Back off Bitch
¿Recuerdan "The War of the Roses"? ¿Aquella comedia de un matrimonio ideal que se derrumba progresivamente hacia un final trágico? Esa película fue una joda satírica sobre la relación de pareja, que deja de ser graciosa una vez traspasa el umbral de la ficción a la realidad. Pues más real no puede ser la dramatización de un matrimonio moderno en pleno punto de quiebre, cuyas fisuras no se distinguen desde la mirada exterior que sólo ve su superficie de porcelana. Así es la nueva cinta de –mi director favorito– David Fincher, Gone Girl, que explora una vez más el lado oscuro y siniestro del ser humano cuando sus ideales son puestos a prueba contra la realidad.
Fincher ha sido un maestro –a veces obsesionado– recreando los límites de la frágil psicología del hombre en sociedad cuando decide salirse de sus parámetros de control. Esos linderos que intentan domar el espíritu humano que no es menos impulsivo e instintivo que el animal que realmente es. Sólo nos separaran pulgares opuestos y raciocinio griego civilizado para antropológicamente distanciarnos de otras especies del reino animal. Pero siempre hay una manzana podrida y a Fincher le encanta pintar bodegones con esos frutos en descomposición. Psicosis, esquizofrenia o simplemente pura maldad. Dame más. SE7EN, Fight Club, ZØDIAC, The Girl With the Dragon Tattoo, son algunas de sus célebres obras que coinciden en mostrar el desequilibrio que el ser humano puede alcanzar cuando algo hace '¡snap!' en el coco, sea ficción o realidad… por desgracia la línea que las separa es muy difusa.
No puedo detallarles nada sobre Gone Girl que no sea lo poco que sugiere sus avances promocionales, que gracias a Dios este Director no cae en la onda de trailers que resumen todo el film de principio a fin (si van al cine conmigo, notarán que cierro los ojos cuando viene un trailer de una película que me interesa). En breve, Gone Girl narra el oscuro y satírico suceso de la misteriosa desaparición repentina de una famosa escritora en un área rural de Norteamérica. Su esposo queda expuesto al escrutinio de los medios, descubriendo sus secretos con los tropiezos de su torpeza diplomática, revelando inconsistencias en su relación matrimonial que genera dudas a libre albedrío sobre la legitimidad de sus clamores. Las apariencias de lo que se presumía una pareja ideal viviendo el sueño americano, se desmorona revelando capas corroídas internas hasta mostrar un núcleo podrido que te dejará pensando por rato largo. Me encantan los films que dejan cicatrices psicológicas y emocionales.
La magistral dirección de Fincher cobra de nuevo el protagonismo, donde sus piezas en juego, los actores, muestran lo mejor de sí, incluso aquellos que nunca pensamos ver destacarse en un drama. Tanto es así que los personajes son meras figuras que acompañan al omnisciente director que se siente en cada toma, plano y encuadre, donde persiste su estilo sombrío en la iluminación de los sets. Más bien a falta de iluminación ya que Fincher se empeña en hacernos ver la oscuridad no sólo en sus dramas, sino en la forma que los recrea. Un día de estos va a hacer una película sólo de noche y sin luz.
Es larga, pero Gone Girl se percibe corta ya que su narrativa rítmica con regresiones es tensa como mecánicamente estable, que manipula tus emociones impactando los sentidos sin recurrir a shocks baratos, que los hay gráficos y sugestivos. Una cinta inteligente, si bien a veces cínica y satírica, que expone casi a denuncia la morbosidad de los medios al convertir en entretenimiento sensacional un suceso grave. La capacidad que tiene Fincher de violar tu cerebro para que no puedas predecir el desenlace, o los muchos que tiene Gone Girl, es de admirar sin que tu inteligencia se vea ofendida en ningún momento. No obstante suspende la realidad al 'estupidizar' un poco a los personajes satélites en favor de mantener la narrativa coherente y creíble. La cinta es enferma, pero agradezco que este Director no se deje llevar por convencionalismos establecidos de pudor o censura, siempre dentro de sus cánones artísticos de buen gusto.
