Insert Coin to BOOM!
La naturaleza de todo gamer tuvo origen en el Arcade, antes que un juego nos interesara primero tenía que divertirnos. Esa es la premisa de la gente de BlackRock Studios quienes saben cómo hacer un buen arcade racer para quienes no pierden el tiempo en simulaciones complejas y elaborados diseños para carreras de carros. A veces se nos olvida nuestro instinto primitivo: "Insert Coin to Continue" & Joystick Smash!
No sé si algunos de ustedes iba a las maquinitas, incluso teniendo consola habían juegos que simplemente sólo se podían jugar en las salas de Arcade. El Cerdiman y yo solíamos dejar cientos de monedas en "Cruis'n U.S.A.", aquel Arcade Racer Multiplayer de SEGA que ocupaba el largo de un autobusete con múltiples volantes y pantallas* (posteriormente fue portado al N64 muy mediocre). Nada divierte más que un buen racer tipo arcade y la gente de BlackRock sabe como hacerlo bien porque tiene experiencia (PURE). Entra Split/Second, su más reciente título. Un arcade racer tradicional para disfrutar el placer de la velocidad y de llegar primero. En ese sentido llegar primero o más rápido no ha sido suficiente desde que aparecieron los primeros juegos de carros. Sacar a tu oponente de la pista por cualquier medio también ha sido parte fundamental de muchos juegos de este tipo. De hecho es lo que más divierte en todo caso. Split/Second aplica eso de "lo importante no es ganar, sino destruir al oponente" ¿es así como va, no? si no déjenlo así que suena mejor. Mario Kart 64 nos enseñó que lo mejor no era hacer la vuelta más rápida, sino sacar a los competidores de la pista de la manera más sucia posible. Split/Second sigue esa tradición. Ah, la infancia. Esos juegos nos educaron para el trabajo y la vida, después dicen que los video juegos no enseñan nada.
Diseño: La estructura de Split/Second es muy sencilla, el tema plantea un reality show ficticio que presenta un deporte extremo con carreras de carros. El objetivo del deporte no sólo está en ganar la carrera, sino cómo la ganas. Split/Second parece un juego sacado de la mente de Michael Bay por lo ridículo y divertido que resulta su diseño. Desastres apocalípticos al rededor de la pista de carrera ayuda a los concursantes a definir su lugar de llegada, generando obstáculos o modificando la estructura de la pista con cada vuelta para minimizar el factor de memorización y costumbre.
Las carreras, al puro estilo arcade, sólo exige sortear los obstáculos que tú o tus oponentes generan como consecuencia de accidentes provocados para asegurar la victoria, que no necesariamente tiene que ser limpia. Las carreras son lineales en formato de circuito contrario a la libertad tipo “sandbox” que caracterizó al clásico Burnout Paradise. El diseño compone varios escenarios que se repiten con algunas variantes entre distintas categorías de juego: Elimination: típica carrera donde los tres primeros ganan créditos; Survivor: Evitar ser el último donde cada 30 seg sacan al resagado de la carrera; Detonator: Sortear barriles explosivos que va arrojando una gandola y Air Strike: evitar ser golpeado por misiles de un helicóptero (cuando dije “Michael Bay” no exageré). Los vehículos son ficticios, las marcas hacen guiño a ciertas casas famosas de motores pero ningún carro es real por más similitud le encuentres a su inspiración contemporánea. El multiplayer permite que hasta ocho compitan en línea, además del modo pantalla dividida en la misma consola sólo que limita a dos jugadores (Mario Kart 64 podía manejar cuatro en 1996, ¡Buuu!).
Dicho lo anterior decepciona que no haya un taller para armar tu propio carro a gusto que expanda sobre los cuatro niveles de categoría (A-B-C-D). Así es como está diseñado PURE donde los ATV también son ficticios pudiendo configurar hasta 10 modelos a gusto a partir del chasis, envenenando tu garage con accesorios que obtienes como premio al final de cada carrera. Aquí Split/Second la cagó de calle. Como variedad apenas hay un puñado de carros ficticios (20) que no admiten modifcaciones aparte de una pinturita y que van apareciendo disponible acorde avanzas en la competencia mediante los créditos acumulados, qué pobre. Como igual de pobre es la limitada cantidad y variedad de pistas que no pasa de once. Al menos cada una cambia radicalmente creando rutas alternas gracias a las destrucciones acumuladas por cada vuelta.
Jugabilidad: La jugabilidad al conducir no podría ser más “maquinita” básica, y eso es algo positivo. Nada de cambios manuales ni botones de nitro, sólo dependes de tu acelerador y el joystick analógico para controlar el volante, mas nada. Como dirijas al vehículo en la pista depende la cantidad como ganas potencia en tu Power Meter, un medidor de tres segmentos que está siempre en el trasero de tu carro, indicando el nivel de destrucción que puedes detonar en ciertos puntos dentro de la pista (que son bastantes dicho sea de paso). Ese medidor de poder lo incrementas de acuerdo a las coleadas efectivas al pasar contrincantes habilidosamente a lo largo de la carrera.
