"Goin' down South Park gonna have myself-a-time…"
"…friendly faces everywhere, humble folks without temptation." Si me preguntan cuales son los mejores programas de TV de todos los tiempos diría que están –en ningún orden en particular– The Sopranos, Breaking Bad y… South Park. Sí, South Park y me entro a coñazos con quien sea. South Park es mi barra para detectar coeficientes intelectuales de dos dígitos que no entienden su genio, su finesa y su personalidad inmutable a través de 18 temporadas. Los ignorantes sólo ven muñequitos haciendo y diciendo vulgaridades.
South Park es la única serie –larga– que jamás me ha decepcionado y me ha mantenido como un acérrimo fan desde el comienzo (en contraste, The Sopranos y Breaking Bad parecen mini series en proporción). Irreverentes, políticamente incorrectos, mucha inteligencia detrás de su sátira y con el mejor humor adulto de este lado del Atlántico (del otro lado está el Monty Python y Benny Hill por siempre). South Park es el mejor reflejo del "sueño americano" satirizado en forma de denuncia humorística que aún mantiene su producción endógena muy íntima y de bajo presupuesto.
Creado, producido y dramatizado casi enteramente por Trey Parker y Matt Stone, South Park sostiene su sinceridad abierta sin venderse a patrocinantes o cadenas de TV (¡cof! Simpsons ¡cof!), y sin ceder ante las amenazas de moralistas conservadores con el falso pudor de la censura. El motif recurrente detrás de sus temas de denuncia –representado desde el punto de vista del argot social de unos niños de 4º grado– ha sido el constante ataque al absurdo normalizado de la sociedad norteamericana con un humor negro y satírico, algunas veces empleando el formato de musicales (Parker y Stone son músicos). Su estrategia –intacta– ha sido siempre combatir fuego contra fuego, es decir, el absurdo con más absurdo. Enfocando sus burlas hacia la desarticulación de celebridades, políticos y acontecimientos importantes o escándalos; muy en especial ridiculizando a todas las religiones (Parker y Stone son ateos). Todo desde el anonimato de un poblado rural del estado de Colorado que lleva el nombre de la serie… ¿y con tema musical de Primus? Fuck Yeah! [fist in the air]
La serie ha tenido éxito en la pantalla pequeña y también en la grande (South Park: Bigger, Longer and Uncut – 1999), incluso a nivel de merchandising con juguetes, muñecos y ropa. Pero donde nunca la han pegado es en los videojuegos. Haciendo un recuento rápido, desde el PSOne, el PS2, el X360 y handhelds de Nintendo/Sony, todos han sido mediocres licencias encargadas a terceros sin gloria y con mucha pena. Es hasta ahora que el propio duo de Parker y Stone se decidió por tomar las riendas de un proyecto para un videojuego de su puño y letra tal como si fuera un episodio especial o una nueva película. De hecho, este juego requirió más trabajo, tiempo y dinero que el clásico film de los ’90. South Park: The Stick of Truth es el resultado de un esfuerzo inmenso –y muy postergado para quedar bien pulido– que al fin representa el alma de esta serie con tal transparencia que es indistinguible en calidad a un episodio reciente. Encargando a los desarrolladores de Obsidian para la programación de la mecánica del juego, Parker y Stone hicieron el resto con igual esmero cual si se tratara de su preciada producción de Comedy Central. Impecable en todo, voces, dirección, arte y lo mejor de todo, su guión, South Park: The Stick of Truth es indispensable para todo fan adicto a esta serie.
Tema: El tema de South Park: The Stick of Truth dependerá del grado de fanatismo que el jugador tenga en relación con el show. Es decir, si eres como los editores de esta página que nos confesamos fieles seguidores de South Park y hemos visto –todos– sus episodios un mínimo de tres veces, entonces encontrarás en South Park: The Stick of Truth un mar de felicidad por su rico contenido que resume casi dos décadas de homenajes entre sus leitmotifs y detalles. Si por el contrario eres un observador casual de la serie y conoces lo superficial de su cultura popular, entonces es muy poco lo que el juego hará por mantener tu interés a base de su simple diseño y jugabilidad. South Park: The Stick of Truth contiene detalles de casi todos los mejores momentos de sus episodios clásicos. Cada rincón y cada habitación esconde tesoros para revivir su historia que será un placer para los conocedores. La trama, sencilla, es una continuación espiritual a la trilogía de episodios de la 17ª temporada "Black Friday/Console Wars" en la que los niños de la escuela elemental de South Park siguen enrolados en su juego que hace sátira a Game of Thrones, con un objetivo más simple que aquel contexto de la guerra de las consolas.
