マッハGoGoGo
Apenas una semana atrás les mencionamos que las próximas reuniones del clan rural iban a ser en el estreno mundial de Indiana Jones And The Kingdom Of The Crystal Skull, en los tres años de Spiff-O-Rama™ y en el concierto de Megadeth en Valencia. Lo que no esperábamos era que Warner Bros. le seguiera los pasos a Paramount -cuando estrenaron Iron Man a nivel mundial- al estrenar simultáneamente el film Speed Racer o mejor conocido en estas latitudes con el nombre de Meteoro. Y aun cuando fue una reunión rural de las ¾ partes del todo –el Basura se dignó en no aparecer en una de Howard Hughes o Montgomery Burns cuando era dueño del casino–, el acto y el resultado de ver Speed Racer estuvo a la par de lo que esperábamos.
En los días previos a su estreno, su servidor tuvo a bien leer (como ya es costumbre) las reseñas de los críticos de cine de los principales medios, y en un acto de consenso casi general la mayoría pontificaba que esta producción; la más nueva de los hermanos Larry y Andy Wachowski, era más efecto que argumento y que no le llegaba a los talones a su trío matricial. Cierto es que The Matrix es algo radicalmente diferente, pero muchos de ellos así como eruditos en las películas de Neo olvidan que antes de mezclar filosofía, ciencia ficción, distopía y demás elementos existenciales, ambos hermanos habían hecho el guión en 1995 de la película Assassins con Sylvester Stallone y Antonio Banderas, y lo menos que esa película podía aspirar era a ser intelectual, porque la misma era una sola balacera. Y si a ver vamos, además de lo intelectual que habita en The Matrix, también había artes marciales con desafíos a las leyes físicas, efectos visuales al por mayor y una estética de animé similar al caso de Speed Racer, pero oscurecida.
¿Eran adictos al programa de televisión? ¿Sí? ¿De cuándo acá los diálogos eran disecciones sobre el origen del hombre? Si a ver vamos, todo era carreras, el Mach 5, Trixie, Chispita, Chito y el corredor enmascarado, mejor conocido como Rex -el hermano perdido de Meteoro. Y es en este espíritu que tanto Andy como Larry se dedicaron a dirigir como a desarrollar el guión lo más ligero posible; trabajando a partir de flashbacks y fast forwards para que el público no iniciado comprenda el origen y la motivación de los personajes (aunque parezca mentira hay quienes no han visto nunca la comiquita o preferían ver a la puta de Candy, Candy). Si quieren leer filosofía agarren un libro de Schopenhauer; si por el contrario quieren gozar un mundo, siéntense a ver Speed Racer, pero por favor en inglés con subtítulos, no en mexica charro -es contigo Cerdillo mariachi, revisa la cartelera antes de echarte el chasco. Los Wachowski han logrado hacer una dirección fresca y agradable para el standard de un film de verano, dando especial preponderancia a las carreras y al proceso creador de un vehículo tan particular como el Mach 5. Así como a las idiosincrasias de cada personaje que lejos de ser estereotipados terminan siendo arquetípicos. Si en la tríada matriz de punto el tono era oscuro, en Speed Racer está lleno de luz y color influenciado tanto por el animé como por el mundo de los video juegos, dos elementos protagonistas en estas páginas y en este espacio.
Este proceso creador viene reforzado por la paleta cromática más descomunal de los últimos tiempos, más exactamente desde Dick Tracy de Warren Beatty en 1990. Si en aquella se usaban los colores primarios para resaltar los personajes en tonos algo apagados; en el caso de Speed Racer se usan estos mismos colores y sus matices, pero en tonos full brillantes, tanto que cobran vida en los escenarios y en los personajes.
Inclusive, los Wachowski se dan el lujo de modificar el estilo de presentación de Warner Bros. para adaptarlo al tono del film. Del mismo modo, los efectos especiales cobran realce al evitar irse por el camino de la mayoría que busca crear ambientes virtuales, pero con raíces en la realidad. En esta oportunidad la intención era crear mundos nuevos en un homenaje al universo de los juegos de video. A su vez, la edición engancha al crear el factor transición de eventos empleando primeros planos de objetos o personas mientras se cambia el fondo por otras escenas o por ángulos de cámara distintos que, aun cuando este elemento no es innovador, le aporta frescura a la película.
En lo musical se escucha desde un tema incidental de otro clásico de los 60, Jonny Quest, hasta variaciones del tema principal del programa. Quizás faltaba que agregaran en su totalidad el tema original de esa época en japonés a la usanza de los créditos finales de Spider-Man donde se escucha el de la serie de TV, pero con todo y ello la música aporta.
En lo actoral, olvídense de la leyenda urbana y del factor nacionalista, que corrió como reguero de pólvora en las décadas de los 80 y 90, que por azar del destino y del aspecto físico el "Chamo Gabriel" podría haber sido protagonista de Meteoro. Tal vez si se hubiese hecho en esa época, concretamente en 1992 cuando el estudio compró los derechos para la pantalla... tal vez. Pero volviendo a lo que nos ocupa, Emile Hirsch se luce en su papel, quizás no sea al calco del animé, pero sabe cómo actuar.
Lo increíble en Speed Racer está en las pieles de Christina Ricci como Trixie que se ve tal cual como la original y lo asombroso en la transformación de Matthew Fox quien por fin se deslastra del personaje de la Isla de Gilligan dramática, alias Lost y de la poco convincente Vantage Point para mutar en el personaje de Rex Racer, mejor conocido como el Corredor Enmascarado. Y ni hablar de los excelentes que están Susan Sarandon –más de 60 años tiene y está entera con todo en su lugar– y John Goodman al hacer de los patriarcas de la familia Racer, el coreano Rain como Royalton y Kick Gurry como Sparky. Y al igual que en el programa televisivo, quienes se roban las escenas son Spritle, alias Chispita y Chito, el primero representado por Paulie Litt. Y si todavía no se acostumbran a que el Chamo Gabriel no haya sido elegido como proagonista, alégrense en su espíritu nacionalista de que Milka Duno aparece, así sea en cuestión de segundos a la distancia y en un close up rápido y sin diálogos como la corredora rusa Gearbox.
Por ello recomendamos con confianza Speed Racer si desean ver un entretenimiento ligero y con ello revivir la infancia. Cuando lo que importaba no eran las deudas, los trabajos, el matrimonio (o pensiones alimenticias), sino ver ganar a Meteoro la carrera mientras se disfrutaba de una merienda con pan dulce relleno de Cheez Whiz y Coca-Cola para beber, cuando no es que era sustituido por chocolate caliente si era una tarde lluviosa luego de hacer las tareas escolares.
Altamente observable si lo que desean es Velocidad… Suspenso… Peligro… en las nuevas aventuras de Meteoro. Speed Racer tiene eso y más.
Film: Willy McKay (★★★★★)
___________
Spaceman Spiff Racer