"Primum vivere, deinde philosophari"
La frase del filósofo materialista Thomas Hobbes (de donde por cierto viene el nombre del Tigre de Calvin), que dice claramente "Primero vivir, luego filosofar" encierra la esencia del hombre y su infinita búsqueda por entender a Dios, a sí y a la vida. Hobbes, autor del famoso libro sobre la existencia materialista y pesimista de la sociedad El Leviathan, siempre analizó lo complejo y enigmático de la vida, específicamente desde la óptica del ser humano frente al estado. La filosofía de Hobbes es quizás la más completa desde ésta perspectiva. Hobbes creía en la moralidad del alma y rechazaba el libre deseo en favor del determinismo, un determinismo el cual subordina la libertad a cumplir nuestros designios. Hago esta intruducción antes de comenzar esta crítica para que lean, analicen y profundicen el punto de vista de Hobbes -y el suyo- en relación directa con el tema de la extraordinaria película Mar Adentro.
¿Qué es la libertad? ¿Somos realmente libres? ¿Bajo qué cánones? ¿Las leyes? ¿La moral? ¿La religión? ¿O nuestra filosofía interna que es igual que nuestra real y antojada gana? ¿Podemos hacer lo que queremos sin que nadie nos gobierne? Esto lo plantea Hobbes en su tesis de la naturaleza humana sin un gobierno civil afirmando lo nefasto de la vida social sin un estado. Una visión autoritaria de la sociedad. Pero es cierto. ¿Hasta qué punto podemos decidir sobre nuestro destino? ¿Somos dueños de nuestra vida? ¿Podemos disponer de ella en todo sentido? ¿Puede algún agente externo decidir por mi vida y mi destino? ¿Es mi voluntad cuestionable?
¿Dónde está la línea que separa lo moral de lo digno? Todo esto encierra una polémica que no tiene conclusión definitiva en nuestra sociedad. Sólo distintos puntos de vista, posiciones adversas y dualidades enfrentadas. Este mis amigos, lo deben tener en cuenta y pensarlo bien antes de asumir una posición o simplemente opinar sobre el tema de la Eutanasia, que es centro de la película Mar Adentro del genial director Alejandro Amenábar, sobre la lucha interna y externa de Ramón San Pedro para, voluntariamente, terminar con su vida luego de 28 años de parálisis.
El film es, apartando el tema en cuestión, extraordinario, increíble, bárbaro. De hecho, un clásico moderno de facto. La dirección es soberbia, la edición impecable, la fotografía hermosa, el guión y los diálogos brillantes, y la actuación excelente. La actuación de Javier Bardem fue, sinceramente, increíble. Ya en otras oportunidades lo había visto en otros films españoles y americanos (Collateral) dejando una sorprendente impresión. Especialmente en Extasis (1996) dónde encarna a un delincuente sin rumbo que usurpa la identidad de su mejor amigo para pretender ser el hijo perdido de un gran productor de teatro (el padre de su amigo), excelente película. Es tácito y absurdo elogiar al magistral Alejandro Amenábar cuando nos ha acostumbrado a sus brillantes films en el pasado como Tesis, La Lengua de las Mariposas y la mas famosa comercialmente hablando Los Otros, que dejan testimonio suficiente de su talento y clase como Director.
Este debió ser el film del año en los pasados premios de la academia. Pero la experiencia y la decepción me ha demostrado que el Oscar no es el instrumento definitivo para medir cualitativamente a un film. Por eso cuando oigo "ganadora de 'x' oscares" me sabe y me resbala, como bien decía Sickboy en Trainspotting: "The Oscar is just a simpathy vote, it means fuck all!" cierto. Sin quitarle méritos a la excelente Million Dollar Baby de Clint Eastwood, Mar Adentro es superior artísticamente hablando. Ambas encierran el mismo tema, pero el film de Amenábar lo proyecta desde un punto de vista más humano, real e íntimo, más allá de que sean hechos factibles y la de Eastwood ficticia.
Señores, es un placer para Rural Tex otorgarle a Mar Adentro el calificativo honorífico mas alto, reservado exclusivamente para la perfección y la excelencia (o que nos guste que jode) y que va más arriba de nuestra escala normal de puntuación. Por eso le damos a Mar Adentro un rotundo Sir William McKay y el privilegio de formar parte de nuestra colección de films en DVD. Véanla, de referencia obligatoria.
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Barton