Las Hermanas Hilton del Siglo XVI
Aunque suene extraño, en la Inglaterra de los 1500 habían dos hermanas que si bien no eran tan vacías y fútiles como Nicky y Helsinki Hilton, sí estaban en los momentos claves de la monarquía inglesa, dominada en ese entonces por Enrique VIII; estas eran Mary y Ana Bolena. Particularmente la segunda llevaría al Rey y a todo el país a una revolución al separarse del dominio del Vaticano, incitando a Enrique a divorciarse de su esposa Catalina de Aragón para casarse con Ana y así engendrar un hijo. Suponemos que los cromosomas X dominaban más que los Y en el Rey, debido a que el primer hijo de ambos sería niña, quien más tarde y luego de hacer una limpieza del país, se coronaría como Elizabeth I Tudor. La relación de ambas y sus vínculos con el Rey y el reinado son las bases del film The Other Boleyn Girl.
A lo largo de la película pude observarse cómo era la relación entre ellos de los hermanos Bolena, su vinculación con la familia real inglesa, las intrigas de palacio, las normas y costumbres de la corte. Todo ello a partir del vínculo fundacional entre Mary, sencilla de hábitos educados dispuesta al matrimonio con un hombre de bien, y Ana, liberal para el canon de la época, culta, sofisticada y ambiciosa. Ambas se encontrarían de frente con la figura de Enrique VIII con todos sus defectos que se sumaban por millares, pero con un sentido de humanidad al trascender como un monarca ante el pueblo e historia. Serían todos ellos llevados al desenlace conocido por todos en las clases de Historia Universal.
Este film viene a ser el debut como director de cine de Justin Chadwick, quien hasta entonces había dirigido en televisión. En la transición de un medio de expresión a otro, aun cuando es llamativa, no se aprecia un cambio entre estilos. Inclusive hay momentos en que debido al tempo directoral, pareciera que se está viendo un film contemporáneo en vez de un trabajo de época, más cercano a series de televisión como The Hills que a obras como Elizabeth. De haber sido reflejado como un film de estética postmoderna a lo Marie Antoinette el resultado podría haber sido interesante, pero consideremos que es su debut en 35 mm, por lo que el acabado final debe más a la revista Vogue que a Shakespeare.
Al ser una adaptación de una novela firmada por Philippa Gregory, trasladada al cine por Peter Morgan quien firmó los guiones de The Queen y de Frost/Nixon (el primer film de duración efímera en pantalla, el segundo sabrá Dios cuando se estrene en el país), pasa a convertirse en una versión libre de los hechos históricos. El resultado del texto termina por verse del modo como el lente del Director lo plasma: una película que parece por momentos un melodrama que un film de período, salvo por ciertos instantes en que pareciera que el guión trata de ser acertadamente histórico para evitar caer en lo frívolo. La fotografía es un pincel con varios matices: colores cálidos para la campiña inglesa, colores fríos para Londres y los exteriores de palacio, luz de velas y amarillos en escenas románticas, claroscuros y tonos azulados para los momentos de intriga y de tensión dramática. El trabajo de edición no es estelar, sino convencional con el estilo actual de hacer cortes dinámicos sin llegar al estilo de la publicidad televisiva o el video clip. Y los motivos musicales son usados meramente para enfatizar instantes precisos en la película que el Director desea destacar; lo demás es música tradicional de esa época.
Del cuerpo actoral, quien se destaca es Natalie Portman en su papel de Ana Bolena. Aquí ella lleva la voz cantante al imprimir audacia y rebeldía en su papel, considerando que estaba destinada a cambiar el orden de las cosas para siempre, esto para reforzar los matices emocionales que le pone con cada película que ella hace, sin lugar a dudas una de las mejores actrices de esta época. En cambio Scarlett Johansson, aun cuando es una excelente actriz, su papel de Mary Bolena se ve opacado por el de Portman, pero esto no se debe a que sea una mala actuación sino a que el guión la retrata como alguien casi anodino, sin peso emocional en la trama que, al contrario de lo que pudiera pensarse termina por ser la gran ganadora, si vemos esto como una lucha de supervivencia entre personajes. Otro destacado aquí es Eric Bana al hacer un acto memorable, cual es liberar de estereotipos conocidos que poseía Enrique VIII para hacerlo más humano, más honesto y lleno de dudas y contradicciones.
De igual forma Kristin Scott Thomas representa a Lady Elizabeth Bolena como un faro de moral y rectitud ante los pecados y defectos del ambiente de la corte inglesa. Mark Rylance y David Morrisey hacen en sus papeles de Sir George Bolena y de Thomas Howard, Duque de Norfolk, dos modelos de maquiavelismo: uno como alguien que desea lo mejor para su familia; el otro dispuesto a hacer lo que sea con tal de ganar favores y prestigio en el reino. Jim Sturgess en el rol de George Bolena, hermano de Ana y de Mary que si bien refleja a un hombre honesto, es esta misma virtud que lo hace parecer blandengue ante los ojos de la sociedad por su falta de ambición. Y Ana Torrent hace una breve pero destacada aparición como la Reina Catalina de Aragón como un dechado de virtudes morales en medio del libertinaje y la decadencia de la realeza inglesa.
En sí, The Other Boleyn Girl es una película con una buena factura y actuaciones correctas, pero nada más. No llega a los niveles épicos del Hamlet de Sir Lawrence Olivier, pero tampoco está en las profundidades de un programa como Gossip Girl, aun cuando estilísticamente le deba más al segundo que al primero. Recomendación ruraltejana intermedia de este Festival de Cine Independiente Norteamericano; no es malo, pero tampoco es imprescindible.
Film: Pasta (★★★☆☆)
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Spaceman Spiff VIII