It Began in Africa
Casualmente revisé dos films que encierran el tema de la desventajada y conflictiva África. Este ha sido tema de muchos films por años como The Constant Gardener, Hotel Rwanda, Black Hawk Down y Lord of War, que busca reflejar la trágica realidad que padecen muchas naciones africanas, como una forma de denuncia más que el entretenimiento mismo. Pareciera que no existe fin a la miseria y la explotación del antiguo continente por más ayudas y festivales hagan para lograrlo. La cosa no está en hacer iPods Rojos, lanzarle sacos de arroz desde un avión o que Bono nos siga rompiendo los cojones con su hipocresía, no. La idea es que el mundo occidental deje de explotarlos para que tomen el destino en sus manos. De todo ha visto África: la guerra de Angola, el Apartheid en Sudáfrica, el genocidio de Rwanda y la sucesión casi infinita de dictadores de turno que se comportan como reyes matando de hambre a su pueblo, etc. A la vez que se mantienen las guerras que favorecen a externos, mientras que por otra parte el SIDA y el hambre los consume sin que nadie le importe un puta.
"Diamonds are a man's best friend"En esta línea me tocó ver por fin la aclamada Blood Diamond de Edward Zwick (The Last Samurai) que persigue el drama de tráfico ilegal de diamantes en conflicto. Aunque, al igual que la otra película, el tema central de la trama es puramente ficticio, pero el escenario es real y los sucesos ocurridos en el trasfondo son históricamente auténticos. África es muy rica en minas de diamante. Estas han sido objeto de grandes explotadores y comercializadores de joyas que financian las pugnas políticas y las guerras civiles con el fin de obtener el mineral precioso a bajo costo. Esto siempre pasó desapercibido ante las autoridades gubernamentales y los ojos del mundo, que se hacían la vista gorda ante la cruel realidad de muchos países africanos. Genocidios, matanzas por odio y esclavitud forzada se volvieron cotidianos dentro de la vida incivilizada del africano.
En Blood Diamond se recrea la situación cotidiana en Sierra Leona a finales del siglo pasado. Poco antes que explotara el escándalo de los Diamantes Sangrientos y el mundo conociera las atrocidades que se estaban cometiendo por satisfacer la demanda del superficial mercado joyero. Previo al Kimberley Process Certification, que busca eliminar los diamantes sucios que provienen de zonas en conflicto certificando los legítimos, encontramos a un humilde pescador nativo (Djimon Hounsou), que se cruza en el camino de un traficante de diamantes de segunda (Leonardo DiCaprio), por culpa de las vicisitudes adversas dentro del conflicto político armado en pleno apogeo bélico. El resto es sacar conclusiones en base a las motivaciones y prioridades que cada uno tiene y por la cual a duras penas se mantienen juntos para conseguir sus tesoros preciados. Que en el caso del nativo pescador y del traficante mercenario son tesoros de distinta índole.
Extraordinaria historia con una dirección sólida que mantiene el ritmo variable entre tensión y emoción. Las actuaciones son de lujo total gracias al talento de Djimon Hounsou (Constantine) y DiCaprio (The Departed, Aviator, Catch Me If You Can) al frente del drama, con el soporte de la ultra-mami de papá de Jennifer Connelly (A Beautiful Mind, Dark City), como la reportera humanitaria que sí le importa un carajo luchar por causas nobles (y a mi me cuesta concentrarme en una película cuando ella está en cámara). Hay bastante acción, pero lo que mas destaca es el mensaje dentro de los diálogos que presenta el dilema moral mejor que en muchos documentales. Que al final te hace creer que el cuento termina feliz para África cuando la realidad es otra; porque el Kimberley Process, aunque ha aminorado el problema, no lo ha erradicado de raíz.
El DVD se presenta de una calidad impecable, colores, contraste y resolución. Que en conjunto resaltan la extraordinaria fotografía de los paisajes tropicales africanos. El sonido es atmosférico y candela a la vez, bastante inteligible en los diálogos y muy ambientador en las surround. Altamente recomendable.
Film: Willy McKay; Video: Willy McKay; Sonido: Willy McKay
Manteniendo el tono similar, que en apariencia podría comparar a esta película con la anterior, The Last King of Scotland se distancia por su narrativa pausada y su drama disfrazado. El film llamó la atención no porque representara la vida política parcial de un dictador africano de la historia de Uganda, Idi Amin, que tenemos hasta el cansancio en el mundo del cine. Al contrario, fue por la dramatización de la vida oculta del excéntrico megalómano cambembe, en relación con un médico escocés, que representan de manera ficticia para darle sentido a la novela de Giles Foden Es este duelo entre personalidades distintas provenientes de culturas opuestas lo que le da a The Last King of Scotland el toque vibrante que atrajo la mirada de críticos y cinéfilos.
Amin, como muchos dictadores de turno de una nación conflictiva del continente africano, fue una figura que dejó sangre y miseria a su paso mientras dejaba a Uganda congelado en el tiempo tanto en el desarrollo como nación, como en las condiciones de vida del colectivo. Vivió como el dueño de Uganda hasta que lo derrocan en 1979 donde se exilió en Arabia Saudita hasta su muerte en el 2003. No sin antes llevar al país a la miseria retrógrada entre desapariciones forzosas, persecuciones étnicas y represión político-opositora aplastante durante su régimen de terror absolutista.
La imponente presencia de Forest Whitaker (Panic Room) como Amin hace toda la película con una demostración de soberbia actoral como pocas veces se ve. Pero la sorpresa del joven James McAvoy, como el médico misionero que pierde su rumbo y sus prioridades vocacionales, complementa el dueto que forman The Last King of Scotland sin necesidad de soporte en el reparto. A pesar de contar con Gillian Anderson (The X-Files Movie), su breve participación sólo demuestra lo que dije antes, que el film se sostuvo sólo con las dos figuras principales de principio a fin.
La imagen del DVD es sencillamente referencial. Con una fotografía cálida y amarillenta que recrea con fidelidad el acabado de la década de los '70 donde se desarrolló el período dictatorial de Amin. Colores, texturas, resolución y el rango dinámico del contraste tan bien logrado que hasta se pueden ver los niches en medio de la noche y sin que pelen los dientes (ja ja ja, qué racista sonó eso, pero mosca no me confundan por hacer un mal chiste). El sonido es mas que todo diálogos con pocos momentos de plomo y música de la época que asaltan todos los parlantes. De resto un DVD referencial en imagen y sonido. Tremenda película, no se la pierdan.
Film: McKay; Video: Sir William McKay; Sonido: McKay
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Barton