Mighty Too!
¿Recuerdan esas partidas jugando al escondite donde todo parecía perdido y de repente llega ese pana que libra por todos los pendejos que dejaron mal al equipo? Pues así se siente Thor: The Dark World. El film salva patria que reivindica nuestro género favorito dentro del cine Comic-Geek-Fi luego de un año para el olvido cargado de decepcionantes entregas de varias de nuestras franquicias favoritas. Un caudal de desaciertos durante el 2013 donde estuvo la sacrílega Iron Man Three, el refrito de Star Trek: Into Darkness, el desperdicio de The Wolverine, el Meh de Superman e incluso propiedades intelectuales nuevas, World War Z y otras que se quedaron en la promesa, Pacific Rim anyone?
Thor: The Dark World nos recuerda por qué leemos comics y el objetivo principal del género: divertir con fantasía inteligente (el otro es hacer dinero). Eso es lo que se traduce en Thor: The Dark World, humor y buen drama, que no se toma muy en serio, pero sin descuidar los fundamentos que la mantiene fiel al legado del comic. Todo gracias a un buen guión, excelente dirección y actuaciones de calidad, Thor: The Dark World supera a la primera en todos los aspectos contrario a lo que estimaba por varias razones de peso. En primer lugar por la “ley de las segundas partes” que traía en contra, más aún cuando la primera película fue muy bien recibida por los fans del personaje y nuestra redacción; y segundo por salir a la sombra de The Avengers, que dejó una marca de agua tan alta que no sólo ahogó a todas las cintas Geek-Fi que le siguieron este año, sino que ni The Dark Knight Rises pudo recalentar el bistec.
Sin querer inferir que Thor: The Dark World se equipara al leviatán épico de The Avengers, se defiende con un guión bien armado que guía el Director debutante Alan Taylor; quien viene de una exitosa carrera dirigiendo aclamadas series de TV de alta gama que incluye a varios episodios de ‘The Sopranos’ y más reciente ‘Game of Thrones’. Los que temían que la secuela perdería la magia por el abandono del Director inicial, Kenneth Branagh (por su estilo teatral y humor espontáneo), sepan que el relevo hace honor al espíritu de la serie de manera transparente, sin quitar ni añadir.
Thor: The Dark World se presenta como una continuación de los eventos posteriores a la línea de tiempo de la primera cinta y más inmediato a los sucesos que tuvieron lugar en The Avengers. En esta oportunidad una nueva amenaza cósmica tiende su velo sobre el Universo, no sólo a La Tierra y Asgard que gozan de períodos de Paz en parte gracias a Thor, ignorando los planes que tiene una condenada civilización alienígena con propósitos maquiavélicos: Svartálfar (Los Elfos Negros).
Lo brillante del guión de Thor: The Dark World es que encuentra espacio para introducir villanos legendarios dentro del universo Marvel luego del guiño que nos dejaron en la escena apéndice de The Avengers posterior a los créditos, donde nos adelanta el reto que tiene la liga de Vengadores en su segunda parte: Thanos. Hablando de esas escenas que se han vuelto tradición, no se pierdan la que dejan aquí en medio de los créditos… de “Colección” (sólo lectores de comics entenderán esa pista).
En este film hay tiempo para desarrollar, si bien superficialmente, a ‘Malekith El Maldito’ (Christopher Eccleston), un villano tan icónico dentro del universo Marvel que no se limita a la saga de Thor ya que los X-Men se han tenido que enfrentar a su increíble poder. Aplaudo que hayan representado a este villano con la dignidad que se merece, a diferencia de otros (The Mandarin anyone?), dado que es mucho el contenido de su larga trayectoria para tan breve cinta. Enemigo natural de Asgard, Malekith es vasto en su sed de destrucción que se refleja apropiadamente en el film con su ambición de acabar con el Universo completo. ¿La Tierra? ¿Asgard? eso son migajas para villanos principiantes, Malekith va por todo el combo. Sólo que necesita la llave para activar el detonante.
La trama lleva situaciones paralelas entre La Tierra y Asgard en relación a los personajes que tuvieron conexión en la primera parte. No hay escasez de acción en un ritmo que no deja lugar ara momentos débiles, incluso cuando se pone dramático y baja la intensidad para que los actores respiren drama con soltura. Thor: The Dark World es impredecible aunque sin tensión o suspenso. Hay mayor carácter orgánico en Asgard que le da un toque más cálido despegado de ese tinte artificial que presentaron en la primera película. Aquí Asgard toma un aspecto más acorde con su inspiración nórdica que a veces parecen escenas más propias de El Señor de los Anillos, tanto en combate como en secuencias amenas de disfrute. Las escenas paralelas en La Tierra tienen al Reino Unido como escenario con importantes momentos de acción y desarrollo.
La seriedad de la trama intercala momentos de mucho humor para recordar que es un comic film, claro está que sin insultar la inteligencia ni perder de vista la fantasía que solíamos imaginar desde las historietas. Que hoy vemos desarrolladas con un realismo vívido gracias a sus impresionantes efectos especiales transparentes, convincentes y sin costuras. Hay hasta cameos que dejarán sonrisas tanto a los seguidores casuales a esta corriente de films, como a los fans de Marvel Comics muy en especial.
Las actuaciones no tienen fallas si recordamos que, de los films de comics, es quizás la serie que reúne mayor cantidad de figuras de primera línea. Repitiendo a todos los personajes principales y secundarios que hicieron de la primera una buena entrada (salvo el Agente Coulson, obvia exclusión para quienes vieron The Avengers). Anthony Hopkins (The Wolfman, Fracture, The Silence of the Lambs), Rene Russo, Stellan Skarsgård, Idris Elba (Pacific Rim, RockNRolla), entre los que se destacan sin reservas en sus roles principales por su calibre, con la excepción de Natalie Portman (Black Swan, The Other Boleyn Girl, My Blueberry Nights) que si la removemos de la formula no perdería su fortaleza… sí, su personaje sobra apenas para darle factor romance al las motivaciones del héroe. Que hablando de héroe, Chris Hemsworth (Rush, The Cabin in the Woods) vuelve a asumir el rol que ahora le pertenece con mayor comodidad, sólo que, de nuevo, debe competir con más esfuerzo contra Tom Hiddleston quien –de nuevo– se roba el film como el bastardo Loki con su dramatismo shakesperiano clásico. Soberbio, caído pero sin ceder terreno en orgullo y tenacidad. La serie no sería igual sin él.
La van a disfrutar como la cartelera rural de la semana.
Film: Sir William McKay (★★★★★★)
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Barton