El valle de las almas perdidas
En ocasiones, los padres proyectan en sus hijos lo que desearían para sí: sueños no alcanzados, modelos de ejemplo de conducta. Y en virtud de ello, los hijos actúan en aras de complacer lo que estos ansían. Pero cuando la realidad descubre que estos no eran ni por asomo lo que se suponían que eran, las dudas se acrecientan y la verdadera personalidad aflora para demostrar que al final, todos somos humanos con virtudes y defectos que no nos hacen ni mejores ni peores que otros. Este planteamiento forma la base, además del regreso a casa luego de estar en Irak en plena guerra, de lo más reciente de Paul Haggis, In The Valley Of Elah.
Desde el primer fotograma, compuesto a partir de imágenes tomadas por una cámara de teléfono celular con las correspondientes distorsiones y voces en off que reflejan el terror de estar en un sitio no deseado y en una guerra impopular, el espectador se hace acompañante de Hank Deerfield, ex veterano del Ejército que había perdido un hijo previamente y que ahora volvía a enfrentarse a otra pérdida; esta vez de su segundo vástago Mike, el cual había regresado de una campaña de 18 meses en Irak y que desapareció de su base en Fort Rudd, Nuevo México. Deerfield quien se encuentra en Monroe, Texas viviendo con su esposa Joan, emprende el viaje hacia la base para averiguar sobre la desaparición. Al llegar allá, descubre que su hijo ha sido asesinado y que tres de sus compañeros eran acusados de ser sospechosos del crimen, por lo que asume la búsqueda de quién lo hizo y de las razones para llevarlo a cabo con la ayuda de la detective de homicidios Emily Sanders.
El entorno en donde se desarrolla la historia es una fusión entre el ambiente militar y el civil que rodea a la base y el enfrentamiento entre las fuerzas del orden del Ejército y de la policía en cuanto a las averiguaciones de rigor. Y mientras se revelan las situaciones que llevaron a la muerte de Mike, también sale a la luz los códigos de comportamiento dentro de las instituciones militares, los horrores de cualquier guerra y la doble vida que la víctima llevaba, siendo un reflejo de algo para sus padres, pero otra cosa diferente estando lejos del nido familiar.
Este film viene a ser el proyecto como director que siguió a la oscarizada Crash, así como a las colaboraciones de éste tanto en Casino Royale como en la aclamada Letters From Iwo Jima. Pero a diferencia de estos proyectos mencionados y de su consagración como director tipo Robert Altman, se nota en In The Valley Of Elah un tono melodramático que lejos de atraer aleja al espectador. Tal vez en su afán de ser honesto y preciso en denunciar la Guerra en Irak y el costo moral y psicológico de la misma, lo que termina haciendo es algo pretencioso y pomposo que no tiene nada de nuevo; al menos Oliver Stone logró hacer algo de más contundencia en Born On The Fourth Of July.
Esto se refleja también por una dirección a ratos precisa, pero en muchos deficiente que en vez de mantener la atención, lo que hace es dispersar en un uso errado de la ralentización de eventos como para que el público no pierda detalle ni atención, cosa que como mencionamos actúa al revés. En lo fotográfico no se aprecia un aporte ni nada de atractivo en cuanto a encuadres o iluminación, salvo lo que cualquier persona con un mínimo de conocimiento podría hacer a un costo económico y con resultados más logrados. La edición ayuda efectivamente para que el público no se quede atrapado en la historia sino que se distraiga, mediante el uso de pasajes lentos y sin habla, momentos ideales para revisar los mensajes del celular o el sucio de entre las uñas. En lo musical, no hay tampoco un aporte de reflejar pasajes con estados de ánimo, más bien viene a ser casi como dejar un radio encendido sin que nadie lo oiga.
Muchos han alabado la selección que hace Haggis en cuanto a los actores de sus películas y es de reconocerlo, pero también hay que hacer mención a los milagros que estos hacen cuando el libro es deficiente. Empezando por el protagónico que hace Tommy Lee Jones que hace esfuerzos porque su rol de Hank Deerfield sea convincente y en ocasiones lo logra, quizás sea cuando se sale del guión. Cosa que no puede decirse de Charlize Theron, la cual no tiene un papel decente como Emily Sanders; e insistimos, no es ella, es el guión que es malo. James Franco se nota aquí desperdiciado, al igual que Jason Patric, Frances Fisher y Josh Brolin, sobre todo en este último luego de haber hecho algo soberbio en el film No Country For Old Men. Pero el mayor desaprovechamiento actoral es el que se produce al subutilizar a Susan Sarandon. El tiempo que ella tiene en pantalla es tan corto que si el personaje de ella no existiese en el libro no se extrañaría, pero el problema es que ella es quien lo hace extraordinario y en última instancia es quien hace que el film no sea una experiencia aterradora. Lástima que sus talentos no hayan sido explotados aquí; inclusive, la historia podría rehacerse bajo la perspectiva de la madre en vez del padre.
In The Valley Of Elah termina siendo un ejercicio interesante, pero bajo otras manos, no las de Paul Haggis. Ahora se entiende por qué esta película no tuvo alta recaudación ni reconocimientos en las entregas de premios. Porque estamos en presencia de un zapatero que hace carteras. Moraleja: Paul Haggis debería de hacer guiones y pulirlos mejor que ponerse detrás de la lente de una cámara; es de riesgo darle una filmadora.
Film: Mancao (★★☆☆☆)
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Spaceman Spiff