…a Guybrush Life for Me
Estamos un poco descuidados en materia de contenido, la vaina está difícil para mantenernos actualizados, pero hacemos lo que podemos y sólo porque tuuuuu lo pediste amiguito. En relación a reseñas pendientes, esperen bastante contenido nuevo en las próximas semanas anticipando el E3 2014 cubriendo lo más sobresaliente de las noticias de esta generación y lo que resta de la pasada. De mi parte les dejo este doble review (con preview) del juego que me mantuvo ocupado las últimas 5 semanas.
Acertamos cuando recomendamos elegir las versiones de la generación actual de aquellos títulos multi-gen que salieron durante la transición de consolas. Bueno, ¿y cuándo no tenemos la razón? En lugar de apresurarnos a revisar las versiones –mochas– dirigidas a la generación pasada, preferimos esperar a reseñar las ediciones que a nuestro juicio tienen mejor rendimiento técnico por haber sido diseñadas con el nuevo hardware en mente. Una de ellas es Assassin's Creed IV: Black Flag, que a propósito viene como la disculpa de Ubisoft ante el desastre técnico y argumental que resultó la cagada de Assassin’s Creed III. Parece mentira, pero cuando la voz de los jugadores hace presión en la comunidad ante un producto mediocre, el desarrollador se siente obligado a responder o de lo contrario sentirá la frialdad indiferente de los consumidores a la hora de comprar, si no, pregúntenle a Microsoft.
Assassin's Creed III fue, en resumen, un ejemplo de lo que sucede cuando una franquicia cae en el ciclo comercial de lanzamientos anuales, estandarizando su diseño con una plantilla que produce títulos genéricos cut & paste que evidencia mediocridad y falta de innovación, Call of Duty anyone? Assassin's Creed IV: Black Flag viene a reconquistar a los seguidores se la serie desde el primer juego que se sintieron defraudados con el "desenlace" a medias tintas que resultó el último juego. Decepcionante sería mostrar benevolencia ante el bodrio que fue ACIII con su aburrida historia, narrativa inconsistente, personajes planos y un desempeño mecánico de juego abismal sólo comparable a su inaceptable calidad técnica que arruinó la presentación general. Black Flag es todo lo opuesto, volviendo a su naturaleza intrínseca en diseño y gameplay, saturado de emociones genuinas en su narrativa que cuenta nuevamente con personajes palpables dentro de una trama históricamente genuina e interesante. Es tan bueno que me atrevo a compararlo con Assassin's Creed II como el mejor de la serie hasta la fecha. Luego que la serie sucumbió a la desgracia del oscurantismo, Assassin's Creed IV: Black Flag viene a ser el renacimiento, el rerum tanta novitas de la franquicia.
Tema: Recreado durante el periodo histórico de las colonias europeas del "Nuevo Mundo" a comienzos del s.XVIII, específicamente en las Antillas del Mar Caribe, Assassin's Creed IV: Black Flag revive "la Era Dorada de los Piratas" sirviendo de escenario para Edward Kenway como asesino errante por accidente y ancestro directo de Connor (el asesino mestizo de ACIII). Como un aventurero británico en busca de fortuna rápida, Edward aprovecha las oportunidades que brindan los territorios desconocidos de las "indias occidentales" que aún no define los dominios colonizados entre las distintas coronas europeas que compiten por expandir sus imperios y sus arcas. Primero como mercante privado, luego como bucanero forajido, Edward encuentra mayor seducción –y lucro– por las actividades pendencieras adoptando la piratería hasta que descubre un propósito que supera su ambición por riquezas ilimitadas. En su cruzada se topa con el credo de los asesinos en una hermandad descendiente de la civilización ancestral Maya. También se cruza con luchas internas, esclavitud, conspiraciones y, por supuesto, Templarios.
