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Luego del éxito de Demon's Souls, fue inevitable la proliferación de copias inspiradas que abundaron por doquier. Soulslike les llaman ahora. Los hay de todo tipo, hasta pixelados 2D. Pero en materia de clones, ninguno se ha acercado a la esencia que FROM Software imprimió en su salsa secreta. No es que Nioh acierta en todos los puntos, pero da su propia versión y exhibe personalidad suficiente para sobresalir del montón

Y cómo no va a ser así si el componente principal, el gameplay, es donde se miden todos los soulslike. En el caso de Nioh, la experiencia de Team Ninja haciendo los clásicos Ninja Gaiden, les sirvió de pedigree para entregar un juego pulido en combate y hasta reluciente en estilo. Te despiertas en la cárcel en ropa interior, saliendo te abres camino a través de los guardias de la cárcel. Los enemigos que matas dejan caer objetos y puntos de experiencia conocidos como Amrita. Al llegar a un santuario, puedes usar el Amrita para subir de nivel tus diversos atributos, pero si te matan antes de llegar a él, perderás toda tu experiencia acumulada y aparecerá un lugar de tumba donde caiste. En tu próximo intento, si logras volver a ese punto, recuperarás todo el Amrita, pero si te matan en el camino, entonces tus puntos de experiencia se perderán, y todo tu arduo trabajo no habrá sido en vano.

Sí sí sí, todo esto huele a que copia los fundamentos de Dark Souls, pero las similitudes entre los dos son tan marcadas y tan numerosas que sería negligente por nuestra parte no mencionarlo. Estructuralmente, el ciclo de juego es prácticamente idéntico a Dark Souls, pero son las formas en que Nioh se diferencia de la serie Souls las que son las más convincentes. Nuestro héroe es un marinero occidental llamado William Adams (basado en un personaje histórico real) que viaja a la guerra de Japón a principios de la década de 1600 en busca de un enemigo, y termina con la poco envidiable tarea de luchar contra criaturas demoníacas de la mitología japonesa.

El argumento tiene lugar en una época medieval alternativa del período Sengoku, dominado por la fantasía y las artes oscuras en la que los reinos se vieron arrasados cuando aparecieron los Yokai, unos demonios tenebrosos relacionados con la Amrita, una misteriosa energía mágica, que además sirve como moneda del juego al derrotar enemigos y jefes finales. La historia del juego realmente no es tan importante y puede considerarse su punto más débil. El idioma de Nioh es principalmente japonés con ciertas partes en inglés, pero cuenta con una gran variedad de subtítulos.

La ambientación es espectacular. Visitamos montones de lugares encerrados por una cruenta guerra civil. Las poblaciones, los personajes, las armas y vestimentas están recreadas de un modo realista y a la vez fantástico que resulta muy atractivo. Team Ninja sí que ha sabido desmarcarse en ciertos aspectos de la saga de From Software, no solamente en lo relativo a la ambientación, sino también a nivel de su intensa jugabilidad, principalmente en la forma en que progresaremos. Aquí encontramos una de las grandes diferencias con su saga madre: sus armas y armaduras. Hay cientos de objetos de equipo que, como en la saga Diablo, obtenemos al azar al acabar con los enemigos. La interfaz de menú de habilidades es confusa e intimidante que requiere estudio y disciplina.

Nioh utiliza un sistema de botín que es similar al que se ve en RPGs. Cada tipo de arma y armadura está codificada por colores en función de la rareza (Diablo), y viene con sus propios aumentos de estadísticas y ventajas. Encontrar un arma o una pieza de armadura de alto nivel es consistentemente emocionante, y dado que el juego te permite reproducir niveles a voluntad desde la pantalla de selección de la misión, puedes subir de nivel a tu personaje, mejorar tu comprensión de la mecánica de combate e intentar recoger botín más grande y mejor al mismo tiempo. Espíritus guardianes con forma de animales suben tus atributos y te protegen contra elementos y enfermedades, te asisten en batalla cuando su barra de energía está llena. Es un recurso indispensable a lo largo del juego.

