Padroneggiare l'arte di uccidere*
Este juego es una coñuemadrada, desafía la inteligencia, insulta los convencionalismos y paradigmas, engalana la dicha por la sabiduría y no teme en tomar riesgos para relatar quizás una de las tramas mas increíbles que haya visto en años, tanto en film como en juegos. Queda por ver si la conclusión en su futura tercera parte no cambia mi opinión. Mientras, un nuevo capítulo en el Credo de los Asesinos nos revela un fragmento en el camino por descifrar la verdad universal.
“My name is Desmond Miles... and I’m an Assassin” Advertencia: NO HAY SPOILERS, por lo tanto, debido a los fuertes nexos argumentales directos entre Assassin’s Creed y su continuación presente, no voy a revelar detalles siquiera del final de la primera parte y mucho menos a comentar detalles sobre la secuela. En líneas generales como punto antecedente, dejamos a Desmond Miles, descendiente de una casta de asesinos, encerrado en Abstergo tratando de dilucidar el porqué lo tienen secuestrado y sometido a experimentos psico-genéticos. Sí, a estas alturas ya debes saber sobre Desmond y Abstergo y no veo por qué obviarlo. Desmond está secuestrado por Abstergo, una multinacional tecnológica en poder de Templarios modernos, quienes buscan un artefacto oculto en la Historia para asistirlos con sus planes de dominación mundial.
Una conspiración que viene de siglos atrás y donde Desmond juega un papel importante como la llave que lo descubrirá todo. Al “final” de Assassin’s Creed dejamos a Desmond en Abstergo en frente de los enigmas y señales que forman parte de la críptica verdad que está regada a lo largo de la Historia y las culturas de la humanidad. ¿Por qué Desmond? ¿quiénes son los Templarios? ¿qué es ese “artefacto”? ¿simbología ocultista? Jueguen Assassin’s Creed y lean algo de historia mequetrefes.
Tema: "What. The. Fuck." Con esas palabras textuales termina Assassin’s Creed II y no podría estar más de acuerdo. Es un fume, acaba con paradigmas, insulta arrechamente los convencionalismos ortodoxos de la religión cristiana, juega sin titubear con la Historia sin llegar a fumes Tarantinescos a la Inglourious Basterds, y sabotea toda forma de predicción que te hayas hecho en la mente desde donde quedó el primer juego. Con esta advertencia les digo que Assassin’s Creed II no es un juego para todo el mundo y ciertamente no es un juego para estúpidos. Debes tener algo de amor por la Historia, un mínimo de conocimiento de la Historia de la humanidad y siquiera algo de sentido común como curioso y crítico. Si eres ortodoxo religioso y te ofende fácilmente que jueguen con tus creencias o desafíen “la verdad” escrita, entonces no juegues esta vaina. De cualquier manera el juego trae mucha Historia que leer sobre lugares, hechos y personajes históricos REALES que ayudan a digerir toda esta ficción con inteligencia y sentido.
Assassin’s Creed II es un Role Playing Game de acción en tercera persona donde asumes el papel de un ancestro sanguíneo de Desmond Miles, quienes formaron parte de un linaje hereditario de una Casta de Asesinos defensores de la verdad universal... una que ni ellos mismos conocen o entienden. En la primera parte, Desmond tuvo que revivir los pasos de su ancestro Altaïr quien fue forjado como asesino desde niño como los Espartanos hacían con sus descendientes para la guerra. Altaïr tuvo como contexto histórico las cruzadas inquisidoras durante la Edad Media, llegando a destapar la tapa del frasco cuyo contenido era la caja de Pandora (cálense las metáforas porque no les voy a decir nada, juéguenlo). En Assassin’s Creed II te toca revivir etapas cruciales de la vida de otro ancestro más cercano, Ezio Auditore Da Firenze, quien, a diferencia de Altaïr no fue criado con el objetivo de ser un asesino. Ezio creció dentro de una familia bien posicionada y opulente en la Italia acontecida por el Renacimiento.** Un sifrino renacentista con dotes de Playboy a quien le tocó sufrir un trago amargo para enterarse de su destino y su consecuente formación como asesino. En medio de una conspiración que involucra personalidades históricas reales, el Imperio del Papado, los Templarios y una ficticia amistad con Leonardo Da Vinci, Ezio descubre algo inconmensurable en su afán de venganza.
