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Siguiendo con mi año dedicado primordialmente a los indies, al fin recibí noticias de Planet of Lana de Whishfully Studios y su llegada a PC, PlayStation y Nintendo. Mi interés por este juego cobró atención inmediata hace un año cuando fue anunciado como exclusivo para esa consola verde que está falleciendo y que no quiero mencionar más en estas páginas. Curioso que un desarrollador ponga su fe exclusiva en una plataforma que tiene menos mercado y aceptación mundial que las más populares japonesas.

Tardó un año pero la sensatez comercial hizo que Planet of Lana al fin arribara a PC, PlayStation y Switch. Siendo desde mi infancia muy seguidor de este estilo de platformer lineal 2.5D con Prince of Persia y Another World, que años más tarde recobrarían relevancia con LIMBO e INSIDE, pasando por otros reconocidos títulos como Unravel, Little Nightmares, Never Alone y Ori and the Blind Forrest, es natural que un juego como Planet of Lana cautive mi interés con mucho anticipo. Pero no cualquier platformer de aventura 2.5D va a llamarme la atención con igual mesura, debe haber una primera gran impresión que resalte su dirección artística, diseño de niveles y gameplay. Planet of Lana las reunió todas, pero ¿cubrió mis altas expectativas?

Adelantándome a las conclusiones: sí. Planet of Lana retiene todo ese espíritu cautivador aventurero de otros de su categoría desde los orígenes del género con Another World hasta más recientes como INSIDE. Planet of Lana es armonioso, sutil, moderadamente retador y cargado de mucha personalidad que lo distingue de ser un clon de sus obvias inspiraciones. En un diseño estrictamente 2.5D con mecánicas de platforming, sin elementos de violencia interactiva, relegando todo su gameplay a rompecabezas ambientales estratégicos para poder avanzar y sortear obstáculos, Planet of Lana es lo suficientemente ameno para abarcar a todo público. En especial ese que busca una experiencia sin estrés, ansiedad, reflejos o algún impedimento que lo frustre.

Las mecánicas de travesía son simples a primera vista. Que lo coloca en un plano 2.5D genérico que sienta las bases de su juego. Aquí no hay nada nuevo, dejando que la temática narrativa y las mecánicas propias de su innovación, las que resalten al juego entre otros de su género. Es decir, que le de personalidad genuina para evitar ser etiquetada como otro platformer más del montón. En primer lugar está su temática, pseudo Sci-Fi, donde una comunidad primitiva de aldeanos pescadores reside en lo que parece un planeta alienígena con un ecosistema similar a La Tierra a juzgar por su flora y fauna (obviando el aspecto extraño de sus criaturas), pero indudablemente humano por la fisionomía de sus habitantes que lucen inequívocos como simples humanos biológicos.

Lana y su hermana forman parte de esta comunidad, no hay diálogos interactivos o cinemáticos entre sus secuencias narrativas, en su lugar emplea un lenguaje ininteligible salvo por sus nombres. Esto no importa ya que la narrativa es brillante en explicar los acontecimientos con su impecable dirección artística. Esta paz del planeta de Lana se ve interrumpida por la súbita invasión de una raza cibernética extraterrestre que comienza por abducciones de sus habitantes para un fin ulterior. Lana evade captura, no sin antes presenciar cómo se llevan a los miembros de su comunidad y es testigo de la captura de su hermana. Lo que la motiva a buscarla a pesar de los peligros que le esperan. Momentos de breves interrupciones cinemáticas son frecuentes para hilvanar la narrativa.

Las habilidades de Lana van en entre simples travesías de platformer donde saltas, corres y te encaramas entre todos los obstáculos a sortear, sean naturales o artificiales. Puedes usar sogas para subir o bajar grandes alturas, ocultar entre la maleza, nadar y comandar a un pequeño animalito que se une en tu travesía, asistiéndose mutuamente con acciones que debes analizar en la resolución de rompecabezas ambientales. Lana también puede arrastrar objetos, activar palancas y botones, pero no puede combatir ya que es vulnerable al poder de las máquinas que, por instinto de programación, atacan a todo ser vivo que se les atraviese. Los checkpoints están atados al nivel presente, así que no hay frustraciones de progresión si caes al vacío, te ataca un animal o un androide hostil.

El animalito responde a instrucciones simples para activar botones, quedarse quieto o moverse a tu discreción. Asistencia necesaria para los distintos obstáculos que se te presentan. Situaciones que exigen de un poco de lógica racional, para nada retador, que salvo por algunos que requieren pistas visuales a descubrir, no imponen mayores demoras en tu travesía. La cual me tomó al rededor de 4h, que seguro ahuyentará a muchos que miden el valor de un juego por el número de horas que ofrece y no su calidad. Como dijo Guzzy en su reseña de Firewatch, otro excelente juego muy corto: "Habrá algunos que (…) 4 horas de juego que tiene nulo incentivo a la rejugabilidad les parecerá un escándalo, en mi caso me parece una gran experiencia que los vale, corta pero intensa."

Y ese es el problema radical de estos platformers 2.5D por tradición: no me refiero a su longevidad, sino a su valor de rejugabilidad por su diseño guionizado siendo siempre el mismo juego que no cambia (¿ahora entienden por qué los metroidvania roguelite son tan populares?). Pero compensa con el hecho que si el resultado de la obra es magistral, como en el caso de Planet of Lana, así como el de sus ancestros sobre cuyos hombros éste juego se posa, rejugarlo se vuelve como volver a un buen libro que relees o esa película que nunca te cansa. Porque todavía juego –y vuelvo a comprar– reiteradas veces a Another World, donde tengo una copia en el PS4 y en el Vita a casi 40 años de haberlo jugado la primera vez en DOS en una 286. Esa primera vez me tomó horas, que hoy completo en menos de 45 min (22 mi record), porque no importa que me lo sepa de memoria, su atractivo inmortal recae en esa calidad que lo mantiene un clásico atemporal.

Igual he rejugado LIMBO, INSIDE y otros de su estilo muchas veces. Por eso veo a Planet of Lana en ese conjunto para la posteridad ya que son un agradable recurso de confort no por nostalgia, sino por revivir una experiencia satisfactoria que suma la hermosura de sus gráficos, la soltura de su gameplay y la docilidad de su música de Takeshi Furukawa (The Last Guardian) que es quizás uno de sus mejores atributos artísticos.

Tardó en llegar al resto de las plataformas de juego, las que realmente le dan valor y exposición, pero valió la pena esperar porque Planet of Lana es un nuevo clásico moderno en un formato que espero nunca deje de existir gracias a la imaginación, genio y talento de legendarios solo Devs como Éric Chahi y Jordan Mechner.*

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Barton

[*] Mechner es el creador de Prince of Persia y Chahi de Another World. Pioneros.

Copia de prensa por cortesía de Whishfully Studios AB y Fortyseven Communications.