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El Vita fue lanzado con la promesa de replicar la experiencia de una consola de mesa. En este caso haciendo referencia espejo con el PlayStation 3 de la misma casa, Sony, gracias a que es la primera consola portátil en poseer interfaz de doble control analógico cual gamepad moderno. La mayoría de los juegos móviles usan un analog stick a la vez, donde casi siempre el uso simultáneo cae en el género de los shooters –en primera persona– por su compleja coordinación de movimientos.

Esta promesa se ha puesto en duda, y seriamente cuestionada, debido a dos intentos fracasados por demostrar que un shooter de primera persona es posible en la avanzada consola portátil. Apoyado en nombres de franquicias reputadas como Resistance y Call of Duty, el Vita vio con bochorno cómo la crítica y los gamers se decepcionaron con tan mediocres ofertas que para nada demuestran el potencial que Sony ostentó con orgullo en la campaña de lanzamiento del Vita. Nihilistic (ahora nStigate Games), fue la responsable de encargarse del desarrollo de ambos coletos, dejando el beneficio de la duda al Vita si en realidad el impedimento recae sobre un desarrollador inepto y no su hardware. Guerrilla Games, responsable de la franquicia insigne exclusiva de Sony, Killzone, decidió tomar muy en serio el proyecto encargado de llevar al mercado un shooter de calidad con mecánicas que prueben que el Vita tiene los minerales para ser una plataforma digna de un FPS tal como su padrino el PlayStation 3. Si me permiten adelantar las conclusiones, les digo ¡QUÉ SÍ! ¡ES POSIBLE! ¡EL VITA PUEDE RESPONDER CON UN SHOOTER TAL COMO EL PS3! ¡KILLZONE PARA EL VITA ES LA MERMA! ¡ES UN MILAGRO QUE UN FPS TAN BUENO CORRA EN UNA CONSOLA PORTÁTIL! ¡CASI COLAPSO EN MI PROPIO JÚBILO! Ejem… Más diplomática mi impresión imposible mequetrefes.

Tema: Killzone Mercenary se tomó tan en serio su objetivo, que no se conformó con hacer un "demo" de un shooter bien desarrollado en mecánicas y presentación, descuidando el legado de la serie con una trama superficial como excusa. El juego profundiza sobre el tema de tal forma que es digno de llevar la marca Killzone con la frente en alto. Si esta franquicia tiene algo que ha seducido a sus fans por encima de muchos shooters de larga trayectoria, es por su densa y dramática historia de base Sci-Fi que relata una guerra interestelar de la raza humana –en el futuro lejano– polarizada por sus ambiciones producto de su abrasivo coloniaje planetario. Con varios capítulos en su haber, Killzone Mercenary expande de manera brillante la línea de tiempo de la lucha entre los Vektan y el Imperio Helghast (dos razas humanas enemistadas por diferencias ideológicas), al revivir el período exacto en que se desarrollan los hechos de Killzone 2. En este caso, si recordamos bien aquel juego, la ISA (ejército de Vekta) está comprometida luego que los Helghast les propinara varios golpes en batalla, reduciendo sus filas a un nivel alarmante que los obligó a invadir Helghan –el planeta enemigo– en un acto desesperado por dar un giro a la guerra y derrocar a su megalómano líder, Scolar Visari.

En Killzone Mercenary la ISA se ve obligada a alquilar fuerza mercenaria, guerreros motivados no por una bandera o una causa que no sea mercantil, para ayudarlos en su avance contra los Helghast ahora que sus números y probabilidades son inferiores en proporción. Te das cuenta de inmediato en cuál línea de tiempo estás ya que Visari está vivo y dirige las acciones de Helghan, más aún cuando se hacen referencias al despiadado Coronel Helghano, Mael Radec, si lo recuerdan bien en Killzone 2. En este caso como Denner, el protagonista mercenario, tu misión está en rescatar al embajador de Vekta en el planeta Helghan. El Embajador hace pareja interracial con una esposa Helghast y los mantienen prisioneros en la embajada –junto a su hijo mestizo– al descubrir que estaban conspirando contra Helghan albergando a un bio-científico que desertó de su cortina de hierro fascista con secretos muy delicados. Lo brillante de la compleja narrativa, que legitima todas las variadas misiones de su campaña de 6 horas, está en que los sucesos de Killzone 2 ocurren de manera paralela donde revives un momento crucial de aquel juego sólo que visto desde otra perspectiva, pero nunca intercalando ni coincidiendo con los protagonistas o los escenarios de Killzone 2. La sorpresa es de inmutarse, sí, incluso hasta de cortarse las venas con el PlayStation Vita.