Es aquí donde Edward encuentra redención y cambia sus prioridades para lograr metas de causa colectiva que trasciende lo material, no sin antes toparse con el ocultismo que encierra la conspiración Templaria. En Assassin's Creed IV: Black Flag se persigue un artefacto misterioso conocido como "El Observatorio" que promete un poder inimaginable a quien lo controle. Se regresa a los orígenes de la serie cuando se perseguía "La Manzana del Edén" con similares propiedades de ocultismo. Kenway, al principio renuente a ayudar a los asesinos por perseguir sus ambiciones individuales, eventualmente se une a ellos al adoptar su credo en el alma más que en la envestidura.
Apartando la historia documentada que sirve de base argumental, incluyendo personalidades coloniales y piratas*, Assassin's Creed IV: Black Flag rinde homenaje al cliché del género que abarca a films populares como "Pirates of the Caribbean" y honra leyendas inmortales de la cultura gamer… Monkey Island anyone? En este sentido Edward resulta un personaje digno de la serie con el carisma de Ezio y la arrogancia de Altaïr, convirtiéndose en el pirata que Guybrush Threepwood siempre quiso ser: respetado (porque al torpe pirata amateur de Ron Gilbert nunca le faltaron bolas ni aventuras). Sin embargo la trama, que intercala episodios en primera persona con un empleado de Abstergo en lugar del desaparecido Desmond, no tiene ese misterio que la franquicia gozó en sus inicios. Buena, pero no para gritar de la emoción. Al menos hay conexión con el pasado de Desmond incluyendo cameos de personajes de su línea de tiempo. Veremos hacia dónde progresa este nuevo drama.
Diseño/Jugabilidad: La serie Assassin's Creed ha mutado a lo largo de su existencia cambiando mecánicas, alterando controles y modificando muchos elementos de gameplay que poco mantienen en común una versión sobre la otra. Es como si los desarrolladores no llegaran a un consenso de un diseño estable. Siempre añadiendo y quitando mecánicas buscando ese punto dulce. La base de su diseño de mundo abierto con platforming/parkour son quizás las bases generales que sirven de guía común entre las distintas versiones desde su debut. El combate y propiedades pseudo-RPG son las que van y vienen con inestable consecuencia. La repetitividad y simplicidad del juego original apenas abrió las puertas para añadir variedad de mecánicas que nunca se acumularon sobre cada versión; arrastrando consigo, por el contrario, cantidades de vicios mal empleados que evidenciaba a todas luces un descuido en el pulido de las nomenclaturas más fundamentales de su diseño (sandbox/platforming). Muchas veces, las mecánicas de juego opcional diferían radicalmente de los intereses de la trama nuclear, eliminando cualquier incentivo para desarrollarlas excepto para los prostitutos de trofeos, Reindertot anyone?
Assassin's Creed IV: Black Flag rompe con esta inconsistencia de experimentar con los jugadores al balancear un diseño de mundo abierto que se adhiere con la temática de exploración, conquista y descubrimiento típico del tema de los piratas. A esto me refiero específicamente a desenterrar tesoros, saquear botines, asaltar fragatas, encontrar piezas claves dentro del juego, adquirir objetos que contribuyan con el sistema de progresión, sea por acumulación económica o por méritos de logros alcanzados, etc. Todas estas actividades, en su mayoría opcionales, tienen un incentivo legítimo para progresar fluidamente dentro de la trama al abordar su curva de dificultad con el balance apropiado. No es simplemente ejecutar misiones alternas por el simple hecho de hacerlo (por un trofeo) que divaga de la trama sin contribuir, en nada, con la progresión del personaje ni con la nutrición del argumento narrativo. Por ejemplo, buscar tesoros y cofres en embarcaciones hundidas e islas, todos con sus propios diseños particulares de gameplay que difiere del modelo básico, añade diversidad contribuyendo a la vez con el sistema RPG de progresiones (personaje, bote, trama, etc). Assassin's Creed IV: Black Flag es un mundo abierto que honra el género invitando a descubrir, explorar y llegar a sentir el espíritu aventurero del pirata, por mar o tierra.
