Rural Tex es un estúpido portal web de noticias y reseñas sobre videojuegos y cine popular. Combatiendo el mal gusto desde 2005 (nos está costando mucho) Influenciados por nuestra cultura geek de Comic Books & Gaming, hacemos Periodismo Gonzo de tercera en este 'Colosal Desperdicio de Ancho de Banda'

Este ha sido definitivamente una de las reseñas que más me he tardado en escribir desde que estoy en este pote de página. Pero debo admitir que, aunque me encanta la franquicia Atelier y la defiendo a capa y espada, desde 2016 me dio un poco de “franchise fatigue”, lo que es natural cuando Gust insiste en sacar uno o dos juegos de la súper densa serie al año.

Cuando jugué Atelier Sophie originalmente, no tenía sino cosas buenas que decir sobre el juego, pero personalmente, no me estaba divirtiendo mucho con él. Por eso decidí dejarlo de lado y retomarlo cuando las ganas volvieran. Ahora que lo hice, lo agradezco muchísimo porque Sophie es definitivamente de los mejores juegos modernos de la saga y uno de los JRPG más sólidos y densos en el Vita y PS4.

Atelier Sophie reinicia nuevamente la franquicia, sirviendo cómo un borrón y cuenta nueva después de las trilogías de Arland y Dusk (ambas a lo largo de toda la generación pasada), tal como hicieron Atelier Rorona y Atelier Ayesha en sus momentos. Introduce un nuevo universo, historia, personajes, mecánicas y, además, sirve como el verdadero salto de Atelier a la nueva generación, con una mejora gráfica notable y 60 frames por segundo en PlayStation 4, así como una sólida versión portátil para Vita. (En Japón también existe una versión de PlayStation 3, pero lamentablemente Koei-Tecmo no la localizó).

El juego nos cuenta la historia de Sophie, una adorable chica que vive como aprendiz de alquimista en la antigua casa de su fallecida abuela dentro del pueblo Kirchen Bell, donde entrena cada día para vender las medicinas que crea en su caldero. Un día en particular, Sophie encuentra un viejo libro de recetas de alquimia que pareciera estar vacío, por lo que decide empezar a utilizarlo para escribir las recetas que recuerde o invente. Pero cuando lo hace, el libro cobra vida, empieza a flotar y hablarle, diciéndole a la sorprendida Sophie que su nombre es Plachta y que ha perdido todas sus memorias con la excepción de la existencia de un “Cauldron of Knowlegde” que le permite a cualquiera crear lo que sea con alquimia. De esa forma, empieza una hermosa aventura en la que Sophie decide entrenar como alquimista para escribir recetas en las páginas de Plachta con el propósito de encontrar el legendario caldero y devolver las memorias al misterioso libro.

Como es costumbre en los juegos de la franquicia, al menos en los modernos, Atelier Sophie no tiene ninguna catástrofe que detener o algún villano que derrotar. Es una historia mucho más ligera de lo acostumbrado y que utiliza la vida diaria de Sophie como motor narrativo. La estructura, como siempre, gira en torno a cuatro acciones principales: interactuar con los NPC en Kirchen Bell, explorar lugares alrededor del pueblo para recoger ingredientes, luchar contra enemigos en batallas por turnos y, lo principal, hacer alquimia en el atelier para crear ítems de ataque, curativos, equipamiento, etc.

El juego comienza con una Sophie muy novata en esto de la alquimia, que solo sabe crear un par de cosas. Por lo que decide empezar a explorar y hablar con los pueblerinos para aprender más y obtener ideas. Aquí es donde se manifiesta uno de los cambios más interesantes que ofrece el juego. En lugar de obtener nuevas recetas comprando o encontrando libros de alquimia, Sophie ira aprendiéndolas realizando todo tipo de acciones por doquier. Por ejemplo, si ella se encuentra algún enemigo específico en medio de una tormenta, aprenderá a crear bombas eléctricas; mientras que, si gana una batalla con muy poco HP, aprenderá a crear alguna poción curativa potente. De esta manera, el juego motiva a realizar todas las acciones posibles en él para evitar quedarse jugando de la misma manera todo el tiempo.

Para tener una idea de lo que tenemos que hacer, tenemos una guía de recetas que nos da pistas de lo que necesitamos para aprender algo nuevo. Muchas de estas recetas están ligadas a las memorias de Plachta y son las que nos harán avanzar en la historia cuando las aprendamos. Esto también resulta en nuevos lugares para explorar alrededor de Kirchen Bell, así como nuevos sidequests para obtener dinero, tiendas para comprar ítems y party members posibles. En cierto sentido, se podría decir que Atelier Sophie permite que todos lo juguemos a nuestro propio ritmo, porque nuevamente se desecha el sistema de límites de tiempo de la mayoría de los juegos de la generación pasada y nos deja hacer las cosas a nuestro modo. Por lo que, si queremos pasar un par de horas farmeando ítems, obteniendo experiencia en batalla o haciendo alquimia en el atelier, no habrá penalización alguna. Atelier Shallie también usó un sistema similar y al igual que en aquel título, funciona muy bien en Atelier Sophie.