Basada en una novela de Gillian Flynn, Gone Girl es un thriller de suspenso lento, con humor negro dentro de su sátira social y cinismo nihilista retorcido. Se mete bajo tu piel sin permiso, hace que saques tu pequeño escudo moral pero no para obstruir la mirada; complace el morbo inconsciente que todos tenemos, el cual es mudo por aquello que todos guardamos esqueletos en el escaparate (no te hagas). Eso es Gone Girl, brillante dentro de su oscura penumbra, elocuente dentro de su brutalidad y sincera dentro de su escandalosa vanidad. La tensión hacia el clímax (?) es sofocante. Cada escena te atrapa hacia la próxima sin romper el ritmo que siempre va escalando en preguntas que sólo tu debes responder. El final te dejará 'WTF?' literalmente. Garantizo que estarán cinco segundos perplejos al rodar los créditos (viendo a la nada) antes de buscar respuestas con la mirada ante la persona que tienen al lado.
El reparto es poco usual para lo que espero de un film de Fincher, pero, con la excepción de Brad Pitt, no hay muchos actores que repiten en sus obras. Ben Affleck (The Town, Argo, Hollywoodland), quien nunca ha sido de mis actores predilectos, reconozco que lleva el protagonismo con todo el mérito de estar presente en la mayoría de las escenas y, aunque sin exteriorizar muchas emociones, logra convencer circunstancialmente. Le opone Rosamund Pike en un rol difuso y mutable que contradice las conclusiones a priori sobre su papel dentro del misterio. Ella transmite afinidad como también repudio dependiendo del cristal con que se le mire. Su desempeño es espectacular y el mejor del film sin duda.
Curiosamente hay dos piezas que nunca pensé ver en un drama de este tipo, en especial por su trayectoria en la comedia, me refiero a Neil Patrick Harris y Tyler Perry… cualquier duda queda descartada sobre el talento de estos actores, quiero verlos más seguido en este sendero de sus carreras. Buen cambio, con Harris no tenía prejuicios, al contrario, una gran admiración por su famoso personaje en una conocida comedia de TV, pero, a Perry… (Madea anyone?). Sin embargo no hay desperdicio en ninguna de las figuras secundarias que aportan su grano de arena en este extraordinario thriller.
El soundtrack vuelve a ser una colaboración de Trent Reznor y Atticus Ross* quienes han musicalizado las dos últimas obras de Fincher. Sólo que esta vez en plano mucho más ambiental y retraído en lugar de llevar la pauta con incidencias frontales. Casi a modo de suplemento acústico con melodías nana de melancólica lentitud, lleno de pasajes pianissimo y acordes 'new age' sintéticos que a veces irrumpen con texturas electrónicas estridentes para avivar el suspenso.
Gone Girl viene a ser el mejor film del año y como siempre Fincher aparece en esta época con una excepción ante un cine que cada vez ha ido perdiendo su imaginación y capacidad para impresionar. Altamente recomendable como la cartelera rural de la semana, pero apúrense en irla a ver que la dan apenas en una sala de una cadena de cines y por su contenido poco comercial, dudo que permanezca mucho tiempo en cartelera.
Film: Sir William McKay (★★★★★★)
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Bart
[*] Por cierto, por "coincidencia" mostraron forzadamente un corto mediocre de cine venezolano que fusiló casi todo el soundtrack de Reznor/Ross del film de Fincher "The Social Network". Son evidencias flagrantes como ésta que me irritan de estos productores que plagian sin escrúpulos para que encima tengamos simpatía por la producción local. Creyendo que no hay público que se dé cuenta presumiendo a una audiencia de ignorantes de todos los aspectos del arte cinematográfico, en especial hacia el sub-genero de los soundtrack donde soy un fanático coleccionista. Cuando digo plagio no lo menciono sin bases, ya que en los créditos del corto jamás mencionan la procedencia de la musicalización que utilizaron –de fuente única– de principio a fin. De muy mal gusto.