Memento Strikes Back
¡Primicia ruraltejana para mis Demóstenes cinéfilos! Vimos The Bourne Ultimatum en función especial y les traemos el review en vísperas de su estreno en Octubre, naturalmente, se trata de nosotros, por favor. ¿Cómo resultó la conclusión de la saga de Robert Ludlum y que se basan en sus libros somera y superficialmente? Pues Tri-Willy McKay mequetrefes y creo adelantarme al veredicto por ser fan de la serie. Ultimatum entrega, satisface y deja un agrio sabor a conclusión que define una de las trilogías más concisas y homogéneas desde El Señor de los Anillos. Ultimatum se mantuvo sólidamente en constante Crescendo & Sostenuto con cada continuación, a diferencia de las trilogías de The Matrix y Pirates of the Caribbean; donde la primera comenzó brillantemente filosófica para que sus secuelas la dejaran rodar colina abajo y la segunda arrancó sorpresiva y espontáneamente divertida para que las siguientes la soltaran en caída libre.
Con una continuidad impecable como si los tres films se hubieran producido simultáneamente -como de hecho sucede en las otras trilogías apuradas- la Saga divide a Jason Bourne en tres etapas básicas de su integridad humana: Identity fue la neo génesis de su conciencia al buscar razón dentro del confuso estado amnésico que sufre; Supremacy consolida su posición neutral dentro de su búsqueda por encontrar la verdad al dejar claro que no volverá a ser el de antes y Ultimatum cierra el libro, no sólo voltea la página. Esta entrega final es quizás la más ambiciosa al tratar de explicar su origen y rellenar los vacíos mentales dejados por las pasadas cintas.
Ultimatum repite a Paul Greengrass detrás del lente para mantener la homogeneidad en la producción y honrar la memoria del desaparecido Ludlum. Greengrass continua con la metodología de dirigir al espectador en tercera persona. Pero que lo involucra activamente dentro de la acción con el uso de su técnica de cámara en mano dinámica (aplaudida y criticada por igual). Técnica que puede ser desesperante en algunas escenas de combate mano a mano, que intensifican las proximidades entre la acción y el espectador con mucha tensión. Con esta dramática dirección, Ultimatum se empalma con Supremacy al retomar las acciones casi en el segundo siguiente en que termina ésta última.
La cinta es bastante rápida al haber pocos momentos de explicaciones, expedientes y revelaciones que quedaron más que expuestos en las precuelas. Aquí lo que hay es plomo, carrera y coñazos. Coñazos que recibe todo el mundo, incluso el anti-héroe-villano de Bourne. Aquí el fugitivo ex-agente/mercenario de la CIA continúa demostrando su temple, su humanidad, sus mecanizados movimientos y su calculada mente ágil como lo hemos visto desde siempre. Sólo que a diferencia de antes se muestra con cansancio y convicción de terminar de una buena vez con el problema que lo hizo ser como es, aunque la verdad sobre su pasado le resulte difícil de asimilar.
Matt Damon (The Bourne Identity/Supremacy, The Departed, Syriana, Saving Private Ryan) vuelve a inmutarnos como Bourne, directo, sin emociones, con mucha humanidad y dando señales de estabilidad desde que se encontró con amnesia en la primera cinta. Con Joan Allen (Pleasantville, Face/Off) en el rol de la consternada sub-directora de la CIA, que se preocupa más por las apariencias arrojadas por el caso desde que entró en el peo en la entrega pasada, brillante como siempre esta señora. Pero los "nuevos" de David Strathairn (Good Night & Good Luck, L.A. Confidential, The Memphis Belle), Albert Finney (Erin Brockovich, Big Fish) y Scott Glenn (Training Day, Vertical Limit, The Silence of the Lambs, The Right Stuff, Apocalypse Now) entran en escena como los villanos de turno de las altas esferas de Langley, Virginia (CIA), para asumir las riendas del desorden y tomar responsabilidades como los autores intelectuales del proyecto de los mercenarios clandestinos. No hay debilidad alguna por parte de las actuaciones, todas de primera.
Hay decepciones -personales- que en nada afecta al guión, la dirección, las actuaciones, ni tampoco el ritmo del film, pero que me hicieron sentir defraudado de alguna manera. Como la participación dramática de nuestro Edgar Ramírez que sólo dice una línea en todo el film, pero que compensa con su carácter presencial al servir de Némesis a Bourne como su homólogo adversario. Aparte, la casi ignorancia de Chris Cooper (Conklin) y Brian Cox (Abbott) como los corruptos directivos de la CIA dentro del rollo de Threadstone, sabiendo que su participación en el proyecto y en la vida de Jason Bourne fue clave desde el comienzo. Como de hecho hicieron con Franka Potente al recordar a Marie en la atormentada memoria de Bourne. Pero sí le dieron atención a Julia Styles (Nicky) que, aunque forma parte de la trilogía desde el principio, poco aporta a la trama y el núcleo de la historia. Fuera de esto el film es sólido, dinámico, conciso y definitivo. Arrojando respuestas a la vez que deja preguntas. Confirmando que se puede hacer cine de calidad, presupuesto modesto y sin efectos digitales; donde un sólido guión, un excelente reparto y una producción cuidadosa es todo lo que se necesita para un entretenimiento inteligente. Absolutamente recomendable como uno de los mejores y esperados films del año.
Film: Willy McKay (★★★★★)
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Sir Barton