"She's a maniac, maniac on the floor..."*
Últimamente las reseñas no constituyen una novedad sabiendo que muchos recurren a la nefasta conducta de bajar películas para mutilarlas en las pantallitas de su computadora, o en el "mejor" de los casos, en un TV de mediano tamaño vía el populacho quemaíto. Aquí en Rural Tex, al igual que la preferencia de muchos de nuestros lectores, consideramos que el film es un medio de arte que debe apreciarse en una sala apropiada para la proyección del fotograma de 35mm. Incluso teniendo sendos Home Theaters de niveles audiófilos siquiera pensamos en reemplazar la insustituible experiencia cultural de ver cine como Dios manda. No sólo nuestros editores están de acuerdo, también las personas con quien compartimos la pasión por este medio afirman lo anterior, en especial nuestro amigo José Pisano quien lo resaltó en conversaciones pasadas en alguna tertulia cinematográfica de tantas que hemos asistido. Como lo fue anoche en el Centro Cultural Trasnocho donde fuimos invitados Spiff y yo a la premiere de prensa de Black Swan. ¿Tarde? ¿Después de los Oscars? ¿Ya todos la mal vieron en su laptop o quemaíto? Nos importa una cabeza, cine es cine y lo bueno se hace esperar.
Tan bueno fue esperar que agradezco que Black Swan me haya tocado ver de último entre las que se disputaron la pasada temporada de premios. Porque cuando se dice aquello de "guardando lo mejor para el final" calza perfecto en esta oportunidad ya que el film más reciente de Darren Aronofsky (Dir: Requiem for a Dream, The Wrestler) es una obra maestra superlativa de cine de culto.
La verdad es que me resulta difícil reseñarles Black Swan por lo compleja que es en grado estructural. Un thriller psicológico que narra perfectamente la metáfora vivencial del personaje principal, donde la conexión con la audiencia alcanza niveles íntimos para intentar hacernos comprender el terror subliminal que sufre. Es decir, Black Swan es una pintura surrealista que traduce la obra clásica del “Lago de los Cisnes” de Tchaikovsky al plano cotidiano de una bailarina perteneciente a una compañía de ballet de New York. Exponiendo los sacrificios y roces que se someten muchas de estas bailarinas para alcanzar la ilusión que exige este estilizado arte.
Black Swan pone a prueba al espectador, desafiando la posibilidad de predecir los acontecimientos al jugar con las emociones a punta de una brillante manipulación psicológica. Doblegando nuestra capacidad de comprender la situación de la protagonista a quien nunca encontramos definida dentro de su conflicto personal que distorsiona la realidad que vive afectando a quienes la rodean. Donde su afán de destacar en las filas de la danza la obliga a vivir en carne propia el papel de la clásica obra del ballet ruso pero en el plano personal más que en el propio escenario.
La Dirección de Aronofsky es la principal causa de la impredecible trama gracias a su juego de cámara que danza tanto como el motif alegórico del film. Jugando a cámara alzada casi que sin steady-cam para hacernos testigos casi documental de lo que acontece en la vida de la bailarina de ballet. Sintiendo a veces que la intimidad con la protagonista es necesaria para comprender -si acaso- lo que ella siente y sufre por su dedicación al arte que practica. Por lo tanto sentimos muchas veces que la acompañamos en todo momento, hasta el punto que el Director nos hace danzar con ella a planos cerrados. No puedo dejar de mencionar que Aronofsky utiliza un film de alta emulsión que casi raya en 16mm por el alto contenido de gránulo que le da ese toque retro como macabro; que por su paleta de colores pálidos calza con el tono deprimente de la fotografía emblemática de Matthew Libatique (Foto: Inside Man, The Fountain).
Black Swan es muy sutil en sugerir un suspenso ligero que te mantiene tenso y a la expectativa de descifrar el cúmulo de percepciones que supercede la razón en función de pintar un cuadro de horror psicológico. En especial después del segundo acto donde la confusión se adueña de la narrativa hasta el último minuto del clímax, que por más sospechas acertadas que puedas tener Black Swan sabe sorprender para darnos la última estocada de shock emocional. Es un poema obsceno de suspenso surrealista gracias a la composición perfecta entre un ritmo progresivo in crescendo, un guión inteligente y un performance protagónico de primera, todos en perfecta armonía como una danza sincronizada si me permiten la analogía punitiva.
Todo esto no sería meritorio de no ser por una actuación sine qua non de Natalie Portman (V for Vendetta, The Other Boleyn Girl, Hotel Chevalier, My Blueberry Nights), quien nos demuestra una transformación impecable como la bailarina que hace la traumática metamorfosis de la inocencia a lo profano como una vía de escape del inconsciente. Aquí no hay concesiones en cuanto si mereció o no la ola de premios de la temporada de galardones que recién termina. Su mutación en la pantalla sella el punto de transición en su carrera de aquella niña actriz que prometía un gran futuro en Leon: The Professional y Heat, a la actriz mujer que deja hoy al mundo inmutado. Pensar que casi la perdemos por culpa de George Lucas (Queen Amidala anyone?).
Sin embargo el cuerpo del elenco no se enmudece por culpa de la soberbia actuación de Portman. El duelo (personal) que tiene con Mila Kunis es de igual envergadura gracias a su excelente rol de reparto que bien pudo merecer una nominación. Kunis convence y cautiva con su particular lenguaje gestual que desarrolla con sus diálogos punzantes y enfáticos. Sin obviar a Vincent Cassel (Eastern Promises, Elizabeth) que hace la contraparte masculina al duelo de las féminas con soltura y soberbia, este actor francés siempre complace. Dejando mis respetos, quizás por primera vez, a Winona Ryder (Girl, Interrupted, Dracula) quien al fin brilla con espontaneidad para ocupar un puesto digno en un film sin que se sienta de más. Igual para Barbara Hershey (The Right Stuff) que fue bueno volver a verla entera después de tantos años. En fin este es el film de la temporada.
Film: Sir William McKay (★★★★★★)
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Bartolomeo
[*] "...and she's dancing like she's never danced before." -Michael Sembello "Maniac".
P.D. Feliz Cumpleaños por aproximación al mequetrefe del Kaiser (que sólo cumple los 29 de Febrero).