El combate es muy similar a cualquier otro Hack & Slash por lo que tendremos que hacer uso de combos y movimientos de ataque ágiles, acompañados de acciones que consumirán nuestra barra de energía como correr, esquivar ataques o bloquear golpes. Además William será capaz de alternar entre 3 estilos de combate o "stances" lo que proporcionará diferentes efectos en sus movimientos durante las batallas. Tendrás que usar varios estilos para dañar a tus oponentes y puedes desviar los ataques o esquivar el camino con strafes y tiradas. Otro punto débil es que en las primeras horas no hay una gran variedad de enemigos y encontrarás mucha repetición, pero mejora al avanzar.

Cada acción que realices agotará tu medidor de ki, y si te quedas sin ki te asombrarás durante un par de segundos, y lo más probable es que te maten un par de segundos después de eso. Bummer. Los enemigos de Nioh golpean con fuerza, e incluso los más humildes son mucho más peligrosos que el típico enemigo estándar que te consigues en la mayoría de los juegos de rol de acción. Todos los enemigos también tienen un indicador de ki visible y, al igual que William, terminarán aturdidos si se agota, dejándolos abiertos para que descargues el golpe fulminante (Finish Him!).

Claro, puedes gastar tu medidor de resistencia (Ki) usando ataques estándar y ligeros, encadenándolos para combos, o bloqueando y esquivando, pero la forma en que Ki funciona en Nioh se distingue de la stamina de otros juegos. Hay mucha gestión de artículos y repito que abruma revisar los menús para encontrar la combinación perfecta de artilugios que complementa tu estilo de juego particular. En Nioh podrás unirte a un clan y recibir beneficios especiales, como resistencia al fuego o hacer que tus ítems tengan mayor efecto. Podrás cambiar los puntos de gloria, que obtienes por matar Revenants, por diferentes recompensas como armas o armaduras especiales.

Por último, nuestro protagonista también tendrá el poder de invocar a almas y espíritus que le asistan, algo que se ha aprovechado para incluir un modo multijugador cooperativo, al permitir invocar a otros jugadores, que nos ayuden en los combates de forma online. En cuanto a la estructura, el juego se divide en misiones que tienen lugar en numerosas regiones diferentes de Japón. Cada misión es autónoma y generalmente termina en una batalla contra jefes; estas peleas aumentan considerablemente el ya desalentador nivel de dificultad. La historia principal lleva unas 40-50 horas con alto factor de rejugabilidad.

Las misiones secundarias son en su mayoría nuevas versiones de las etapas principales de la historia existentes, pero se remezclan de una manera entrañable que es más parecida a un entorno de mayor dificultad de la vieja escuela, o incluso a un modo arreglado. También puedes visitar a un herrero para forjar nuevas armas, comprar armaduras o vender artículos que hayas encontrado en tu viaje. Y si estás teniendo dificultades para sobrevivir a una misión en particular, puedes ir en línea y pedir ayuda a otros jugadores que pueden entrar en tu mundo, o puedes entrar en el suyo y formar equipo para hacer frente a la horda demoníaca. El juego funciona a 60 FPS sin problemas sacrificando resolución y muy poca fidelidad gráfica, mientras que la opción de película bloquea el juego a 30 FPS, pero en 1080p. Para los que sienten que 30 FPS es "cinematográfico", estarán felices, el framerate nunca falla con desempeño impecable en todo momento, especialidad de Team Ninja.

Nioh es casi tan accesible como puede ser un juego de este tipo, y si bien eso puede ofender la sensibilidad hardcore de algunos fanáticos de Souls, es un título que probablemente atraerá a muchos jugadores que quieren un desafío de juego; pero están apagados por la naturaleza obtusa de la narración de Dark Souls y las turbias explicaciones de su mecánica. Por suerte, Nioh introduce suficientes novedades para ser único, muy adictivo, y con una dirección artística especial, es uno de los action RPG más importantes del año. Si eres fan de la serie Souls, dale una oportunidad.

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Barton