God Save the Queen
Ya decía yo que estaban barriendo el sucio bajo el tapete. No hubo pena ni gloria en la secuela de la brillante Elizabeth de 1998, que me dejó dudas sobre su silencioso paso por las carteleras mundiales. En especial por el retraso -hoy día común- de su estreno en las pantallas locales. Menos mal que se retrasó, así Blockbuster me ahorró las 15 lucas de la entrada al cedérmela por el fin de semana gracias al 2x1 de los miércoles, y yo continuaré la buena acción al ahorrarles la pega a ustedes con este review para cuando la estrenen próximamente. Triste, que con tan sólida precuela, impecable reparto y escenografía de lujo, Elizabeth: The Golden Age se presenta como un chasco que pudo ser otro clásico como la que le antecede una década atrás.
Empezando con las ligeras manipulaciones a la historia -que últimamente se abusa en hollywood- para el bien de un guión que impacte a la audiencia con drama, tensión y narrativa hipnotizante. Cualidades que gozó Elizabeth hace una década, pero que carece la actual continuación durante las dos horas y pico que dura. Es que, como he dicho siempre, un guión sólido es el alma de todo buen film que alimenta el fuego de los buenos actores mediante el combustible de un experimentado Director. Nada de eso aquí mequetrefes.
Repetir el cast de lujo no fue suficiente para garantizar el éxito de la anterior. Haciendo parecer a los actores como simples modelos donde una vez se destacaron con reconocimientos meritorios. Desperdiciando una escenografía que sirve de lienzo para pintar dramatizaciones brillantes en un marco de virtuosismo. Por ello vemos como Cate Blanchett (Notes on a Scandal, The Aviator, Lord of the Rings) luce cuantiosos vestidos y pelucas -casi que por minuto- para hacernos ver la magnificencia de Isabel de Inglaterra de la era pre-imperial de la nación monarco-británica. Cuando no hizo falta semejante despliegue de opulencia para demostrar la calidad de actriz que es.
Algo que no se ve en esta ocasión comparada con la anterior. Lo que me hace pensar que si así fue su desempeño en la omitida I'm Not There entonces sabremos que sus nominaciones fueron por pura simpatía en la pasada temporada de premios. Igual para Geoffrey Rush (Pirates of the Caribbean: At World's End, Munich) a quien vemos de vaina haciendo de sombra. Como también desperdician a la gran figura española Jordi Mollà al que rodean de actores con falso acento ibérico. Sin embargo quien luce sobre el montón robándose el film -históricamente hablando- es nuestro favorito de la casa "Mr. BMW" Clive Owen (Children of Men, Inside Man, Sin City, The Bourne Identity) que como pirata le roba el crédito a Sir Francis Drake en la histórica batalla naval entre Inglaterra y España, cosa que no es cierto. Una lástima.
Mucho se pudo recrear de esta etapa próspera y victoriosa de Isabel, en especial por las hazañas históricas que vivió, entre las cuales está la milagrosa victoria naval, la ejecución de su conspirativa prima Mary Stuart y su atentado. Claro, aquí todo está manipulado para efectos de un "sensacional" guión. Que más bien palidece en narrativa, tensión e interés hasta el final. Donde casi crees que resucitará en un despliegue épico de acción naval que pasa desapercibido en menos de lo que te imaginas.
Hasta la malaza conclusión de la tercera de Pirates se luce ante este desperdicio por recrear una famosa batalla histórica. Si quieren ver maestría en Dirección, tensión, narrativa y actuación, vean Master & Commander: The Far Side of the World con Russell Crowe (estamos esperando las continuaciones inevitables, rogando no la caguen como hizo el Noobie Shekhar Kapur con esta continuación de Elizabeth). En fin, la olvidas al terminar por mas colorido que hayan sido sus vestuarios y recreaciones de la era dorada de Isabel de Inglaterra.
El DVD pasa de igual manera, con un soundtrack insípido, un transfer aceptable y una presentación desabrida. Los colores están neutros, ni lavados ni saturados, haciendo énfasis en las tomas oscuras cuyo contraste aligerado compromete el rango dinámico del film, aunque la fotografía no es para gritar de la emoción. Revelando grano de film que da un acabado artístico, que afecta las escenas oscuras donde se aprecia gran parte de los detalles de las sombras. Pero es la falta de los tonos negros intensos lo que le da un acabado desteñido a lo que pudo ser un transfer a video impecable a juzgar su ultra-nítida resolución. La pista Dolby Digital se concentra en el canal central con contados momentos de intensidad sónica por el irregular score musical.
De rentarla o esperar a que la repitan por cable.
Film: Mancao; Video: McKay; Sonido: Pasta
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Sir Bartholomeus