Gráficamente, Atelier Sophie es de los mejores juegos estilo anime que he visto. Recuerdo que me sorprendió muy gratamente cuando lo jugué originalmente en 2016 y ahora, dos años después, me dejó la misma impresión positiva. La versión de PlayStation 4 es realmente bonita, sobre todo en los ambientes y los modelos de los personajes principales (no tanto los NPC del pueblo). También están mucho mejor animados que en los juegos anteriores, lo que aplaudo mucho porque, aunque los juegos anteriores también eran hermosos, se notaba ya que estaban algo anticuados en lo visual. La versión de Vita también se ve bastante bien, aunque queda más que claro que en muchísimas áreas simplificaron y eliminaron texturas para que pudiera correr en la portátil. Como el juego permite transferir la data entre consolas, alterné muchísimo entre ambas versiones, lo que hizo la diferencia más que obvia. Sin embargo, me sorprendió que la versión de Vita tiene un framerate decente, aunque nada comparado con los 60fps del PS4; porque Gust tiende a hacer versiones de Vita que dejan muchísimo que desear en cuanto a rendimiento.

Las actuaciones de voz japonesas son realmente buenas y dan muchísima vida y personalidad a cada uno de sus personajes. Pero el doblaje en inglés, a decir verdad, dejó mucho que desear. El estilo “moe” es muy difícil de recrear bien en un idioma que no sea el japonés y Atelier ya ha sufrido muchas veces por esto. Además, existen una infinidad de líneas que no se doblaron al inglés y que, si las juegas así, están completamente silenciadas, lo que resulta en un trabajo mediocre y muy flojo. La música es espectacular; una vez más me confirma que Gust tiene un equipo de compositores excelente. Todas las canciones originales son increíbles y encajan perfectas con el tono del juego. Un detalle que me encantó es que nuevamente existe DLC gratuito que incluye las bandas sonoras de otros juegos de Gust para configurar prácticamente todos los momentos del juego como la exploración del pueblo, las batallas, etc. Estos DLC incluyen toda la banda sonora de la franquicia Atelier, pero me encantó que también está disponible la música de otros clásicos de la desarrolladora como The Adventures of Robin Lloyd, Meru Purana o Hresvelgr.

El sistema de alquimia sufre un cambio notable que modifica todo lo que ya conocía de los seis juegos anteriores. Ahora se convierte en su propio minijuego en el que cada ingrediente toma la forma de una “pieza de Tetris” que debemos encajar en unos cuadros. El propósito es hacer que todas encajen sin que estén unas encima de otras para obtener bonos en la puntuación de cada ingrediente y que la creación final tenga mejores efectos (como daño elemental extra en una bomba o poder recuperar MP en una poción que sólo curaría HP) o algún rasgo adicional como un aumento del 5% en todos los stats en, por ejemplo, algún metal que luego utilicemos para hacer armaduras.

Es un poco difícil de entender en un principio y puede que espante a muchos jugadores que lleguen al juego pensando que es solo Cute girls doing cute things™. Pero a medida que se avanza en el juego, los tutoriales van explicando todo lo que necesitamos saber. Y, por supuesto, la practica hace al maestro. Al principio me costaba lograr obtener buenos efectos en mis ítems, pero ya para el final estaba tan acostumbrado que pude exprimir todo el potencial del sistema de alquimia y fortalecer muchísimo el equipamiento de todos los personajes. Así como crearle ítems regenerativos y de ataque a todos. Es un sistema denso pero súper adictivo y fascinante.

Las batallas también sufrieron un fuerte cambio. A diferencia de Atelier Escha & Logy y Atelier Shallie, ya no tendremos una línea frontal y una trasera de personajes en el party, sino que utilizaremos solo cuatro a la vez que pueden alternar entre posturas ofensivas y defensivas. Lo que ayuda a que, si un enemigo está preparando un ataque especial, podemos cambiar a postura defensiva para aguantar más daño y arrojar alguna poción con Sophie para revertir el golpe mientras que, si vemos una oportunidad de matar algún monstruo antes de que actúe, podemos colocar a todos en postura ofensiva y atacar utilizando el nuevo sistema de “chains” para diezmar a los oponentes rápidamente.

La estrategia y el conocimiento de cómo funciona el sistema de batalla es clave para salir victorioso. Atelier Sophie es un juego que, a mi parecer, fue mucho más difícil que los de la trilogía de Dusk donde la brujita Wilbell y Ayesha resolvían todas las peleas por si solas. Al principio, las bombas de Sophie serán la mejor ayuda que tengamos y en la segunda mitad, los buffs y debuff que logran personajes como Monika y Leon serán la diferencia entre ganar una batalla o devolvernos al atelier con el rabo entre las piernas y perdiendo la mitad de los ítems que hayamos recolectado.

Lo que me lleva a una de mis pocas quejas del juego, los party members fueron un poco insípidos para mi gusto. Sophie es por lejos la mejor y más interesante del juego, mientras que el resto de los party members no lograron crear mucha química en mí. Atelier Sophie no tiene a un Sterk, una Wilbell, una Linca y por supuesto, una Ayesha. Sin embargo la protagonista fue genial y me encantó ver el desarrollo de su personaje desde que es una novata hasta que se convierte en una maestra alquimista en la que todo el mundo confía.

Atelier Sophie resultó ser una experiencia muchísimo más grata de lo que mi primera experiencia con el juego me hizo creer y me devolvió la pasión y el gusto por la franquicia. Es un juego realmente hermoso y bien diseñado que deja claro que Gust son de los desarrolladores más serios que hay en el género JRPG y que sus juegos, aunque modestos en valores de producción, no tienen absolutamente nada que envidiarle a nadie en cuanto a mecánicas y diseño. Es de los JRPG que más he disfrutado en el PlayStation 4 y en definitiva el mejor Atelier del Vita y me motiva muchísimo a jugar sus ya disponibles secuelas: Atelier Firis y Atelier Lydie & Suelle que, naturalmente, reseñaré eventualmente en esté desperdicio de ancho de banda.

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Mike