Un Pequeño Paso para un Hombre
El 20 de Julio de 1969 cambiaron muchas cosas. Nuestra visión del papel del ser humano en el Universo fue diferente desde ese entonces. La aldea global que pronosticaba Marshall McLuhan se hizo realidad al producirse la mayor audiencia de televisión de la todos los tiempos. Y en un plano terrenal, Estados Unidos le ganaba a la Unión Soviética en la carrera por llegar a la Luna. Del mismo modo, la vida de un hombre no volvió a ser la misma al convertirse en la persona más famosa de la historia, al mismo nivel de un Cristóbal Colón o Fernando de Magallanes. Este ser humano fue Neil Armstrong, el cual es el protagonista principal de First Man, lo nuevo del director Damien Chazelle.
Tomando como referente la biografía 'First Man: The Life of Neil A. Armstrong' escrita por James R. Hansen, Chazelle se adentra en la vida de Neil tomando como punto de partida su vuelo como piloto de prueba para la National Advisory Committee for Aeronautics donde voló a una altura de 63 Km a velocidad Mach 3, estableciendo con ello un récord de altitud, pasando por el incidente que casi le cuesta la vida en la misión Gemini 8 hasta llegar al momento histórico de la misión Apollo 11. Entre estos 3 eventos, nos muestra también su vida familiar, su relación con Janet –su esposa–, sus hijos, la sacudida emocional que sufrió a comienzos de la década de los 60 y la relación con sus colegas de trabajo, tanto en NACA como en NASA; todo ello dentro del marco de un hombre en apariencia distante, frío para algunos, pero que en el fondo poseía sentimientos que le costaba expresar.
Este film viene a ser un respiro en la carrera de Damien Chazelle, más conocido por sus películas musicales, concretamente la extraordinaria 'Whiplash' y la sobrevalorada 'La La Land'. El desarrollo del arco dramático en First Man cumple con llevar las acciones a un cauce que resultan coherentes y ajustadas a los eventos tal como sucedieron; este arco viene de la mano de la dirección que resulta eficiente y consistente, pero también del guión firmado por Josh Singer que tiende a ser redondo y coherente. Quizás en este último aspecto el film se toma ciertas libertades al no ajustarse al calco con lo que pasó o con lo que en términos astronáuticos (en algunos aspectos) debería ocurrir; esto podemos atribuirlo a propósitos puramente dramáticos. Es de destacar en cierta medida la fotografía por Linus Sandgren al tener ese aspecto muy años 60, con colores en cierta forma lavados; en otras saturados, a excepción de las secuencias espaciales donde el naturalismo de la imagen es absoluto.
Más un defecto que aplica Sandgren en buen parte del film está en el uso del efecto de cámara con acercamientos rápidos, como si se pasara –cámara en mano– de un paneo rápido a enfocarse en un elemento del encuadre, dando a esas escenas una estética de video clip ochentoso. Afortunadamente la edición viene a compensar este detalle al dotar al film de un suspenso único, en especial durante las tres misiones del Neil, al destacar los silencios que en el espacio son una ley física absoluta, pero que en muchos filmes se bombardea con sonidos y ruidos innecesarios. En lo musical destaca a ratos la obra de Justin Hurwitz (colaborador de toda la carrera de Chazelle), en otros hace uso de una música que no genera una conexión con la audiencia. Inclusive sería hasta bueno eliminar música de algunas escena y sustituirla por otras, para una muestra, la extraordinaria música que hizo James Horner para Apollo 13 de Ron Howard.
Quizás no se parece fisionómicamente, pero hay que reconocer que Ryan Gosling hace suyo el papel de Neil Armstrong al dotarlo de estoicismo, fortaleza y frialdad, pero al mismo tiempo de un sustrato profundo de humanidad, porque ciertamente los astronautas aunque han sido entrenados para hacer frente al espacio, en el fondo son seres humanos como todos. Del igual modo, Jason Clarke como Ed White consigue ser esa cara afable y relajada de los astronautas, de cara a que él será una de las bajas en la carrera a la Luna al fallecer en el accidente de la Apollo 1. De igual forma, Kyle Chandler como Deke Slayton, Lukas Haas como Michael Collins, Olivia Hamilton como Pat White, Corey Stoll como Buzz Aldrin, Shea Wingham como Gus Grissom y Pablo Schreiber como Jim Lovell, entre otros, aportan ese elemento de construcción del arco dramático mencionado antes.
Pero quien de verdad se roba el film con cada una de sus apariciones es Claire Foy en su papel de Janet Armstrong; literalmente transmite toda una gama de emociones aún sin articular palabra, que se pierden de vista. First Man viene a ser en definitiva una pausa en los intentos de Damien Chazelle por revivir el género musical en el cine, demostrando que puede dirigir un drama en forma competente, con cierto apego al hecho histórico. Para los que no son fans de la exploración espacial puede parecerles un film lento, para los devotos de las misiones norteamericanas y de Neil Armstrong puede resultarles en una propuesta interesante, apartando las licencias dramáticas. Y para los que admiran los logros de la humanidad, esta película es recomendable.
(★★★★☆)
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Spiff