Diseño/Jugabilidad: Qué les puedo decir mequetrefes que Killzone Mercenary es y se ejecuta mecánicamente tal cual los últimos dos Killzone del PS3. Perfecto, intuitivo en su interfaz que hace la experiencia tan completa como un FPS de consola de mesa. Transparente en diseño y jugabilidad que pone en vergüenza a más de un shooter "AAA", incluyendo a los dos últimos Call of Duty revisados en esta página, y no me refiero al coleto que sacaron para el Vita a principios de año. El diseño replica al carbón los controles y las mecánicas de Killzone 3, botón por botón, con las pantallas de toque –frontal y reversa– asistiendo en las operaciones que requieren de los botones L2/R2 y L3/R3 sin compromisos ni incomodidades ergonómicas. Tampoco sacrifican funciones ni habilidades que cuesta creer que estás jugando un FPS de calidad en un portátil. Las interfaces propias del Vita, las pantallas táctiles, sirven para activar controles en pantalla como palancas y botones, así como gestos para accionar ataques Melee, usar escaleras y recoger municiones. Para quienes no quieren usar la pantalla frontal, el triángulo sirve de alternativa simultánea para flexibilidad del jugador. Igual para los la pantalla táctil inferior, que funciona armoniosamente como los L2/R2, posee igual alternativa física en el círculo de los face buttons. La pantalla táctil también se emplea para abrir puertas con una mecánica de hackeo divertida, usando símbolos contra tiempo, que decodifica coleccionables de inteligencia enriqueciendo la trama sin rellenos.

El diseño incluye una tienda de compra y canje de armas, que si bien no tienen forma de modificarlas con accesorios, son muy variadas y extensas en sus categorías que encontrarás difícil usarlas todas ya que son tan satisfactorias que un puñado basta para completar el juego. Eso incluye granadas (fragmentarias, incendiarias e incandescentes) y chalecos con distintas habilidades de protección que se complementan con las dos armas que puedes cargar (dos a la vez), una principal y una alterna. El mejor diseño quizás es el uso de VAN-Guards, accesorios de combate y táctica que se usan esporádicamente para mantener balanceada la dificultad tanto en campaña como en multiplayer. Los Vanguard de combate pueden ser androides à la "Mr. Zurkon" que te acompaña y dispara descargas Arc al enemigo cercano, pueden ser drones aéreos que disparan misiles Arc aire-tierra controlado vía remota. Los tácticos pueden activar escudos temporales à la "Resistance" como también sirven para ver al enemigo a través de las paredes similar a ese juego. Por último el Porcupine Missile, un lanza misiles al hombro que dispara proyectiles a blancos que escojas tocando la pantalla táctil frontal. Se puede usar el acelerómetro del Vita para afinar la puntería, pero lo desactivé, créanme, los controles son así de buenos.

Multiplayer: El Multiplayer es la merma, la cremita, la leche materna, un diseño mejor que cualquier Call of Duty ¿¡y en una consola portátil!? ¡Locura! Con un diseño progresivo de clases y usando todos los artilugios de la campaña, ¡incluyendo los Vanguards! Hay seis mapas excelentemente diseñados con múltiples ambientes, pasajes y buen uso de la verticalidad. La única queja es que son muy grandes para la limitación de 8 jugadores en línea. Se puede jugar tanto online como ad hoc con otros Vita cercanos vía Wi-Fi. Tuvimos la oportunidad de probarlo en ese modo privado con una segunda copia (gracias al fiel ruraltejano Joseíto) y funciona tan fluido, sin lag, como en línea. Los modos de juego son Free For All y Team Death Match, convencionales, y el Warzone original del Killzone que los combina aleatoriamente. Genio. Bajo juego en equipo, se puede revivir un jugador caído tal cual Killzone 2/3, aquí no faltó nada. Un ultimo detalle, al caer un oponente en multiplayer, deja caer un naipe que si lo reclamas va a tu colección de un mazo de barajas como medallas similar a las plaquitas de Battlefield. Si un jugador aliado las toma antes que el enemigo, éste gana puntos por proteger el honor del compañero.

Presentación: Perfecta, las texturas son de alta resolución y el uso de shaders con efectos de luz dinámica no tiene nada que envidiarle a los Killzone de la consola grande. Killzone Mercenary inmuta porque te cuesta creer que mapas tan grandes y escenarios tan complejos son posibles en una consola portátil. No son escenarios pintados como ocurrió en el Killzone del PSP, aquí todo está vivo y es destructible como es tradicional en la serie por su arrojo visual de impacto. Todo es hermoso, armas, fuego, agua, humo, incluso el empleo de HDR (high dynamic range) cuando pasas de un sitio oscuro a uno iluminado. La animación facial es tan buena como su actuación vocal que hasta tiene a Brian Cox, actor de Hollywood que ha encarnado a Visari a través de toda la serie. El audio, vía audífonos, dará la inmersión apropiada con calidad que hace par con las gráficas.

¡Qué lujo de juego! Ya está soldado a mi Vita. No puedo creer que el PSV fuera realmente capaz de hacerlo y hasta dudé cuando probé con decepción el Call of Duty que intentó sin éxito en extraer el poder de esta consola. Gracias a Killzone Mercenary el PlayStation Vita en verdad refleja a su homólogo de mesa, el PS3, con transparencia mecánica e igual calidad de jugabilidad. Con una campaña de primera línea, multiplayer completo y una presentación casi mágica, Killzone Mercenary es EL juego del Vita que estábamos esperando y que debes tener de manera obligatoria.

¿40$? Nada más por el multiplayer pago 60$, lo demás es bono.

[PSV: 2013. Vita Game Card. Sonido: Stereo. Jugadores: 1 (Ad-hoc/Online: 2-8); Memory Card: 200MB, Touchpad: Frente/Reverso. Sensor. Micrófono. Trofeos. ESRB Rating: M]

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Bartolomeo