleados son drogados para aumentar la productividad y la vigilancia está muy extendida (Severance, anyone?).


Daniel tiene que enfrentarse a sus propios demonios al encontrar la verdad que acecha en las sombras de los recuerdos de su mente. Pero debe primero explorar la mente de otras personas, sus recuerdos y su pasado. La corporación Leviathan posee una tecnología para escudriñar en los cerebros de personas y sumergirse en sus recuerdos a través de un casco de Realidad Virtual. Aparte de experimentos de física cuántica con objetivos ocultos y resultados siniestros. Al investigar descubre una realidad oscura de monstruos y sonidos inusuales. Aspecto pobremente explotado, el sonido, ya que KARMA no aprovechó el surround ni la capacidad de 3D Audio del PS5 para acentuar la experiencia sensorial y surrealista de la psicosis, como hizo Hellblade que toca el tema de la esquizofrenia.
La base de la corporación Leviathan tiene a una A.I. llamada "Madre". Leviathan, fundada por científicos soviéticos, tienen la visión de utilizar la mentalidad tecnológica de MADRE para reemplazar el régimen social existente y hacer cumplir el orden del "Nuevo Mundo". La llegada de la Corporación Leviathan ha traído un poder tecnológico sin precedentes al corazón de la ciudad, manteniendo a la gente alejada de la guerra, la enfermedad y el hambre. Trajo nueva educación, construcción, instituciones. Leviathan tiene una serie de divisiones subordinadas bajo la primera área de gestión de tecnología de prueba. La "Oficina de Pensamiento" es responsable de administrar las normas públicas de conducta y manejar los casos penales con agentes ROAM. Y el "Instituto Winston", que es responsable de la investigación en física y biología. Suficiente sinopsis sin spoilers.


Debes explorar y reconstruir los recuerdos correctos para descubrir quiénes son realmente. La memoria caótica fragmentada contará con enemigos, superiores de la compañía, residentes y familiares. Algunos te ayudarán porque la verdad no es fácil de descubrir. Debes recopilar pistas de periódicos, carteles, registros informáticos e interrogatorios. El extraño entorno cambia al azar, que pone en duda tu percepción de la realidad. Resuelve acertijos y usa pistas para ayudarte en tu informe de vuelta a Leviatán. Como agente de ROAM, debes completar las tareas asignadas por la corporación de forma sigilosa, buscando evidencia para resolver el caso. En la línea de tiempo entre 1966 y 1984, la historia viaja de forma no lineal entre el pasado, el presente y el futuro.
Cada espacio es una experiencia como sacada de pesadillas surrealistas de Salvador Dalí o de la mente de David Lynch. En ocasiones debes usar una cámara fotográfica reflex antigua para encontrar respuestas y hasta defenderte de monstruos en el mejor estilo de inspiración –u homenaje– al clásico Fatal Frame. Un inventario limitado sirve para llevar objetos temporales que sirven para resolver rompecabezas u obstáculos. Los espacios liminales sugieren una atmósfera kubrikeana donde el suspenso siempre está al asecho, con algunos momentos genuinos de susto que por fortuna no abusan de ellos. Sin embargo no hace falta porque en los segmentos que debes huir del monstruo, tienes bastante desespero y ansiedad, típica de una pesadilla donde no puedes correr más rápido.
No hay mecánicas de combate dinámico ni nada fuera de los espacios lineales de limitada exploración con pocas opciones para desviarte del guión y objetos a interactuar. Sí, es una aventura lineal, cinemática y muy apegada a un guión que no frece mas nada después de terminar una jugada. Pero la experiencia es buena, refrescante, intensa y de mucho intelecto de ejercicio mental, que vale la pena experimentar. Tiene muy buena música de su soundtrack. Con coleccionables a descubrir y detalles a encontrar para los caza trofeos, de resto no hay mucho incentivo para una segunda vuelta y es típico en estos casos de juegos con este tipo de diseño de enfoque narrativo.
KARMA: The Dark World es visualmente impresionante (UE5), con una dirección de arte digno del mejor director de cine. Tiene inspiraciones innegables de ciertos directores con David Lynch y Stanley Kubrick entre los más obvios. Su fotorealismo perturba con tantos momentos donde lo gráfico y explícito irrumpen en escenas donde se intenta manipular las emociones del jugador. Si bien el audio no compagina con efectos envolventes para simular estados alterados de la mente. No obstante la música cumple con crear la atmósfera adecuada para cada situación. La animación facial es de altura –cuando los NPC no tienen cabeza de TV– junto a las muy buenas actuaciones vocales de los personajes.
KARMA: The Dark World es un juego único, una experiencia cinemática sensorial, algo diferente para variar, que a pesar que no tiene más que dar tras pasarlo, uno siente que se vivió algo especial. Recomendable.
¿25$?: Buena alternativa para romper la rutina con una experiencia única.
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PS5 | 2025. Digital. Zona ALL. Video: 4K/60fps. Sonido: Dolby Digital & DTS 5.1, Jugadores: 1 (Online: N/A); Disco Duro: 22GB, DualSense Compatible. Trophies. ESRB Rating: M
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Barton
Copia de prensa por cortesía de Wired Productions, Pollard Studio y Team17.