Si enumeramos las actividades que tiene Assassin's Creed IV: Black Flag necesitaríamos otro artículo aparte (arponear ballenas, cazar animales, abrir tumbas Mayas, mini juegos en tabernas, superar tormentas, derribar fortines, comandar un juego estratégico de una flota pirata, etc). Las mecánicas de navegación y combate naval introducidas a la fuerza en el accidentado Assassin's Creed III resultaron aisladas y tangenciales al diseño del juego que me hizo sospechar que no estaban dirigidas a ese título. Tuve razón, porque Black Flag estaba en desarrollo durante ese tiempo y estimo que usaron a ACIII como oportunidad para probarlo en el campo con los consumidores. En Black Flag reaparecen pulidas y mejoradas (que de por sí estaba bien implementado en ACIII) para dejar unas mecánicas sin costuras del juego naval más satisfactorio posible. El algoritmo empleado para el oleaje es superlativo y el mejor que he visto para la física marítima en un juego hasta la fecha. La sensación de navegar, viento incluido, es de experimentar para creer, palabras no lo pueden describir. Si añadimos el combate, sólo estamos colocando la cremita dulce sobre una torta perfecta. El sistema económico que se había implementado en otros juegos de la franquicia, con la excusa de "mejorar el pueblo de Ezio" por ejemplo, nunca tuvo incentivo para aplicaciones prácticas dentro del gameplay. En Assassin's Creed IV: Black Flag tiene sentido ya que permite aplicar los frutos directamente al sistema de progresiones del personaje y la embarcación, que mejora el balance de juego para futuros combates navales que van in crescendo en dificultad en cada secuencia, excelente.
La diversidad de ambientes insulares es increíble si consideramos su extensión geográfica a escala no real del Mar Caribe, con Cuba como epicentro socio-político de las colonias europeas, con todo y sus motifs culturales de lengua, arquitectura, milicia, gobierno, música, etc. Esto se aplica tanto para las colonias principales (Cuba, Las Bahamas y Jamaica) como para las localidades menos importantes. Aquí hubo cuidado hasta en los detalles más ínfimos. Los detalles sobran en este juego, como los cantos espontáneos de piratas al navegar que se obtienen como recompensa al encontrar las partituras coleccionables regadas por el Caribe. Idiomas distintos en cada puerto van históricamente de acuerdo a las colonias y sus territorios conquistados (España, Inglaterra, Francia y Portugal). La documentación histórica –que ignora la mayoría– es manjar para el intelecto y un placer para el interesado. Desafortunadamente en Assassin's Creed IV: Black Flag persisten diseños mediocres del pasado, como la desgraciada actividad de seguir a un NPC, tan odiada, que no entiendo por qué la incorporan. Ser "desincronizado" por esta baratija es frustrante e injusto. Otra falla sigue siendo su A.I. de segunda que interrumpe la inmersión con cada absurdo que afecta el combate y el juego en stealth. Al menos el juego furtivo vuelve –mejorado– con mucha flexibilidad de ejecución.
