Nothing Legendary Here
The Legend of Zelda siempre fue mi franquicia favorita de Nintendo durante mi niñez y adolescencia. De hecho, puedo decir que es una de las principales causas por las que el gaming es mi pasatiempo principal.
Naturalmente, varios de los títulos de la saga están entre mis favoritos y los más influyentes jamás creados: "Ocarina of Time", "Majora's Mask" (mi favorito) y "A Link to the Past" como mi Top 3. La última, única entrega que vio el SNES a principios de los años '90 que incluso hoy considero una obra maestra y un "must-play" para cualquier gamer. Sin embargo, luego de Majora’s Mask, Nintendo encaminó a la saga en una dirección que no me gustó tanto, dirigiéndola más hacia el público infantil, lo que sacrificó ese feeling de aventura épica medieval de fantasía que tuvieron los Legend of Zelda viejos y eliminando por completo la dificultad y el reto que exigían los jefes y puzzles dentro de los calabozos. Por eso me alejé un poco de la franquicia y dejé de jugarlos apenas salían.
Más de dos años después de su lanzamiento original, finalmente decidí jugar A Link Between Worlds; la primera entrega original que tuvo el 3DS por allá a finales de 2013 y ahora que lo he completado, terminé con sentimientos encontrados respecto al juego. The Legend of Zelda: A Link Between Worlds es una secuela directa de A Link to the Past y se lleva a cabo en el mismo mundo, varias generaciones después. En este juego, la historia del héroe que derrotó a Agahnim y Ganon para salvar Hyrule ya se ha convertido en leyenda y el país vive en una época de paz. Todo hasta que llega un hechicero malvado llamado Yuga que tiene el objetivo de atrapar a los descendientes de las Sages en pinturas para liberar a Ganon y reinar Hyrule. Un nuevo Link decide tomar riendas en el asunto y obtener la Master Sword para rescatar a las Sages y mantener la paz de la tierra.
A Link Between Worlds es un video juego muy hermoso que está plagado de guiños a Link to the Past por doquier. Desde el mundo en el que se lleva a cabo, la música y los ítems que Link utiliza hasta los efectos de sonido que tenía el juego del SNES. Si jugaste LTTP, reconocerás sonidos como el de Link subiendo escaleras, los enemigos muriendo o persiguiendo al protagonista, entre muchos otros. Al igual que LTTP, este es un juego 2D con una cámara “overview” que nos da una perspectiva de lo que está ocurriendo desde arriba. La mecánica principal que debuta en esta entrega es la habilidad de Link para transformarse en una pintura y moverse por las paredes, que junto con el uso de ítems convencionales como el arco, bombas y el hookshot servirán de herramientas para resolver los puzzles y moverse por los calabozos.
Uno de los aspectos más interesantes que tiene esta entrega de Legend of Zelda es que da la impresión inicial de no ser lineal. Link puede terminar los dungeons prácticamente en cualquier orden que el jugador desee debido a que desde el principio del juego, es posible alquilarle la mayoría de los ítems a un NPC. Pero a pesar de esto, una vez que entraba en cada dungeon, me di cuenta que lo que no hay de linear fuera de ellos, lo hay dentro. Los puzzles y enemigos son ridículamente fáciles y realmente dudo que alguno me haya tomado más de veinte minutos en resolver y terminar, con jefe incluido. El juego pone a disposición de Link todos las herramientas necesarias desde el comienzo y más, porque a medida que avancé en el juego, encontré minerales para mejorar la Master Sword, más corazones para aumentar el HP y una túnica que redujo el daño a la mitad. En algún momento del juego, los enemigos dejaron de importarme y a todo solo le caí a espadazos y flechazos hasta que moría sin importarme el daño que me hizo porque lo más seguro es que en la siguiente habitación había vasijas llenas de corazones.
El nivel de dificultad de Link Between Worlds es absurdo y en mi opinión, arruinó la diversión y el sentimiento de reto y exploración que tuvo LTTP en los 1990s, siendo un juego que se llevó a cabo exactamente en el mismo mundo. No es que me la quiera dar de "pro gamer" y admito que Zelda no debería tener la dificultad de algo como Bloodborne y Demon's Souls, pero esto en definitiva le hizo muchísimo daño al juego. Además, el hecho que exista el "Hero Mode", que aumenta la dificultad, no arregla el problema porque no está disponible desde el principio, tomando en cuenta que la mayoría sólo va a terminarlo una vez, no es una solución para los que queríamos un reto mayor.
De todas maneras, el juego no es malo y estoy seguro que la fanaticada fiel de Legend of Zelda está muy complacida, pero los que aún tenemos marcada nuestra adolescencia y niñez con juegos del calibre de Majora’s Mask vamos a criticarlo fuertemente porque, insisto, esta no debería ser la dirección de todos los juegos de la franquicia y más tomando en cuenta que Nintendo si hace juegos difíciles y épicos como los Fire Emblem, Donkey Kong Country o New Super Luigi U. Entré A Link Between Worlds pensando que sería una aventura grande que me tomaría más de dos semanas en completar y terminaría con varias páginas de review con todo lo que iba a decir sobre el juego; pero solo me duró tres días y para ser honesto, no tengo mucho más que decir sobre él.
Si eres muy fanático de Legend of Zelda, hay mucho que apreciar en este título, pero si de lo que vas pendiente es de una aventura de grandes proporciones, con exploración, reto, jefes y buen combate, quédate con Fire Emblem, Majora’s Mask 3D o uno de los muchos JRPG que existen en la portátil.
¿40$?: Sólo lo recomiendo si eres muy fanático de Zelda.
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3DS: 2013. 1 cartucho. 3D, Sonido: Stereo, Jugadores: 1, Online: N/A, Spotpass, Streetpass; ESRB Rating: E
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Mike