Any friend of my brother is... a friend of my brother
En vista de la pobre oferta de la cartelera local (¿Gatos y Perros parlantes?) me aventuré a darle una mirada al film venezolano que está en boca de todos, Hermano del Director Marcel Rasquin. Digo "aventurarme" porque perdí la fe en el cine venezolano hace años debido a la repetición de temas sociales estereotipados que no reflejan otra cosa que un documental de la realidad que vivimos. Para eso tengo los noticieros. ¿Es que no hay otra temática que la del malandro de barrio, sicario y criminal? Algún día me gustaría ver que alguien se atreva a hacer una comedia, una saga épica de crimen, un thriller de suspenso o quizás, si tienen bolas, una fantasía Sci-Fi ¿por qué no? Si, si, si, lo sé, lo reales, la excusa de siempre porque talento y tecnología hay de sobra.
Bueno, volviendo al tema de la reseña, tomé las recomendaciones de algunos amigos cinéfilos y debo decir que no me arrepentí. Cierto, Hermano está plagado de estereotipos que repite el molde del esquema social dentro del género dramático de la vida en el barrio. Al menos el film no intenta dejar lecciones, denuncias o moralejas baratas, sólo intenta narrar una buena historia porque tiene un muy buen guión; pero el soporte de un reparto accidentado y un desempeño técnico convencional afecta el producto final.
La complejidad del guión es impredecible de principio a fin, rompiendo con el estereotipo de novela que venía nos venía acostumbrando con otras cintas nacionales de corte similar. Una historia ficticia de dos hermanos, no consanguíneos, que sobreviven en la pugna diaria de vivir en un barrio y tratar encontrar una vía que los lleve a un mejor modo de vida. Rodeados de tentaciones, que muchos recurren para encontrar una salida de la miseria, estos hermanos de origen humilde apuestan por el deporte como vehículo para alcanzar un sueño que colinda con su pasión de vida.
Cargados de problemas, impulsos, emociones y en gran medida de ingenuidad, sufren las vicisitudes circunstanciales de su realidad como obstáculo entre su presente y su futuro, en especial su futuro con el deporte que tanto aman: El Fútbol. El guión toma vueltas inesperadas que borran cualquier señal de ser un film que narra la típica historia del desaventajado que termina ganando la copa del mundo con la chica de la película a su lado. Al contrario, demuestra una versión madura de la realidad que vivimos sin llegar a dramatismo de tragicomedias noveleras. Si bien Hermano no es artísticamente elocuente en su dirección y ritmo, la estructura de la trama se defiende a momentos hasta el clímax que te deja pensando por un buen rato.
Cuando me refiero a que Hermano no es artísticamente sobresaliente es porque su producción técnica, desarrollo de los personajes y su inestable dirección, conspiran contra un excelente guión que bien pudo merecer una materialización más sólida. Peor aún, el casting de actores juveniles -siendo el ancla de la cinta- desvía el suspenso de autenticidad argumental con sus acartonadas e insípidas actuaciones.
Sólo el reparto de experimentados actores mayores, algunos de reconocimiento y prestigio como Gonzalo Cubero, sujetan el marco dramático para imprimir un entorno convincente, pero por desgracia no son el foco central de la trama cuyo desarrollo parcial de los personajes tampoco ayuda. Técnicamente la dirección tiene la culpa aunque el juego de cámara y la fotografía tienen sus momentos de altura que le dan al film un breve aire de producción soberbia. Algunos juegos de cámara con edición fugaz se sienten de primera, pero están salpicados a lo largo de la cinta cuyas serias fallas de ritmo daña cualquier intento -sí lo hubo- de acumular tensiones y manipular emociones. Aún así Hermano tiene sus momentos, bastantes, que hacen que se disfrute amenamente.
Hermano es un buen film, no de los mejores logros de el cine venezolano pero sí un muy buen intento. Al menos en lo argumental y conceptual que, a pesar de sus aciertos y fallas, no se traduce en su desenvolvimiento progresivo de manera técnica y dramática. No me gusta hacer comparaciones pero otros films del género social como la obra prima, no, ¡magistral! de Fernando Meirelles, Cidade de Deus (Ciudad de Dios), siguen siendo la barra de medir para otros que intentan inspirarse en su legado. Recomendable.
Film: Pasta (★★★☆☆)
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Bart