Jugabilidad: La jugabilidad repite todo lo básico de Altaïr (visión de águila, mapa informativo, parkour y combate), añadiendo docenas de funcionalidades más. Diversificando el diseño de juego por encima de la repetitividad que intimidó a muchos jugadores en la primera entrega. Sin embargo, al resolver muchos de los problemas del primer juego, se añaden nuevas fallas por su afán de diversificar el gameplay ad infinitum. Trataron de hacer mucho y complicaron la intuitividad de los controles que si bien no lo lograron antes, lo complicaron demasiado en búsqueda de la diversidad de juego. Ezio repite la mecánica Parkour de escalar, saltar, correr y sortear todo tipo de obstáculos arquitectónicos, añadiendo modalidades que antes limitaban su cobertura topográfica –y cultural– como nadar, volar, navegar y hasta socializar. Igual con el combate, donde antes un sinnúmero de combos hacían difícil el manejo intuitivo de Altaïr, hoy se aglomeran en un único-botón-que-hace-todo generando confusión en su aparente simplicidad.
Es decir, Ezio aparte de mover la espada y los cuchillos como su ancestro medieval, ahora combina tantos artilugios en su ostentoso traje que dejaría en ridículo al bati-cinturón; y lo digo literalmente, tiene mas corotos encima que el caballero oscuro en Arkham Asylum. Administrarlos todos en combate con fluidez intuitiva es un utopía de los desarrolladores, menos aún amaestrarlos con todos sus combos. Mi consejo, al igual que con el primer juego es que te enamores de un trío, los amaestres y te olvides del resto salvo en situaciones donde una estrategia previa de la situación reemplace a los reflejos. Tanta complejidad intimida dejando toda culpa en los desarrolladores, porque otros juegos de mecánica similar en tercera persona –como Metal Gear Solid 4 y Dead Space– contienen tantos o más mecanismos de gameplay que diversifican al protagonista, peeeero sin comprometer un mandamiento sagrado en los videojuegos: la intuitividad (usar los controles sin pensar). Sin embargo se puede jugar fluidamente como Ezio si olvidas cualquier ambición de amaestrar todas sus funciones y agilidades.
Ezio ahora posee una daga oculta en cada mano, doblando las oportunidades de asesinar, donde una de ellas se le puede cargar de veneno. Las opciones bélicas no terminan ahí, ya que la tecnología de los tiempos modernos del siglo XV y la ayuda de mentes agudas como Leonardo Da Vinci surten a Ezio de una pistola oculta en su muñeca para percutar unos balazos mosqueteros. El cinturón de Ezio carga más objetos donde veneno, medicinas, cuchillos, bombas de humo y hasta dinero le ayudan a seguir su camino con facilidad. Lo social y económico juegan parte importante, ya no eres el no-hablo-con-nadie de Altaïr, socializar con familiares, aliados y enemigos enriquecen lo argumental manteniendo vivo el ritmo y la trama al día. En lo económico Ezio puede conseguir dinero robando, encontrando tesoros o ganar recompenzas con contratos alternos a la trama; que le sirve para comprar armas, medicina, veneno, reparar su armadura, contratar cortesanas (putas), sobornar oficiales, teñir su traje para despistar guardias, y hasta renovar su villa familiar que le remunera dividendos turísticos. El dinero nunca le falta.
Aunque el juego aparenta ser de mundo abierto, no puede ocultar su carácter lineal, sin embargo no es forzado, permitiendo libertades para quienes quieran alargar el tiempo de juego en misiones alternas como buscar plumas, tesoros, contratos de asesinar y otras ridiculeces tediosas como carreras y encomiendas. Está bien probar algunas, pero si no quieres romper el ritmo de la trama, alargándola innecesariamente con tediosas tareas repetitivas, mejor céntrate en el grueso de la historia lineal. Mini juegos en catacumbas y cámaras secretas sirven como rompecabezas tipo platformer que varían la trama sin desviarse demasiado. Seis de ellos para ser exacto, todos variados con acción, stealth y carreras contra el tiempo en la búsqueda de sellos en las tumbas de tus ancestros para merecer la armadura mascaclavos de Altaïr (recomendable). Finalmente el AI es tan estúpido como antes, donde los combatientes esperan su turno para que los planches o andan soñando por las nubes cuando estás cerca de ellos.
