Nicolas Jones y el tesoro del saber
Cazadores del Guión Perdido
Me gustan las aventuras de seriales como los de Indiana Jones, sin importar qué tan descabellada sea la alteración histórica de los acontecimientos, ni que tan edulcorada estén los hechos por la fantasía y la magia holliwoodense. Pero siempre y cuando tenga un toque de realismo, sentido común y lógica. Estos requisitos los cumple a la cabalidad la primera y la tercera de la Trilogía Jones; y con gran acierto la primera entrega de lo que parece una saga de films con Nicolás Cague y Jon Voight: National Treasure.
La primera resultó sorpresivamente buena, sobre todo sabiendo que lleva el sello desechable y prefabricado de Jerry Bruckheimer (productor de toda clase de Blockbusters inmemorables para Disney como Pirates of the Caribbean Trilogy, 60 Seconds, Armageddon, The Rock, etc). Pero le ocurrió el mismo síndrome del éxito no esperado como le pasó con la primera de Pirates. Que aprovechándose del mismo, descuidó la solidez y calidad de las subsiguientes secuelas progresivamente con cada entrega.
El Templo de la Confusión
National Treasure: Book of Secrets no es mala, pero tampoco es un Home Run. Simplemente pasa como agradable, pasable, disfrutable pero que no supera, ni siquiera iguala a su predecesora que brilló con clase y espontaneidad. Buen reparto, de lujo diría yo, que se fortalece en esta cinta más aún. Pero no fue suficiente para desviar la atención de los hoyos en la trama que te dejan en un estado de animación suspendida, mientras tratas de conectar todos lo cables sueltos que llegan a proporciones de una central telefónica. La primera mantuvo elementos verídicos e interpretables por la cultura general sobre un tesoro Templario resguardado por los Masones, cuyas claves se encontraban en sus símbolos sacros dentro de la cultura histórica norteamericana. Muy cercano a la realidad y los mitos de dichas sectas y logias misteriosas.
Con suficiente acción, humor y estructura rítmica en el guión que le merecieron un aplauso. Todo eso falta en esta entrega. Empezando por que es difícil tragarse el argumento central de un tesoro olmeca que supuestamente estuvo envuelto dentro del asesinato del Presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln. Y que termina por arte de Hollywood en territorio gringo. Pero como si eso no fuera suficiente, arroja por el caño la tensión filo-de-silla que había en la primera -de robo, espionaje y persecución- por una trama más trivial e inverosimil que te deja una ceja tan levantada que requiere de una cita con tu cirujano plástico para regresarla a su lugar.
La Última Secuela
Pero no deja de ser un film para disfrutar si se le mira con un buen ojo permisible. Para mi fue el 25 de Diciembre en la tarde luego de la reunión navideña familiar y arrancamos a ver una película divertida en medio del buen ambiente. Nada de críticas serias aquí. Pero esperaba que al menos superara la marca de agua dejada por su precuela. Repite el mismo estilo, base de trama y situaciones de aventura/persecución de la primera con el mismo desenlace: pistas, búsqueda, evadir al rival y consecuente hallazgo del tesoro.
Con elementos de humor que te recuerdan que no es una película seria y al menos actuaciones decentes por parte de un casting de ultra-lujo: Nicolas Cage (Lord of War, 8MM, Leaving Las Vegas, The Rock), Jon Voight (Transformers, Pearl Harbor, Heat), Harvey Keitel (Pulp Fiction, U-571, Red Dragon), Justin Bartha y el jamoncito de Diane Kruger repitiendo roles en esta oportunidad; acompañados por la hermosa pure de Helen Mirren (The Queen) y el siempre carismático villano de Ed Harris (The Right Stuff, Absolut Power, A Beautiful Mind). No hay quejas aquí. Con poca asistencia de efectos digitales y muchos escenarios y locaciones reales para distraer la atención del pobre guión. Recomendable. Espero que la tercera remate con estilo y mayor credibilidad.
Film: Pasta (★★★☆☆)
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Barton Jones
P.D. ¡Pendientes que este año es el año del retorno de Indiana Jones!