Sine fide sine confessio fidei, quid sumus*
En más de una oportunidad me he dejado llevar por la ola de opiniones virales en torno a un juego en particular, que lo alaba o lo condena, encontrando exactamente lo puesto al momento de experimentarlo de primera mano. Sigo sin aprender la lección puesto que la experiencia –y mis co-editores– me ha demostrado que el mejor crítico y la mejor opinión es la propia y la de los camaradas que respeto… que son muy pocos.
Mi última experiencia viene a ser el videojuego que Sony intentó pasar como un "AAA" abanderado durante la sequía inicial que sufrió el PlayStation 4 durante su largada. Hablo de The Order 1886, si bien para nada es un AAA must-have merecedor de un precio de 60$, tampoco es todo lo que se dijo en su contra. Menos todavía voy a hacerme el inocente y apuntar con el dedo a todos como causantes de despreciar a este juego, ya que también confieso haberme cargado de prejuicios en relación a The Order 1886 por las primeras impresiones respecto a su gameplay, el cual acusé de ser una copia de los juegos no-interactivos de David Cage. Aún antes de instalarlo en mi PS4 había decidido dejar su reseña para la columna de los remates que reservo para ese backlog para cuando no tengo mas nada prioritario por jugar. Casi siempre acierto en mi juicio a priori… casi.
Sin embargo, en tiempos recientes, jugando títulos como Steins;Gate, he aprendido que hay niveles de interactividad que no necesariamente sirve de medición cualitativa para calificar –o no– a un título interactivo como "juego". Hasta he llegado a disfrutar de esos juegos limitados de David Cage que actúan más como películas interactivas, del mismo modo que estoy disfrutando de Steins;Gate que baja aún más la interacción del jugador al punto de llamarla "novela gráfica". ¿Quiere decir que porque no tengas la libertad absoluta hacer lo que quieras –cual Just Cause– un juego no merece ser llamado como tal debido a las restricciones que su diseñador puso en función de una narrativa o fin artístico? Esto me ha llevado a reflexionar sobre esos estigmas que manejamos los gamers que envician a nuestro hobby y nos lleva a discriminar, segregar y confrontarnos, en lugar de disfrutar las variedades artísticas que este medio nos ofrece.
¿Es Steins;Gate menos 'juego' que Zelda sólo porque carece de animaciones, mecánicas libres, multiplayer y todas esas cosas que tomamos como canon para definir en términos generales a los videojuegos? ¿No creen que nuestro hobby sería sumamente aburrido si todos los juegos tuvieran que conformar con ese patrón universal que parece ser el molde por el cual se mueve nuestra pervertida y corrupta industria? Claro, imaginen que todos los juegos que salen fueran sandbox de mundo abierto y shooters de primera persona… Oh Wait! Quien me conoce, sabe que después de terminar un juego con un diseño específico, no puedo iniciar otro con características similares. No sólo puede crear imparcialidades a la hora de emitir opiniones entre uno y otro, sino que en mi caso genera una fatiga de género. Si culmino un shooter de primera persona, quiero algo diferente para cambiar de ambiente y refrescar la experiencia. Mi pan con mantequilla desde el ATARI.
Lo anterior quiero que sirva de preámbulo para darles mi justa opinión de lo grandioso que fue, para mi, la experiencia de jugar The Order 1886; donde al igual que con todos los juegos, encontré dulzuras y bemoles en balance justo porque no existe el título perfecto. The Order 1886 es un juego extraordinario, con un arte visual e intelectual que sacudió mis expectativas que seguían viciadas segundos antes de darle comienzo. The Order 1886 es una aventura de shooter de tercera persona, muy lineal cabe destacar, que favorece a una narrativa delicada que depende de un ritmo inquebrantable para satisfacer el objetivo de contar una tremenda historia. Un cuento ficticio ambientado en la Londres victoriana de finales del s.XIX que incrusta historia real con mucha elocuencia y delicadeza.
The Order 1886 supone a una organización oficial al servicio de la corona real que mantiene el orden y progreso con su disciplinada alineación de caballeros que fungen como un bastión de defensa. ¿De qué? Pues eso lo deben averiguar gracias a su guión muy inteligente que arropa los hechos verídicos de Jack El Destripador, la leyenda de los licántropos y conspiraciones internas que ponen en duda lealtades ancestrales. Si los nombres de Percival, Galahad, Tristan, Lancelot, etc., no les da una pista de la clave del juego, entonces mejor no lo jueguen porque les va a parecer una trama de Sci-Fi Horror genérica de muy corta duración, que sin el trasfondo intelectual histórico no sería igual que si tuvieran un mínimo de cultura popular. Los libros no muerden, mequetrefes.