Con un tercio lleno puedes desatar accidentes menores que involucra camiones explotando, estructuras desplomándose, puentes cayendo, grúas fuera de control, etc. Con dos tercios los desastres aumentan en proporción, pudiendo colapsar estructuras más grandes como galpones, tanques de gas, containers, tuberías y otras explosiones mayores. Con toda la barra llena se activa la opción de Power Play y es cuando las cosas se ponen feas, catástrofes de proporciones épicas al mejor estilo de un film de Roland Emmerich (otro hijueputa de películas mierderas al que le debe producir una erección este juego). Si creías que conchas de cambur y caparazones de tortuga era la merma, no imaginas que te lancen un edificio, todo un Jumbo Jet o te tumben la autopista.
Con los Power Play se modifica la pista por completo al colapsar todo en explosiones mega cojonudas. Edicifios enteros, buques petroleros, todo el subsuelo y toda clase de demoliciones que alteran la pista creando rutas alternas y añadiendo obstáculos que ponen tus muñecas petrificadas de los reflejos (y el cague). Cuidado, lanzar un Power Play también puede ir en tu contra así que ten cuidado como lo haces y en qué momento. Lo impresionante es que una pista puede cambiar de diversas formas haciendo imposible verlas todas en una jugada. Incluyendo atajos que abres o cierras dependiendo de tus maniobras. Todos los carros tienen características distintas que afectan en mayor o menor medida el desempeño en alguna competencia dada, haciendo crucial la estrategia de elegir el que mejor se ajusta a tu carrera. El multiplayer repite los diseños de juego esta vez contra otros 7 jugadores en línea que hacen las cosas más interesantes que contra el AI (que nada malo es por cierto)... de nuevo me imagino a Michael Bay y Roland Emmerich jugando esta vaina en red, deben alcanzar orgasmos simultáneos.
Presentación: La presentación general es del carajo, estupenda, muy bien diseñada de forma artística. Usando el motor Havok es difícil no obtener texturas definidas de alta resolución con modelos impresionantes en lujo de detalle. El efecto de velocidad es impecable con frame rate de mantequilla que se percibe vertiginoso en pantalla grande. Con efectos especiales de borrosidad cuando vas “mandao” para una simulación convincente de velocidad. Además de un soberbio uso de los vertex shaders y la dirección de la luz del sol, las explosiones y toda fuente de iluminación que se refleja en la superficie de los vehículos. Efectos de humo, fuego y partículas de las explosiones también cobra vida en medio del caos, que por la velocidad hace difícil quedarse a admirar los detalles. Si lo haces es buena oportunidad para que admires los pedazos de tu carro si tus oponentes te agarran soñando. El sonido por su lado es bueno, circundante, pero le falta algo de atmósfera, sobre todo impacto en su rango dinámico que pudo aprovechar mejor el subwoofer cuando todo un edificio se te viene encima. No quiere decir que el sonido no sea impresionante, lo es, pero pudo ser más directo y atmosférico. Sin embargo se usa muy bien los efectos cavernosos cuando entras en espacios cerrados. Los sonidos de los carros son bastante genéricos, nada que resaltar aquí.
No hay música fuera de un score incidental sensacionalista de TV ni puedes usar la de tu librería del XMB, otro detalle que pudo inclinar la puntuación a su favor. La diferencia entre ganar o perder una carrera podría estar en la inspiración que produce tener “Fucking Hostile” de Pantera sonando a tres tablas.
Split/Second es pura diversión, heredera del legado de PURE con más aciertos que fallas. No podría recomendarlo con más entusiasmo si buscas un tremendo arcade racer clásico para jugar con tus amigos en pantalla dividida (como hacía el buen Mario Kart 64) o en Red (como no podía hacer Mario Kart 64), pasando una tarde entera sin tener que gastar todo un saco de monedas en las máquinas... pero sí en las birras.
Jugabilidad: McKay (★★★★☆)
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Diseño: Pasta (★★★☆☆)
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Presentación: Willy McKay (★★★★★)
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Multiplayer: Willy McKay (★★★★★)
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¿60$? Cómodamente.
[PS3: 2011. 1-Disco (Blu-ray). Zona 1. Video HD: 720p. Sonido: Dolby Digital E 5.1, Jugadores: 1-2 (Online: 2-8); Disco: 7GB (What The Fuck!), Dual-Shock Compatible & Wireless Headset, ESRB Rating: E]
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Bart
[*] En Cruis'n U.S.A. el Cerdiman siempre agarraba el autobus escolar y chocaba a todo el mundo, la llamaba “La Guagua Maldita”, qué tiempos...