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CALIFICAMOS ASÍ

Nuestra escala para calificar las reseñas del 1 al 5. Con el Sir William McKay reservado sólo a la excelencia.

  • Sir William McKay: Aleph One.
  • Willy McKay: ¡Non-Plus-Ultra!
  • McKay: Muy bueno, peeero…
  • Pasta: Ta' Bien… Ta' Bien…
  • Mancao: Coleto impresentable.
  • Ñame: ¡Que nos devuelvan el tiempo y dinero que perdimos en revisar esta grandísima porquería! ¡Un CULAZO!
Spiff-O-Rama - Reseña: The Dark Knight Rises

A Knight in rising armor

Cine Cartelera

Me es difícil hacer esta reseña porque aún no encuentro consenso entre las emociones y opiniones –todas encontradas– luego de más de 24 horas de haber visto la culminación de la trilogía Nolan/Bale que cambió la óptica cinematográfica del personaje de Bob Kane (¿para siempre?). Puedo desvelarme en un análisis subjetivo como lector de comics y evaluaciones objetivas como crítico de cine, pero no me sirven esos argumentos aislados para justificar la conclusión general que resume mi veredicto final. Tanto rodeo para decirles que The Dark Knight Rises no me gustó... tanto como las anteriores, y que deja un vacío inconforme como decepcionante a lo que se resume la definitiva conclusión de la adaptación más reciente de la serie de Batman.

Cuando anunciaron una nueva adaptación, muchos vieron con ojos de indiferencia este nuevo intento de hacer “otra Batman más” de parte de un Director arrojado y poco convencional. Sobre todo después del punto bajo que quedó la imagen de la franquicia por aquella ridiculez que todos queremos olvidar (Batman & Robin anyone?). Batman Begins dejó serias y positivas impresiones al renovar –en un tono dramático, serio y oscuro– la imagen de Batman para la pantalla grande honrando la saga del comic. Cuando parecía que la segunda ola de comic-films no podía ofrecer más, Christopher Nolan elevó la barra de medir a niveles que el resto de la industria sigue intentando alcanzar hasta el día de hoy. Humilde y progresiva, dinámica y coherente, Batman Begins vino cargada de seriedad e inteligencia. Este reinicio alcanzó un punto que sólo pudo ser equiparado por la inevitable segunda parte que dejó una marca indeleble en la historia del cine.

The Dark Knight evolucionó para ser más compleja, ambiciosa y oscura sin sacrificar las bases que hizo a la anterior todo un clásico. Generando elevadas expectativas que fueron pisoteadas por lo grandioso de su narrativa y actuación. Proyectando un personaje polémico que a todos marcó de una manera u otra por romper esquemas y redefinir un rol que creíamos insuperable o imposible de reinventar. De nuevo, la barra se eleva al exégesis de leyenda complicando el desenlace de una tercera entrega que prometía cerrar cabos y responder interrogantes.

The Dark Knight Rises no puede con el peso de sus antecesoras incurriendo en las fallas típicas de querer correr todas las bares, y cubrir todos los ángulos, para satisfacer las ansias de quedar por encima en su triunfante clausura. Es una ecuación histórica la que impide que una trilogía cierre con una nota alta cuando el capítulo intermedio alcanza el zenit de la excelencia. Que de por sí es toda una proeza en la industria del cine, que la segunda parte sea buena –o superior– es estadísticamente improbable y contadas.

The Dark Knight Rises es suficientemente aceptable como cierre de la trilogía, complaciendo una media genérica de espectadores a costa de sacrificar puntos críticos de su temática empírica. Llegando a momentos a contradecir la temática de su antecesora. Es imposible que revele los conflictos emocionales y subjetivos que experimenté durante sus innecesarias casi tres horas de giros apresurados con bases absurdas. Por lo absurdo entro en una disyuntiva, ya que lo verosímil es un criterio evaluativo que debemos aplicar con permisividad cuando se trata de un film basado en un comic. Ustedes saben, uno permite argumentos insostenibles a raíz de que se trata de una aventura fantasiosa. Quizás se puede aplicar con benevolencia a films como The Avengers (no haremos comparativas), pero no con el Batman de Nolan debido al tono serio y realista que pretende.

A quienes no complace es, en mi opinión como lector de comics, es a los fieles seguidores del personaje de DC Comics por más homenajes que da fidelidad al universo de Batman. El guión es la principal falla al querer narrar demasiadas secuencias para unirlas en giros incongruentes que sólo pueden sorprender al ignorante de los comics. Aquí se siente el peso de la pluma de Jonathan Nolan por encima de los pocos aportes que hizo David S. Goyer* (a quien se le acreditan las dos películas previas). The Dark Knight Rises es muy predecible, que empeora con el pobre desarrollo exterior de los personajes que debutan en esta entrega. Muchas veces tan aislados al punto que no los tomé en serio. Gatúblela siendo un ejemplo claro de un personaje poco desarrollado, incómodamente desubicado y personalmente mal representado en el perfil de la actriz (no me gusta Anne Hathaway, ya lo dije). ¿Después de Julie Newmar y Michelle Pfeiffer? Por favor...