Presentación: La presentación es mixta, con fallas en performance que como saben es imperdonable para mi dejarlo pasar. Empecemos por las técnicas, el frame rate falla tal como en el primer juego, aunque no en extremo, esto es inaudito y podría darle un ñame rotundo sólo por eso. Está bien que suceda un par de instantes, pero que ocurra frecuente es inaceptable. Señores de Ubisoft, si no pueden con la carga gráfica, bajen la resolución de las texturas, prefiero texturas de baja resolución a perder fluidez en la animación (¿verdad Modern Warfare 2?). Aprendan de Naughty Dog (UNCHARTED), Guerrilla (KillZone 2) y Kojima (Metal Gear 4) quienes saben cómo mantener el frame rate por encima de 30fps y las texturas en las resoluciones más altas en full HD. Entiendo que desarrollar un juego para múltiples plataformas es un reto de tiempo y recursos, pero eso no los exime de no pulir bien el producto ya que no son los únicos que hacen juegos multiplataforma pero si los únicos que no optimiza bien su producto para ninguna. Lo otro es el excesivo texture popping que sucede, no a distancia, sino tan cerca como unos pocos metros que distrae demasiado; de nuevo es imperdonable sabiendo que otros no cometen novatadas superadas a estas alturas. La presentación no sólo comprende el acabado visual y sonoro, tan importante es lo funcional de ella para no romper la magia.
Ahora lo bueno, en lo visual Assassin’s Creed II es un festín para los ojos. Las texturas son unas de las más elaboradas y detalladas que rayan en lo fotográfico. Todo es hermoso, elegante, definido y detallado. Detalle es la palabra. Assassin’s Creed II tiene los mapas mas increíbles en tamaño, extensión y detalle, siendo superlativamente fieles a la arquitectura renacentista recreando los lugares históricos al pelo como estaban entonces. La animación de los personajes es fluida y rica en movimientos para darle carácter natural. Pero la animación facial parece vencida cuando hemos visto presentaciones mejores en ese aspecto. Todo está vivo a tu rededor, los caballos, la gente, el clima variable, etc. El sonido es atmosférico aunque a veces algo tímido para recrear espacios convincentes. Los shaders sufren del mismo popping effect que las texturas cuando aparecen y se dibujan de cerca que resulta algo distrayente, pero no molesto, al menos no tanto como cuando cae el frame rate aquí y allá. La actuación vocal es de primera línea demostrando que no escatimaron recursos en actores capaces de asumir el rol. En conjunto, la presentación es un cúmulo de aciertos y fallas que al menos sus virtudes se sobreponen a sus defectos, logrando una inmersión satisfactoria para concentrarte en la aventura y la trama.
Assassin’s Creed II no es un juego fácil de digerir, tanto por la complejidad intelectual de su trama, la creciente diversidad forzada de su gameplay y por el desafío contextual de los convencionalismos conservadores, lo violento y sangriento es apenas un contorno. Lento, largo, más complejo y variable, mejorando en su antecesor en todo pero fallando en el intento de introducir nuevas mecánicas. Si te gustan los RPG de aventura con mucha inteligencia y eres de mente abierta, entonces Assassin’s Creed II es para ti. Quienes buscan una experiencia casual, trivial, de gratificación instantánea tipo arcade, mejor busca algo para el Nintendo DS mamapipe.
Jugabilidad: Willy McKay (★★★★★)
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Presentación: McKay (★★★★☆)
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Tema: Sir William McKay (★★★★★★)
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Multiplayer: N/A (☆☆☆☆☆)
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¿60$?: Sólo para quienes tienen paciencia, jugaron el primero y les gusta un buen reto.
[PS3: 2009. 1-Disco (Blu-ray). Zona 1. Video HD: 720p/1080i. Sonido: Dolby Digital E 5.1, Jugadores: 1, Online: n/a; Disco: 1.8GB, ESRB Rating: M]
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Bartzio Fornicoure Portuanno
[*] Al igual que el título del review del juego anterior, quiere decir: "Amaestra el Arte de Matar"
[**] El Renacimiento fue un período positivista netamente Europeo entre los siglos XIV - XVI donde florecieron las bellas artes, las ciencias y la cultura por el conocimiento. Un puente entre la Edad Media y la Edad Moderna donde resalta el inicio del retroceso definitivo de la Teocracia Medieval como la corriente filosófica-política-cultural dominante (quiero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam). Tuvo génesis en Italia donde salieron sus principales exponentes, entre ellos el genio de Da Vinci quien juega un papel inspirador en este juego. Las causas para su desarrollo se debió a muchos factores, pero predomina lo político donde se le debe mayormente a la migración de los escolares griegos, el patrocinio de la poderosa familia Medici y la caída del Imperio Otomano/Bizantino y Constanti... Constan... el que me lo responda se gana un premio.