No todo lo que brilla es oro
Fueron 10 años de "production hell" donde la adaptación de Uncharted para cine se paseó entre un sinnúmero de guiones, cambios de director, actores y hasta se engavetó por períodos indefinidos. Pero al fin, y después de generar controversias sobre la selección del reparto, tenemos la adaptación del videojuego de PlayStation a la gran pantalla.
¿Cuál fue el resultado? Mis impresiones como crítico de cine y como gamer son mixtas, con sentimientos encontrados porque, si bien Uncharted no es un mal film, tampoco es el esperado mesías en convertirse en la primera película basada en un videojuego que pase a la historia como un clásico. Por tradición –o maldición– las adaptaciones fílmicas de videojuegos terminan en coletos y bodrios.
Igual sucedía con videojuegos adaptados de comic books, hasta que Batman Arkham Asylum rompió el maleficio. Pues seguiremos esperando por esa película que se traslade de las consolas al cine con igual grado de estima, puesto que Uncharted no tuvo la magia requerida para acabar con la maldición.
El principal problema que Uncharted sufre está en que es una película basada en un –exitoso– videojuego que a su vez está inspirado en otra serie de películas de similar género, me refiero por supuesto a Indiana Jones. Para quienes no juegan videojuegos, Uncharted (el videojuego) es una inspiración en el género de aventuras trotamundos-caza-tesoros que Indiana Jones dejó en el imaginario cultural. El estilo es el mismo. La serie ha sido un éxito rotundo para la plataforma PlayStation dejando 5 títulos y un sexto spin-off.
La raíz de su éxito no está en sus cinemáticas escenas de grandiosa acción o de su jugabilidad trillada que se para sobre los hombros de otros juegos de similar estilo (Tomb Raider) y mecánicas interactivas (Gears of War). La magia de Uncharted se basa en su cuidadosamente estructurada trama y sus personajes desarrollados con personalidad, química y carisma que los ha convertido en iconos instantáneos.
Desafortunadamente Uncharted sólo cuenta con lo primero, es decir, cinemáticas de acción y aventura bien llevados con algo de cinismo cliché que copia set pieces del juego; mientras que carece de lo último, la correcta representación y recreación de sus personajes que le da el alma y vida a la serie de origen.
Uncharted bien podría pasar desapercibido como otro de esos films de "pura pantalla verde" con La Roca o Ryan Reynolds, rodeados de los actores mediocres de moda que tiene al cómico de turno, más los de relleno que cumplan con el checklist político-correcto de Hollywood que incluye la fórmula calcada de diversidad forzada sin propósito artístico. Sólo que le dieron un motif de Uncharted con el respaldo de un I.P. de la casa PlayStation.
En esa óptica islada Uncharted es un buen film que divierte, entretiene y hasta complace porque tiene escenas bien dirigidas –y editadas– por el experimentado Ruben Fleisher (Zombieland, Venom), con una trama servicial y actores de nombre que vende entradas.
Pero como adaptación del videojuego cae de platanazo saliendo del carril, traicionando quizás al público a quien va dirigido en primer lugar: los gamers que hicieron de esta franquicia un clásico para la marca de consolas; muy a pesar que cumple con todo: huevos de pascua, resolver rompecabezas arqueológicos, acción vertiginosa y hasta el tema musical original del videojuego en leitmotifs (pendientes de un cameo sorpresa).
La falla está en el alma de Uncharted que son los personajes, pobremente seleccionados en un reparto que para nada captura el semblante de sus homólogos virtuales; sino que tampoco hay química, que afecta el pastiche de guión que roba pedazos de varios juegos de la serie para armar el argumento de esta insulsa introducción.
Nathan Drake, el protagonista anti-héroe de Uncharted, es un tipo endurecido por vivir como un ladrón de museos y caza-tesoros mercenario-arqueológico en una eterna carrera por competir contra otros ladrones en la búsqueda de riquezas históricas. Drake es un tipo forjado, con un gran conocimiento de historia que aprendió empíricamente durante su vida como pendenciero. Nada que se pueda ver en el aspecto y comportamiento de puber de Tom Holland, cuyo carisma adolescente en Spider-Man no le funciona esta vez en Uncharted, al menos no para quienes conocemos bien al Drake original.*
Igual pasa con Mark Wahlberg como Victor Sullivan "Sully"; que aparte de no parecerse en nada, no se comporta como él ni transmite lo que la escritora Amy Hennig nos dejó en sus juegos cuando los creó para el Estudio Naughty Dog. El parecido podría dejarse a un lado si la química entre Holland y Wahlberg recogiera esa magia de relación Padre-Hijo o socios de crimen que hizo de los personajes de los juegos unos best sellers merecedores de múltiples premios de juego de año. Hay mejor química en National Treasure.
Eso lograron los actores originales que plasmaron el humor, drama y emociones que Hennig escribió (que se medio siente en una escena al fnal de los créditos, pero muy tarde ya para el film). La dupla que hacen Holland y Wahlberg es genérica que hasta raya en lo cringeworthy con sus patéticos intentos de hacer buddy humor de segunda.
Sin embargo hay cosas que están fielmente recreadas de los juegos. Uncharted ha sido criticada por tener villanos débiles en carácter y amenaza, algo cliché sin originalidad. Uncharted es igual con sus villanos, que no generan reto ni elevan algún sentimiento de amenaza para darle tensión o balance al conflicto. Son los 'malos' a quienes hay que ganarles en la predecible carrera por el tesoro –en este caso el oro de Magallanes– sin que se ganen el respeto y desprecio de la audiencia. Es este balance entre el héroe y los rivales lo que hicieron de Indiana Jones de Lucas/Spielberg unas joyas que nos seducen con emociones indelebles. Algo que Uncharted ni Tomb Raider han podido replicar.
El film presente no es la excepción, en especial con Antonio Banderas como el prototipo malvado que no funciona; como tampoco funciona Banderas en ningún film que haya hecho de este lado del Atlántico (con Almodovar sí sirve este mequetrefe). Suma a otros villanos "formuláicos" y entenderán por qué Uncharted sólo podría ser un buen film para audiencias "normies" (término para los no-gamers), que busca una película cotufera de turno que hasta a ellos se les olvidará en pocas horas. Para nosotros los gamers fue otra oportunidad desperdiciada y arruinada por Wahlberg (Max Payne, anyone?). Hey, al menos la chica que hace de Chloe Frazer (Sophia Taylor Ali) se aproxima más al personaje del juego en semblante y carácter que el resto de los protas, me encantó. Nah, no la recomiendo como la cartelera rural del mes, esperen a 'The Batman'.
(★★★☆☆)
___________
Bartolomeo
[*] Todos queríamos que el film de Uncharted tuviera a Nathan Fillion como el prota, porque fue el actor que inspiró a los creadores del juego a moldear a Drake a su imagen y semejanza. De ahí que los dos, el actor y el personaje, comparten el mismo nombre –Nathan– en honor a Fillion. Pero Tom Holland vende más entradas por popularidad aunque no se parezca ni calce en sus zapatos en carisma, porte y carácter. Al menos nos queda el corto que hizo Fillion como Nathan Drake para darnos una idea de cómo habría sido un largometraje sobre el juego si él lo encarna (Spoiler Alert: Perfecto).
