Oh won't ya please take me home… again
A pesar que siempre he sido de tendencia a los racers –desde mis inicios como gamer nunca ha faltado uno en mi juegoteca– mi preferencia se inclina hacia los del tipo arcade. Los simuladores son interesantes, a veces me identifico con uno, pero son los arcades los que por tradición me han atraído por el factor inverosímil de velocidad que se traduce en diversión pura. Series como Need 4 Speed, Test Drive, y unas que van y vienen (Split Second y The Crew). Pero la serie Burnout –el que hace unas generaciones era el rey de los arcade racers en las consolas– fue la que más me cautivó y que por alguna razón perdió relevancia dándole cancha a otros para ocupar su lugar.
Parece increíble que ya pasaron 12 años desde la llegada de Burnout Paradise, un juego que, en su momento, causaría furor por implementar un mundo abierto que marcaría tendencia en el género de carreras. Lanzado originalmente en 2008 para PS3 y XBOX 360, Burnout Paradise pronto se convirtió en un juego de velocidad especial, al soltarnos en un mundo abierto y dejarnos total libertad para hacer lo que quisiéramos, explorar la ciudad, participar en eventos de todo tipo en solitario o en multijugador. Carreras arcade de vehículos en circuitos urbanos con tráfico donde el riesgo lo vale todo. Una década después de que jugué Burnout Paradise en mi PS3, la esencia de aquel título se mantenía intacta en la nueva entrega refrescada para Switch. Burnout Paradise no fue el primer juego de carreras en implementar un mundo abierto, ya Need for Speed le llevaba una década haciéndolo, pero sí es el primero en llevarlo a una alta popularidad en una época donde el modo multijugador era una novedad para las consolas.
La base de este port es la versión remasterizada que se usó en 2018 para el PS4 y XBOX One. Sólo manejar a través de la ciudad viendo su diversidad de paisajes y con un ciclo de día/noche –además de una banda sonora criminal con éxitos de grunge, nu metal y rock del mejor de las últimas dos décadas– era suficiente para disfrutar de sus mecánicas de conducción sin meterse en ningún modo del juego o competencia online. Nada más deambular a toda mecha por Paradise City es suficiente para jugar Burnout Paradise Remastered. Hay más de 100 carros para desbloquear conforme avanzas en los eventos –sin el nombre original ni la estética exacta para no pagar licencias– pero hay más de 30 vehículos totalmente nuevos que fueron añadidos, ahora no sé si pertenecen al DLC porque cuando tuve este juego en el PS3 nunca los compré. Los modos originales de juego disciplinado persisten (Race, Tricks, Hunt and Destroy, Red Hot Track).
Hasta chocar contra un vehículo, pared o cualquier cosa que se nos atravesara, el juego de cámara lenta de la acción da una enorme satisfacción, no sientes frustración por perder, sino lo opuesto. Es casi igual en la vida real cuando conducías por la carretera y el iPod te lanzaba una de Metallica, el pie se va al acelerador y a 200Km/h en las curvas. Burnout Paradise es un arcade de velocidad que nos suelta en un mapa abierto por completo desde el principio para que lo recorramos y descubramos a nuestro ritmo. No hay nada como ocasionar un accidente en medio de una carrera que surgió de encontrar un lugar escondido en medio de una destrucción… todo natural. Desde el comienzo del juego y tras un breve tutorial obtenemos acceso a carros de todo tipo, cada uno con sus fortalezas especiales. El mundo no es obstáculo a los jugadores con los eventos predispuestos en su modalidad offline, más el fácil acceso al online permite una rápida integración de hasta ocho jugadores para distintos eventos.
Stellar Entertainment, encargados de la remasterización de Burnout Paradise, nos deja a disposición el juego original, ocho expansiones en las que se destacan sus dos más emblemáticas: Cops & Robbers y Big Surf Island. Por supuesto, los demás son paquetes de autos para disfrutar in-game. La música, ¡Dios! toda está aquí, intacta: Faith No More, Alice in Chains, Jane's Addiction, LCD Sound System, Depeche Mode, Soundgarden, Twisted Sister y sí, Guns and fuckin' Roses con el tema que da motif a este gran juego: Paradise City. Todo está aquí junto a una veintena más de artistas que hacen de este juego un clásico para tener en un handheld como nunca lo imaginé hace una década atrás.