La dirección sufre de ritmo inestable con caídas flojas a momentos y progresiones apresuradas. Pero se le da el beneficio que sacude tus emociones de manera genuina en momentos de gran tensión, aunque casi nunca desembocan en algo proporcional para conectar con la secuencia siguiente. El score soundtrack de Hans Zimmer tiene más méritos en llevar la pauta emocional de la narrativa por sus potentes texturas sonoras incidentales magno opus de lujo.

Hay mucha temática forzada hacia lo moralista que confunde al protagonista Bruce Wayne en sus intenciones y motivaciones. Donde existe una clara intención de disminuir a Batman al inicio hasta llegar a una escena que recrea ese odioso momento en la historia del comic durante el ocaso del caballero de la noche (pista: Knightfall DC Comics - 1993). Quedando a la espera de ese “ascenso” que sugiere el título, que nunca alcanza suficiente altura para satisfacer ese hambre de ver a mi súper héroe favorito hacer un retorno de veras épico a lo “Jean Grey” (Phoenix anyone?).

Hay elementos positivos por supuesto. Las actuaciones son de calidad estelar y aquí es donde Nolan brilla como Director, manipulando sus piezas para dar legitimidad dramática a las escenas. Incluso las de acción aunque Nolan bien podría tomar unas pautas de directores más experimentados en ese aspecto (Michael Bay anyone?). Los actores recurrentes y sus respectivos personajes siguen sacando la casta compartiendo tiempo de protagonismo. Michael Caine (Children of Men, Batman Begins, The Cider House Rules) como el Alfred emotivo de pertenencia familiar sigue siendo ese ancla humano que regula los impulsos de su amo con instinto paternal. Gary Oldman (Bram Stoker's Drakula, Inmortal Beloved, The Professional, The Fifth Element) rellena esa nobleza con su perspectiva moral que se divide entre ser un líder a causa del bien y un cómplice leal al vigilante nocturno que rompe las reglas. Morgan Freeman (Invictus, Wanted, Gone Baby Gone) continúa detrás de la figura secreta que soporta el genio tecnológico que hace de Batman el mejor detective del mundo.

Christian Bale (The Fighter, The Dark Knight, I'm Not There, The Prestige) demuestra de nuevo que él es Batman/Bruce Wayne en igual grado de calidad y mérito haciendo un balance de ingenuidad, esperanza, resentimientos y decepción, pero siempre definidos por sus principios irreductibles y motivaciones obsesivas.

Marion Cotillard (Inception, Public Enemies, Nine), por ser de las figuras nuevas, dispone de poco tiempo para desarrollar su personaje el cual esconde secretos que sólo un fan del comic puede revelar antes de su desenlace. Sin embargo ella sufre del aislamiento por culpa del guión que segmenta secuencias para conectarlas con apresurada conveniencia.

Es Tomas Hardy (Inception) quien se lleva honores como Bane –el "archienemigo" de turno– aunque en una versión algo tímida si lo comparamos con sus semblantes originales. Cruel, definido y proactivo. Llevando la delantera aunque con mucha soberbia. No es un rol que derroca lo establecido por Heath Ledger así que no esperen algo tan complejo ni tan extremo. Al menos hace frente a Batman como lo conocemos en el comic, sí, incluso en “ese” momento infame. Lo triste es que sus diálogos estaban entumecidos con efectos acentuados que le da un tono de Darth Vader con tuberculosis. Otros roles me los reservo porque podría generar spoilers, pero hay cameos interesantes que dan solvencia a un ciclo que abrió en “Begins” y concluye con respuestas satisfactorias.

No es perfecta, de hecho la peor de las tres y aún así superior a la mayoría de las adaptaciones de comics que abundan cada año. El guión pudo ser mejor, que desgraciadamente para su vergüenza existen mejores tramas de Batman que ni siquiera pertenecen a largometrajes de cine, como en animaciones (Batman: The Mask of the Fantasm), comics como arroz (Frank Miller’s The Dark Knight) y video juegos (Batman Arkham Asylum). Recomendable con reservas.

Film: Pasta (★★★☆☆)

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Batman Lives!

[*] Goyer abandonó The Dark Knight Rises para trabajar en "The Man of Steel" el próximo reboot de Superman. Es triste porque se siente su ausencia en el guión en comparación con las dos películas anteriores cuyos libretos son enteramente suyos.

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