El objetivo es el dominio de la "Vara de la Verdad", un simple pedazo de tronco al que simbolizan como el McGuffin que representa poder al grupo que lo posea. De ahí en adelante es una serie de sub-episodios temáticos como misiones que recorre todo el poblado –hasta Canadá– donde participas como el niño nuevo que recién llega a la ciudad y se une al clan. Por supuesto que toda suerte de absurdas situaciones tiene lugar y la presencia de todos los personajes del pueblo garantiza que habrá mucho que hacer y detalles que descubrir en su odisea. Odisea que te tomará entre 12 a 16 horas dependiendo qué tanto decides cubrir de todas sus actividades opcionales, que para mi fue todo. Cabe destacar como advertencia que este juego es para adultos y su contenido es aún más arrojado que en la serie, ya que no cuenta con las pocas restricciones que aún le impone la censura de la televisión por cable.
Diseño: El diseño de South Park: The Stick of Truth es el de un típico JRPG pero sin los elementos de la cultura japonesa. Mecánicamente es tal cual, un juego de rol narrado de mundo abierto que contiene todos los pormenores de un RPG progresivo involucrando caracteres, objetos, inventario y niveles de progresión. Recorres el poblado entablando conversaciones con personajes a la vez que cumples misiones adicionales al objetivo central. Recoges objetos que pueden o no servir dentro del juego, muchos de ellos como simples coleccionables y otros que forman parte del combate o sistema económico.
Tienes un menú que encierra perfiles de personajes, mapa de la ciudad, lista de actividades y misiones, como la obligatoria sección que personaliza estratégicamente a tu personaje para las distintas circunstancias del juego (ropa, armas, perks, mana, dinero, experiencia, habilidades y poderes). El combate es basado en la mecánica Turn Based System –popular en este género– que consiste en turnos rotativos para combatir casi sin reflejos y sin eventos de tiempo real. A pesar que es sencillo, dado que jugué bastante JRPGs en una vieja etapa como gamer (Final Fantasy PSOne anyone?), el combate tiene una estrategia bien balanceada y dificultad progresiva justa. Aunque ya no juego JRPGs, volver a esta mecánica fue como montar en bicicleta, no se olvida y aún da gusto.
Jugabilidad: Jugar es simple, recorrer el pueblo, entablas conversaciones y activas arenas de combate a la vez que cumples misiones, recolectas objetos siguiendo la trama al ritmo de tus desvíos opcionales. El combate por turnos (Turn Based) es muy estratégico aunque cae en la repetitividad si no varías al NPC acompañante que diversifica la monotonía del personaje que elegiste al crear tu perfil. En tu inventario e indumentaria está la clave para accionar estratégicamente un combate exitoso. Puedes emplear recursos para regenerar tu mana, hacer "buffs" a tus ataques o "nerfs" al las acciones del enemigo, ejecutar poderes especiales (casi todos relacionados con pedos y gases intestinales), utilizar un arsenal de armas de acuerdo a tu nivel y regenerar tu salud (HP) o la de tu compañero NPC en pleno combate. Estas acciones depende de tu personaje, pero no afectan el resultado de su trama haciendo que un segundo replay se diferencie muy poco del inicial.
Presentación: El mejor elogio para describir el acabado visual de South Park: The Stick of Truth es que es imposible de distinguir entre un episodio de la serie y el juego. Todo luce exactamente como el programa dejando que la interactividad sea la única forma de delatarlo. El acabado visual resume todo idénticamente en cada detalle. En especial mención a la forma como diseñaron el nivel en Canadá en forma de video juego de 16bit de baja resolución (incluyendo los efectos sonoros tipo MIDI Audio del NES) para recalcar la sátira que mantienen sobre el país del norte como "inferior" en todo, incluso en los pocos detalles de dibujo y animación de sus habitantes que comenzó con Terrance & Phillip… quienes no podían faltar por supuesto. Es que hasta los créditos del juego aparece idéntico al cierre súbito de los episodios incluyendo el tema instrumental de Primus, brillante.
En sonido es igual, no sólo están todas las voces originales (que con notables excepciones y dos mujeres, Parker y Stone hacen todas las voces de los personajes principales), sino que hasta las canciones favoritas de culto se encuentran por doquier. Hay cameos de personajes pasados, sólo que no pienso revelar ninguno para evitar arruinarles la sorpresa. En fin todo es exacto a la serie y no puedo extenderme más de ahí.
Uno de los mejores juegos del año, pero no de la generación actual de consolas cuyas primeras ofertas han sido un Meh general acompañado de decepciones y chascos. Altamente recomendable para todos (¡menos niños!) y obligatorio para los fans.
Tema: Sir William McKay (★★★★★★)
|
Jugabilidad: McKay (★★★★☆)
|
Presen: Sir William McKay (★★★★★★)
|
Diseño: Sir William McKay (★★★★★★)
|
¿60$? ¡Chakachán-chakachán! Sí.
[PS3: 2014. 1-Disco (Blu-ray). Zona 1. Video HD: 720p. Sonido: Dolby Digital & DTS 5.1, Jugadores: 1 (Online: N/A); Disco: 700MB, DualShock 3 Compatible. ESRB Rating: M]
______________
New Kid