لا اتكلم العربية
Extraordinaria película. Sólo así debo comenzar el artículo. Steven Spielberg retoma su esencia minimalista –y artísticamente– que tuvo al inicio de su carrera en los años '70. Tan sólo por el hecho que este film esté recreado en la década de los '70 no significa la razón del porqué se siente así. Se debe a que Spielberg revive su estilo directoral que demostró durante esa época, y que fue abandonando a medida que se volvió mainstream. Como todos saben, Munich relata los sucesos verídicos, desconocidos en detalle, que resultaron como consecuencia de la masacre de los atletas olímpicos israelíes, perpetrados por el grupo radical Palestino, Septiembre Negro, en 1972. Como todos conocen el acto terrorista de los juegos olímpicos de Munich '72, éste no viene a ser el foco central de la historia, sino la cadena de retaliaciones terroristas que le sucedieron como respuesta de Israel, parte del eterno conflicto entre los árabes y los judíos (Israel vs. Palestina). Contiene tanto espionaje, AK-47, bombas y terroristas en su densa y épica trama. Y aquí es donde termino mi sinopsis sin entrar en detalles reveladores que arruinen su experiencia teatral. Como saben, aquí en Arr-Tee-Ex rechazamos las críticas que narran, cuentan o revelan, así sea en lo más mínimo, la trama de un film. Aún si son hechos verídicos porque respetamos la inteligencia del lector de hacer sus propias conclusiones, así como su derecho a descubrir la experiencia artística de la adaptación. Una cosa es una sinopsis y otra cosa una síntesis.
La dirección es bárbara, sine qua non. Spielberg vuelve con su estilo particular, agregando técnicas poco usadas para realzar la sensación retro del film. Como el uso de zoom violento con cámara estática (poco usado hoy día pero bastante en las películas europeas de los '60/'70), que parece un film de esa época usando tomas rudimentarias. Incluyendo el uso de cámara en mano, como lo hizo Paul Greengrass en The Bourne Supremacy, que le da el toque amateur de documental. Con especial énfasis al uso de los Leitmotif (presten mucha atención al usado en la escena final, hermoso pero triste a la vez). De igual forma estuvo la aplicación del sonido, casi opaco y sin muchos doblajes o efectos exagerados, en especial los sonidos y efectos de las armas, para que se sintiera como los clásicos de Contacto en Francia y los Tres Días del Cóndor, excelente. La fotografía de Kaminski, como siempre espectacular. Recreando los escenarios naturales y en locaciones auténticas, para hacer el ambiente de los setentas creíble y transparente.
Al usar film con sobre exposición, con colores desgastados y desteñidos (tal vez con la ayuda de color timing), así como un leve granulado, le da apropiadamente el toque retro que recrea la atmósfera de esa época con fidelidad. La edición de Kahn, impecable como siempre, con un ritmo de la historia llena de correlaciones, flashbacks y paralelismos que nunca hacen que se sienta lenta o larga a pesar de que se extiende de las dos horas. Todo ello con la combinación de un renovado John Williams que me sorprendió por su capacidad de generar melancolía y suspenso en la banda sonora, algo que nunca había oído de este conductor de estilo Wagneriano, Bravo. La actuación brillante, Eric Bana se luce y convence, en especial por el fuerte contenido dramático y lo abundante del diálogo. Geoffrey Rush, como acostumbra, se luce en cualquier rol que interpreta. Y el elenco de reparto no se quedó atrás, complementando las escenas con excelencia y calidad humana. No veía a Steven Josefino Speilberg desarrollar a los personajes con tan buena conexión con la audiencia desde la extraordinaria Schindler's List. Y la producción ni se diga, hasta en el más mínimo detalle para convencer que estás presenciando hechos históricos. Altamente recomendable.
Veredicto: Willy McKay (★★★★★)
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Bart
P.D. Ana la tet kalam al Arabiah, Maf Hoom?