Por lo tanto, The Order 1886 sacrifica mucha interactividad en favor de no corromper el ritmo de la narrativa. Con esto dejo claro que el juego es muy lineal, que justifica una dirección de avance constante, sin backtracking y con segmentos 'guionizados' (scripted) como parte de su diseño. Pero lo lineal no justifica que en muchos casos las mecánicas de gameplay se vean restringidas, con algunas mecánicas reservadas para determinados escenarios, que guían al jugador a cantar la melodía impuesta como un karaoke repetitivo. Me explico, sólo puedes sacar el arma en situaciones de combate pre-diseñadas, los controles para correr se activan o desactivan en favor del momento y la situación, etc. Un gameplay basado en scripts donde hay mecánicas específicas para cada escena. Esto puede dar la impresión de variedad, pero no estandariza los fundamentos básicos de diseño que todo juego debe tener.
Esto no me molestó mucho, entendí bien que es una narrativa lineal y caminé con eso. Pero con lo que no pude caminar fue con los detestables QuickTime Events que, si llevan tiempo leyéndome, sabrán lo mucho que los detesto siendo muy contadas las excepciones donde los admito en justificada medida. El problema de The Order 1886 es que los QTE son del tipo intercalados en medio del gameplay. Sirviendo de "one button takedown" que automatiza acciones que pudieron ser mecánicas manuales y de "press this button now or game over" que te obliga a presionar botones sorpresas aleatorios en un lapso corto de reflejos baratos, que de no hacerlo el juego se interrumpe como penalización frustrante. Desafortunadamente de esto sufre The Order 1886 en sobre dosis.
No obstante The Order 1886 tiene más pros que cons, al menos se luce en su gameplay de combate y lo mejor de todo es que los QTE no intervienen ni irrumpen en estas mecánicas bien desempeñadas (nota: apaguen auto-aim en los ajustes). Las áreas determinadas para combate son abiertas en la mayoría de los casos y algunas con generosa verticalidad que condiciona cierta libertad de desenvolvimiento. La ingeniosidad de las armas es excelente, todas ficticias, pero con un gancho histórico muy bien aplicado para justificarlas (pista, otro personaje histórico de renombre). Esto le da a The Order 1886 una dinámica que combina momentos de stealth y melee action para diversificar la interactividad motriz de su bien pulido gameplay. Aunada a su ritmo narrativo, actuación de lujo y sus impresionantes gráficos, obligan a que al menos le des una jugada para apreciar el trabajo puesto en él… le di dos vueltas para asimilar los detalles que omití en mi primera pasada.
Si te sumerges en su trama, apreciarás los coleccionables en forma de documentos históricos, fotográficos y grabaciones de audio (uno de sus tantos anacronismos del período) para enriquecer la historia, de lo contrario sólo serán excusas para los caza trofeos. De cualquier forma sólo hay una única ruta y desenlace asumiendo al personaje de Galahad, quien se ve envuelto en una conspiración de fondo que compromete su lealtad a la orden que dio juramento de por vida. La trama tiene tanta carne que deja mucho en el hueso para una segunda parte, de hecho la breve escena en los créditos lo sugiere, sólo espero que la gente de Ready at Dawn no se haya dejado intimidar por la mala publicidad y crítica para motivarse a seguir esta franquicia que tiene buenos pies. Sólo tomen las observaciones de sus tropiezos iniciales para mejorar en una potencial secuela. Quien sabe, podría ser un verdadero AAA Day-1 de 60$ bien merecidos.
¿60$?: The Order 1886 es un buen intento, merecedor de tu tiempo, pero de hasta 15$ como máxima inversión.
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PS4: 2015. 1-Disco (Blu-ray). Zona ALL. Video HD: 1080p (¡cof! barras negras ¡cof!). Sonido: Dolby Digital & DTS 5.1, Jugadores: 1 (Online: N/A); Disco Duro: 50GB, DualShock 4 Compatible. Trofeos. ESRB Rating: M
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Sir Bartholomeous
[*] "Without faith, without beliefs… what are we?" –King Arthur