El combate por el contrario mejora simplificando a las mecánicas similar a Batman Arkham Series eliminando esa complicada combinación de face buttons + gatillos de antes. La mejora más importante fue quizás a nivel de diseño de interfaz de selección de mecánicas, un área aborrecida en el pasado dentro de la franquicia en específico por el menu de armas y objetos que empleaba una rueda incómoda para seleccionarlos con los joysticks. Ahora adopta la conveniencia estándar del menú en cruz, administrado de manera intuitiva por el D-Pad al punto que se vuelve reflejo innato (estoy aplaudiendo de pie con lágrimas). El multijugador sigue siendo tan atractivo como el Metro en horas pico, igual a los juegos anteriores cambiando el tema de período, Meh…
Presentación: Este juego siempre fue muy pesado para las consolas de la vieja generación, siempre luchando por sostener un desempeño aceptable que aspire a sus ambiciones desmesuradas. Fallas de frame rate, rendering a distancia, shadow & texture popping, polygon clipping y toda clase de errores (agudizados al nivel de intolerancia en ACIII) han mermado en la calidad de lo que siempre ha sido un espectáculo de arte visual. Por fin tenemos un hardware que elimina el 99% de esas fallas dejando una presentación impecable en Assassin's Creed IV: Black Flag. No solamente eso, sino que sólo en el PS4 se desempeña deliciosamente a 1080p y bloqueado a 30 cuadros por segundos ¡sólido! sin caídas ni las típicas fallas del pasado. Considerando además que el mundo abierto es más grande, activo y dinámico (océano interactivo), los resultados son impresionantes y merece la máxima puntuación en presentación muy a pesar que la animación facial y algunas texturas no distan mucho de la generación anterior. Esto es porque se mantuvo compatibilidad con las viejas consolas donde comparten muchos archivos.
Para ser justo, probé Black Flag en el PS3 y para sorpresa la calidad de la presentación no es dramáticamente inferior, por cuanto si no poseen un PS4 recomiendo la del PS3 con el mismo entusiasmo ya que sólo se pierden de lujos y detalles visuales. La versión del PS4 sobresale por su resolución, frame rate estable siempre a 30fps sin caídas, ¡sombras con antialiasing! y un ambiente más dinámico e interactivo que en el PS3 aparece más estático y "pintado" (superficie del agua, flora, NPCs, clima, etc). Black Flag tiene un sonido de ultranza, con actuaciones vocales de lujo y un surround atmosférico marítimo convincente como el espíritu de los cantos de los bucaneros del barco. Un juego hermoso, un arresto a los sentidos y un manjar al paladar del intelecto. Ubisoft, disculpas aceptadas.
Tema: McKay (★★★★☆)
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Diseñ/Jugab: Sir William McKay (★★★★★★)
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Multiplayer: Pasta (★★★☆☆)
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Presentación: Sir William McKay (★★★★★★)
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¿60$? Aye!
[PS4: 2013. 1-Disco (Blu-ray). Zona 1. Video HD: 1080p (30fps). Sonido: Dolby Digital & DTS 5.1, Jugadores: 1 (Online: 2-12); Disco: 35GB, DualShock 4. ESRB Rating: M]
NOTA: Por si fuera poco y como aliciente para quienes disfrutamos Assassin’s Creed III: Liberation en el PlayStation Vita, los jugadores de la plataforma PlayStation tendrán la exclusividad de un pequeño DLC con un nivel/capítulo –ajeno a la trama– con Aveline de Grandpré como protagonista. Lo malo es que sus mecánicas de gameplay originales son reemplazadas por las de Edward Kenway desperdiciando una oportunidad de oro de jugar como Aveline en el PS4. De cualquier manera su breve pero excelente DLC de 60 minutos es condensado, sustancioso, variado, de mucha calidad, que resulta un regalo bienvenido y otra razón más para preferir la versión –cualquiera– del PlayStation.
Vive la Liberté!
Los que me conocen bien leyéndome por aquí, así como dentro de mi círculo de jugadores, saben que estoy en contra de los llamados 'Downloadable Content' (DLC) y "Season Passes" por pertenecer a una nefasta práctica de la industria de los videojuegos para exprimir más dinero al consumidor por encima de los 60$ originales del costo del título. A veces esos 60$ siquiera justifican el precio del contenido original, menos todavía gastar más en un título que no lo merece.
Esta práctica cada vez más estandarizada es una excusa para cobrar más por contenido dudoso que muchas veces perteneció al desarrollo original. Peor aún, a veces lo ofrecen anticipado sin siquiera tener nada concreto para luego decepcionar con rellenos mediocres después de haber cobrado por anticipado el "paquete especial".
