You talkin' to me? Well I'm the only one here
Si hay algo que ha sido un síntoma de los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, es sin duda la sensación de alienación y aislamiento que ha poblado buena parte de la humanidad en este período de tiempo, llegando incluso a este siglo XXI. Esto, sumado al entorno que ha beneficiado este clima de cosas, termina por transformar a los seres humanos en elementos desencantados, ausentes de emoción y plenos de neurosis, rabia e intolerancia contra el prójimo y especialmente, contra el que es diferente.
No por nada, el bullying es visto en estos tiempos como un mal que hay que combatir, si bien toda la vida ha existido. Pero ¿qué pasaría si ese individuo al que todos atacan, burlan y desprecian, toma el control y arremete contra quienes lo minimizan, que de víctima pasa a ser victimario, de acosado a acosador, de ser humano a sociópata? Estas inquietudes son planteadas con maestría por Todd Phillips (The Hangover) en su visión particular sobre el archivillano de Gotham City y su origen en Joker.
Tomando como referente el personaje creado por Bob Kane* como la otra cara de la moneda que simboliza Bruce Wayne, ergo Batman, Phillips se dedica a analizar el origen de este individuo de nombre Arthur Fleck, quien ha tenido un pasado complicado, lleno de maltratos físicos y psicológicos, cuidando una madre de edad avanzada que no puede valerse por sí misma, despreciado por la gente cuando viste de payaso, con deseos de ser un comediante exitoso similar a su ídolo Murray Franklin, presentador de un late night talk show a lo Johnny Carson, pero con semejanzas al Jerry Langford de The King Of Comedy.
Esta suma de detalles, aunado al entorno caótico, sucio y maloliente que ha devenido Gotham City en un período que podríamos ubicar entre finales de los 70 o principios de los 80 del siglo pasado, hace que la sociedad se vuelva malévola, desconfiada, irascible al punto de la agresión contra el semejante que sea o una figura de poder, o alguien que esté por encima de los demás en lo social, que puede devenir incluso en una revolución. Y es este cúmulo de cosas el que propicia que el personaje pase de la condición mental a la sociopatía total y absoluta que simboliza Joker.
Este entorno maligno y decadente que se expresa en la ciudad y en Arthur Fleck es posible gracias a la dirección magnifica de Todd Phillips quien se aleja por un momento de las buddy comedies simbolizadas en The Hangover, para acercarse a un trabajo y a una estética que rinde tributo al New Hollywood de los 70, quizás el período más extraordinario del cine estadounidense que generó talentos al que este director homenajea en planos, encuadres de cámara e incluso, textura del grano fílmico, como Martin Scorsese, Brian de Palma, Martin Ritt y William Friedkin, directores claves de esta era y que sin duda Phillips estudió y adaptó a su visión particular.
Por supuesto que la labor de dirección viene enfatizada por un guión monumental a cargo del propio Phillips en colaboración con Scott Silver que hace al film único por dos motivos fundamentales: ser una película de origen de personaje de comic que no se enfoca en el superhéroe sino en el villano, y por no ser un guión bombástico que se ampare en una batería de efectos especiales; todo lo contrario: se pasa del efectismo excesivo al histrionismo puro. Ante un texto tan poderoso, los actores deben hacer gala absoluta de su talento, cosa que en Joker se aprecia efectivamente.
De igual forma, al no haber efectos especiales, el trabajo de fotografía se ubica en matices apagados con preponderancia a tonos ocres y verdes, donde se aprecia el grano del film en un registro sucio si se quiere, con todo y que está filmado en película digital, obteniendo un resultado pesado, denso, que refleja el estado de las cosas y los hechos. El trabajo de edición cumple con mantener la atención del espectador al ser lineal y reposado, pero sin desmayar en términos de tempo o de construcción de sucesos o eventos. Y lo musical pasa de las secciones de cuerdas a cargo de Hildur Guðnadóttir a clásicos interpretados por Jimmy Durante o Frank Sinatra.
En lo actoral destacan un Robert De Niro con la veteranía de años y experiencia para construir un Murray Franklin curioso, serio, gracioso pero distante, algo que como citamos nos recuerda al Jerry Langford que inmortalizó Jerry Lewis en esa obra maestra The King Of Comedy de Martin Scorsese. Quitamos a De Niro de esas comedias flojas y películas vacías y tenemos a uno de los grandes de la actuación en su elemento. De igual forma, Frances Conroy hace de Penny Fleck un personaje envejecido, vago recuerdo de lo que fue, con mucha oscuridad en su vida.
Zazie Beetz en su rol de vecina de los Fleck, es el reflejo de alguien normal en un entorno donde todo se está yendo al traste, alguien que está y no está. Brett Cullen simboliza al Thomas Wayne que quiere lo mejor para Gotham City, pero que no sabe conectarse con las masas, por lo que termina simbolizando lo que la población desprecia de la clase dominante. Y Glenn Fleshler como Randall hace un elemento cercano al protagonista, pero sólo para usarlo a conveniencia, a expensas de sacarle algo para su beneficio, quizás no material, pero sí en intenciones.
Hemos hablado de una parte del elenco. Ahora viene lo principal.
Joaquín Phoenix construye un Arthur Fleck a su medida, a su estilo, con registros que van de la calma a la exaltación, de la reflexión e introspección a la carcajada y la exuberancia, de la cordura a la locura. Es bajo este discípulo del Método, que "The Joker" toma un carácter iniciático que luego y con el paso del tiempo y la entrada de otros personajes al entorno de Gotham City, lo convertirán en el embajador del mal, el caos y el crimen. Phoenix inscribe su representación en la honrosa galería que han forjado Cesar Romero, Jack Nicholson y Mark Hamill (en la serie animada), por citar 3 actores. Sería injusto compararlo con la perfección que logró en 2008 Heath Ledger, porque ambos tienen su toque de histrionismo que los hacen únicos, aparte de representar dos instantes históricos: The Joker a lo Phoenix empieza a construir su reino del mal; The Joker a lo Ledger está por acabar con todo y con todos.
En definitiva, Joker simboliza un respiro en el mundo de los filmes basados en comics de superhéroes por ser diferente a la norma, tanto en narrativa como en actuaciones, además de un oasis en la producción fílmica actual plagada de secuelas, franquicias, remakes y reboots. Sin contar que ubica a Todd Phillips como un director que puede hacer algo más y mejor, y a Joaquín Phoenix como un monstruo de la actuación. Los pacientes han tomado el control del manicomio y The Joker los comanda.
(★★★★★★)
________________
Spaceman Spiff
[*] The Joker es una co-creación de Bob Kane junto a Bill Finger (concepto) y Jerry Robinson (imagen).
