God of War Live
Volviendo a la cartelera actual, ahora que se acerca la temporada de Blockbusters, he estado viendo unas cintas para ponerme al día con el cine aún sabiendo que me perdí de muchas del Oscar. Para eso quedan los plásticos, si se consiguen. Entre tanto fui con presentimientos ambiguos al estreno de Wrath of the Titans como la continuación de “Clash of the Titans”, el remake del clásico del celulouide. En parte porque la primera me gustó bastante, pero fui con reservas apostando a que ésta no sería nada como aquella, más bien un coleto. Vaya si me equivoqué.
Hay una regla de oro conmigo que si la película entretiene y divierte a veces los guiones o las actuaciones no tienen por qué ser la verga de triana. Eso me sucedió con la película anterior donde la crítica fue inclemente, pero en cambio yo gocé un bolón. Hay elementos como antecedente que influenciaron mi inclinación por el remake de Titans, como video jugador empedernido soy fan de la franquicia “God of War” de la casa Sony Santa Mónica (PlayStation) y las referencias artísticas del remake fue mayor que el homenaje a la cinta original de 1981. Los productores deben ser igualmente gamers con admiración hacia esta franquicia de video juegos porque la segunda parte arroja más referencias directas a esa adaptación interactiva de la mitología griega.
Algunos años después de los sucesos de la primera película, el mitad Dios mitad humano –Perseo–, vive una vida humilde y tranquila como pescador dedicado al cuidado y educación de su hijo. Entre tanto los Dioses que una vez lo desafiaron corren en su ayuda en una hora desesperada en que pierden poder y son amenazados por el surgimiento de un viejo enemigo. Al parecer un triunvirato en el pasado entre tres hermanos Dioses (Zeus, Poseidon y Hades) conspiró contra su Padre –el Dios Kronos– encerrándolo en las profundidades del Infierno de donde amenaza con volver para destruir a la humanidad.
Volviendo a reunir un equipo poco convencional, Perseo va en búsqueda de su Padre –Zeus– quien fue traicionado por su otro hijo para ayudar a Kronos escapar de los dominios de Tartarus, la prisión del sub mundo del Infierno. En el trayecto se consiguen con cada figura mitológica y viejos personajes que repiten del primer film para nutrir la simple trama con soberbia acción.
Sí, tiene un guión plano y las actuaciones son de video juego en su mayoría tomando en cuenta el reparto de calibres que bien se podría aprovechar mejor. Pero Wrath of the Titans no quiere ser “Hamlet” ni ganarse un Bafta en drama, la idea es entretener casi como si vieras representaciones del juego God of War y lo cumple con creces. La suspensión de la realidad es total gracias a su buen ritmo, dirección de calidad (para el género) y un buen balance entre seriedad y humor de caricatura. La acción es de lujo, llena de momentos agitados que generan tensión leve a pesar de lo predecible que tiene su guión que fracasa en esconder sus clichés del género.
Pero esa suspensión de la realidad tiene otra causa: su despliegue impecable de efectos digitales que supera a los que vimos en la primera cinta, con dos menciones especiales que me permito resaltar porque no dejó de asombrarme. El caballo alado –Pegaso– parece tan vivo que engaña hasta en los movimientos más sutiles; y el Titan Kronos que hace eco a su versión de God of War III casi a manera de homenaje, es impresionante el grado de realismo que proyecta sabiendo que es un volcán antropomórfico si es que se puede categorizar a un Titan gigante de roca volcánica y lava... KRATOS!
Por más que sean de peso, los actores no dejan más que líneas llanas para este tipo de film que no exprime lo mejor de su talento. Sin embargo su presencia habla por sí solos que deja entender que no fue coincidencia reunir tantas figuras de renombre en una misma película de fantasía. Sam Worthington (Avatar, Terminator Salvation) repite el rol de Perseo con soltura física y carisma de líder. Rodeado de los Dioses de la actuación Liam Neeson (Taken, Batman Begins, Kinsey), Ralph Fiennes (The Hurt Locker, In F**king Bruges, The Constant Gardener) y Danny Huston (The Proposition, Children of Men, X-Men Origins: Wolverine) reencarnando sus roles previos de deidades mitológicas.
Acompañados de nuevas caras en esta segunda parte con dos figuras de lujo, uno que le encanta este tipo de roles fantasiosos, Bill Nighy (Notes on a Scandal, Pirates of the Caribbean, Underworld, Valkyrie) sin esconder que es uno de los actores británicos más respetados, y Edgar Ramírez (Carlos, The Bourne Ultimatum, Vantage Point) que demuestra por qué está montado “en los papeles” de las altas esferas de Joligud. Muy buena, entretenida, honesta, espero hagan una tercera.
Film: McKay (★★★★☆)
___________
Bartheus Papapoulis
P.D. Ya falta poco para The Avengers y The Dark Knight Rises.