Sin embargo hay contadas excepciones, muy esporádicas, donde un excelente juego añade contenido adicional de calidad que merece pagar un bono aparte por su calidad y valor agregado. Éste es uno de esos casos en la que un DLC es justificado y lo recomiendo sin reservas para quienes invirtieron más de 60$ –y horas– en Assassin's Creed IV: Black Flag quedando con ganas de más. Pues Assassin's Creed IV: Freedom Cry ofrece más y no "de lo mismo" en la totalidad de su extenso y excelente apéndice que contribuye a la historia originalmente centrada en Edward Kenway. En este capítulo tomas el rol del primer oficial de la tripulación de Kenway, Adéwalé, esclavo liberado originario de Trinidad y Tobago que tiene convicciones más arraigadas en su causa liberadora que en sus deseos de riqueza. Su historia no es profundizada desde sus orígenes, más bien elabora sobre las actividades posteriores a su alianza con Kenway persiguiendo metas más nobles ahora como asesino asimilado por la hermandad del credo. En el caso presente: una cruzada liberadora de esclavos en las colonias del Caribe.
No hay misterios ocultistas ni nada especial, sólo una extensión de casi cinco horas recorriendo un pequeño cuadrante del Caribe centrado en Puerto Príncipe cuando era la capital de la colonia francesa "Santo Domingo" de la Isla Dominicana, hoy día dividida entre Haití y La República Dominicana. Es importante resaltar que para ese período cercano a finales del s.XVIII, Puerto Príncipe se conoció como el centro mundial del mercado de trata de esclavos y el lugar donde acudían todas las colonias y embarcaciones mercantilistas a comprar y vender humanos. Lo bueno de este DLC es que contiene bastante material histórico sobre los orígenes de esa colonia francesa que hoy es la República de Haití. El diseño de juego copia mucho de lo que ya venías ejercitando en el juego base (Black Flag) con la variante de misiones para liberar esclavos en distintos escenarios: tortura de sus amos, embarcaciones de esclavos, subastas públicas, perseguidos y plantaciones. Se recurre a varias de las mecánicas de stealth y combate pero con armas no aplicadas en el juego de Kenway propias de Adéwalé (trabucos y machetes). De resto el stealth, parkour y platforming se trasladan igual con cierta repetitividad que no fatiga por la balanceada distribución de actividades. Para tristeza persiste el diseño de gameplay de seguir y espiar NPCs bajo el mismo modelo inflexiblemente guionizado.
Adéwalé se desenvuelve en su temática particular, con las mismas mecánicas de gameplay de ACIV: BF, pero sin las complejidades del sistema de progresión mediante economía aplicada. Aquí se lleva por metas de logro en función al número de esclavos liberados para acceder a nuevas armas y habilidades. No obstante hay una trama con villanos y aliados que nutre el contenido al menos para que no quede como una simple extensión de actividades a libre albedrío en un pequeño mapa de mundo abierto. Igualmente podrás navegar, entrar en combate naval, arponear ballenas y visitar localidades distintas, todo en menor escala por supuesto. La presentación es igual de excelente que en ACIV: BF, sólo que Assassin's Creed IV Freedom Cry añade dialecto francés y cantos africanos de esclavos de plantaciones como motifs alegóricos de su temática cultural. De verdad vale la pena los 15$ para expandir lo excelente del juego anterior.
DLC: Sir Willy McKay (★★★★★)
¿15$? Sin duda.
[PS4: 2013. DLC (Digital). Video HD: 1080p (30fps). Sonido: Dolby Digital & DTS 5.1, Jugadores: 1 (Online: N/A); Disco: 7.1GB, DualShock 4. ESRB Rating: M]
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Black Barton
[*] Edward "Barba Negra" Teach y "Black" Bartholomew Roberts son dos de tantos personajes históricos reales que engalana la trama de Black Flag. La recreación histórica de sus actividades –muy bien documentadas– son bastante precisas, en especial la de estos dos piratas de infamia y leyenda.
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