Existe una variedad de pruebas para obtener licencias, que a su vez te dan acceso a más y mejores carros, con el fin de ir batiendo todas estas exhibiciones, carreras de punto A al B, trucos, romper carteles y, por supuesto, un montón de Takedowns en el camino. La necesidad de explorar y querer tener todos los caminos abiertos, así como alcanzar ese 100% en todo el juego, sigue estando ahí, aunque su mapa abierto no tenga tantas capas de complejidad ni sea tan grande como los actuales (The Crew 2 siendo el mayor que conozco). Al día de hoy el mapa puede haberse quedado un tanto pequeño, pero significó una fuerte influencia para los posteriores juegos de conducción tales como Need for Speed, The Crew y Forza Horizon entre las tres más célebres.
Burnout Paradise Remastered ya había hecho aparición en PS4, XBOX One y PC en 2018 con soporte para 4K y todos los DLC originales, pero al fin es la consola híbrida de Nintendo la que recibe esta misma versión con el pequeño detalle que 4K no es posible para el Switch. Tiene una resolución de 720p para el modo handheld y 900p cuando se conecta al televisor por medio de su Dock. En cuanto al gameplay en portátil, definitivamente el juego llega cómodamente a los 60fps estables, sin caídas. Todo lo demás es idéntico a las versiones de las consolas grandes, eventos, multiplayer, retos y vehículos. Burnout Paradise Remastered es una versión mejorada pero no se esperen un remake. Hay efectos de luz y mejores texturas, sin embargo es el mismo juego.
Se puede decir que el beneficio de la portabilidad en Switch que conlleva limitaciones técnicas, se parece más a la versión que recibieron PlayStation 3 y XBOX 360 hace 12 años. Incluso esto no es un problema porque como dije, fue un buen juego en su momento y ha logrado envejecer bien con el tiempo. Por si los eventos de competición no fueran suficientes, también hay mucho que ver y hacer en Burnout Paradise Remastered fuera de las carreras, desde destruir carteles de anuncios, a una serie de atajos y caminos cerrados a descubrir, realizar saltos únicos, etc., todo en una ciudad vacía porque no existe gente en las aceras. Pero este pecado lo cometen juegos tan recientes como Need for Speed.
Al ser un vertiginoso juego de velocidad, la clave aquí es la fluidez cuando haces derrapes y tomas las curvas sin perder momentum, logrando que Burnout Paradise Remastered se mantenga siempre estable la tasa de los 60fps en Nintendo Switch, lo cual es ya un logro para cualquier handheld. La esencia de Burnout está dada por hacernos percibir la alta velocidad al manejar evitando colisiones, que se diferencia notablemente del resto de los juegos cuando das un salto a 200 Km/h de un edificio a otro como un film de Hollywood, buscando llenar la barra de turbo y utilizar este booster en momentos oportunos. En su tiempo, el mapa de Burnout Paradise representaba uno de los mundos abiertos con mayor extensión de terreno explorable para hacer todas estas proezas, y con la extensión del mapa del DLC "Big Surf Island" lo hace aún más grande.
Pocos juegos logran sentirse tan apegados a su época y Burnout Paradise Remastered es uno de ellos. Ya sea por su soundtrack, estilo de juego e incluso por su diseño, es por mucho el gran clásico de los juegos de carrera de mundo abierto de la generación pasada y gracias a este remaster recordamos sus influencias en los juegos actuales. Burnout Paradise Remastered es una constante invitación a dejar volar la locura sin consecuencias, entre más caótica mejor. Este remaster es un port ideal para el jugador casual. Su re-jugabilidad es garantía de diversión. Altamente recomendable para el Switch.
¿60$?: Este port de Nintendo Switch es todo un clásico que retiene la jugabilidad original y revive la sensación de velocidad, el control y su espectáculo visual, como el racer clásico del género arcade que ha inspitado a generaciones de seguidores, imitadores e inspiraciones. Altamente recomendable.
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Switch: 2020. 1-Cartucho o Digital. Zona ALL. Video HD: 720p/60fps. Sonido: Dolby Digital 5.1, Jugadores: 1 (Online: 1-12); Disco Duro:4GB, Pro Controller & Joy-Con Compatible. ESRB Rating: E
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Bart
Copia de prensa proporcionada por cortesía de EA y Milenium Group.